miércoles, 8 de abril de 2020

6 ideas para reducir las probabilidades de enfermar


6 cosas sencillas que usted puede hacer para reducir las probabilidades de enfermar, además de lavarse las manos.
Qué tomar al primer síntoma de un resfriado, gripe o un ataque de cualquier otro virus y en qué dosis exactamente.
La verdad sobre los estimulantes naturales de la inmunidad y si cosas como la vitamina C sirven para algo.

Paso 1:
Comience con uno de los estimuladores de la inmunidad más versátiles de la naturaleza: las bayas de SAÚCO.
Hipócrates llamó al saúco el “botiquín de la naturaleza”, y gracias a la moderna investigación estamos comenzando a entender el porqué de su afirmación.
Hay docenas de estudios publicados sobre el poder de estimulación inmunológica de las bayas de saúco. La mayoría de estos estudios son in vitro, lo que significa que se han realizado con células en placas de Petri. Así que todavía falta investigar este poder directamente en personas.
Sin embargo, estas etapas iniciales de investigación son realmente importantes. Y muy prometedoras. Eche un vistazo a los aspectos más destacados:
  1. Las pruebas in vitro revelan que las bayas de saúco matan a 13 patógenos comunes, incluidos Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), Escherichia coli (E. coli), Pseudomonas, un coronavirus similar al que causa COVID-19 llamado HCov-NL63, más de tres cepas de bacterias Strep...
  2. Pruebas in vitro adicionales revelan que impidió que las cepas de influenza A y B se adhirieran a las células sanas, además de detener la mortal gripe porcina H1N1 y la gripe aviar H5N1.
  3. Y en 2015 un ensayo clínico aleatorizado con 420 pacientes reveló que un que contiene una combinación de bayas de saúco y de la hierba china equinácea funcionó contra el virus de la gripe MEJOR que el medicamento recetado Tamiflu (antiviral cuyo componente químico es oseltamivir), y sin sus efectos secundarios.

Además, un estudio in vitro sugiere que el saúco combate a los virus invasores de la inmunidad de tres maneras:
  1. Impidiendo que se adhieran a las células sanas.
  2. Impidiendo que se repliquen y se propaguen.
  3. Evitando que dañen las “células huésped” en las que actúan y se replican.

Este estudio se realizó con una variedad de saúco llamada Sambucus Formosana Nakai, pero los investigadores aclararon que los componentes activos de este tipo de saúco son muy similares a los de la variedad de esta planta que encontrará en la mayoría de las tiendas especializadas: el Sambucus nigra o saúco negro.
Y ahora viene la parte más interesante de las bayas de saúco: poseen un “talento oculto” que los investigadores han estado estudiando durante años:
Actúan directamente en el intestino –que es la piedra angular de su sistema inmunitario– para fortalecer las defensas naturales de su organismo.
De acuerdo con una innovadora investigación en animales, son los polifenoles del saúco a los que podemos agradecer esta especial defensa.
  1. En este estudio estos potentes antioxidantes bloquearon a los virus invasores y ayudaron a proteger a los ratones de la infección.
  2. Esto es muy importante porque hasta el 80% del sistema inmunitario de su cuerpo se encuentra en su intestino. Cualquier cosa que pueda hacer para fortalecer este punto de control defensivo vale la pena.
  3. Es por eso por lo que los expertos a los que he consultado recomiendan la baya del saúco como una de las formas más poderosas y versátiles de la naturaleza para reforzar el poder inmunitario de su organismo y que debería ocupar un lugar especial en su manual de estrategias para alcanzar la máxima inmunidad.

Sin embargo, una cosa que debe tener en cuenta es que el saúco crudo puede causar problemas estomacales.
Puede adquirir un extracto y hacer una infusión caliente que uno de los expertos con los que hablé llamó directamente “armadura inmunológica”:
Por cada taza de infusión que vaya a preparar, necesitará:
  1. 1 taza de agua.
  2. Aproximadamente 2,5 cm de raíz de jengibre fresca, lavada y picada.
  3. 1 cucharada de zumo de limón.
  4. 1 ó 2 dientes de ajo.
  5. 1 cucharadita de cúrcuma.
  6. Extracto de saúco líquido.
  7. 1 cucharadita de miel (o más, a su gusto).
  8. Lleve el agua a ebullición. Agregue el jengibre y el ajo y deje cocer a fuego lento durante unos 15 minutos, hasta que pueda oler el ajo y el jengibre.
  9. Saque o cuele el jengibre y el ajo. Añada el zumo de limón y agregue la cúrcuma.
  10. Vierta la infusión en una taza y agregue el extracto de saúco siguiendo la dosis que indique el laboratorio fabricante en su etiqueta. Agregue la miel y bébaselo.

Paso 2:
Recurra al aliado más poderoso de su sistema inmunitario: la VITAMINA D3.
No son pocos los científicos y médicos que reivindican la eficacia de la vitamina D, o como algunos de los expertos con los que he hablado la denominan, el “potenciador de inmunidad más subestimado del planeta Tierra”.
Se ha demostrado que tomar cada día esta vitamina ayuda al organismo a contrarrestar rápidamente el ataque de los invasores.
Aumenta la resistencia y acelera la recuperación ante todo tipo de enfermedades, desde resfriados y gripe hasta cáncer y enfermedades pulmonares.
De hecho, datos procedentes de más de 10.000 personas confirmaron que esta vitamina inmunoestimulante protege contra las infecciones respiratorias agudas.
Y por ir a la plena actualidad de la pandemia de coronavirus, debe saber que informes de investigadores de la Universidad de Turín (Italia), país donde el coronavirus ha hecho estragos, destacan que los pacientes más graves, es decir, aquellos que desarrollaron cuadros neumónicos severos, muchos de ellos desgraciadamente mortales, tenían unos niveles en sangre de vitamina D3 llamativamente bajos.
Se sabe que en esa región del norte de Italia las horas invernales de insolación son bajas. Esto les ha llevado a razonar que el déficit de vitamina D podría radicar la virulencia extrema de la pandemia. Por eso, se ha propuesto como medida preventiva, e incluso curativa, la administración de altas dosis de vitamina D3, bien por vía oral o por vía endovenosa, con un mínimo de 4.000 a 6.000 unidades internacionales (UI) diarias. En la misma línea se han expresado otras sociedades científicas como la Asociación Británica para la Diabetes.
Hallazgos recientes demuestran que la vitamina D3 trabaja juntamente con los probióticos (o “bacterias buenas”) de su microbiota (su flora intestinal), incluso antes de que entre en el torrente sanguíneo. Y cuanto más sanas estén sus bacterias intestinales, mejor será su salud general.
Pídale a su médico un análisis de sangre llamado 25 (OH) D para verificar sus niveles dos veces al año, una vez hacia finales del invierno y otra vez hacia finales del verano. Pero en cualquier caso, ahora, en plena epidemia como estamos, empiece YA a tomar vitamina D.
Y si está preguntándose qué pasa con la vitamina C, si merece la pena tomarla también, la respuesta es SÍ.
La vitamina C fomenta la producción de glóbulos blancos. Además, acorta la duración del resfriado común y disminuye su gravedad cuando se toma a diario.
Debe tomar entre 500 y 1.000 mg de vitamina C al día, esa dosis preferentemente dividida en dos tomas.

Paso 3:
Tome VITAMINAS del grupo B para conseguir la máxima inmunidad. Las ocho vitaminas del grupo B son esenciales para reforzar sus defensas contra virus e infecciones.
Las investigaciones han demostrado que especialmente la vitamina B6 ayuda al cuerpo a producir glóbulos rojos y células del sistema inmunitario. Por eso no es extraño que el déficit de esta vitamina reduzca la inmunidad del organismo.
Del mismo modo, la falta de ácido fólico (B9) y vitamina B12 puede disminuir la cantidad de células sanguíneas, incluyendo los glóbulos blancos que el cuerpo necesita para combatir las infecciones.
Otras vitaminas del grupo B, como el ácido pantoténico, la riboflavina y la tiamina, también juegan un papel importante para producir una respuesta inmune saludable.
Uno de los expertos consultados me enfatizó que es muy importante obtener regularmente vitaminas del grupo B a partir de los alimentos que comemos, porque el organismo no puede almacenarlas.
Las vitaminas del grupo B se encuentran en la carne orgánica y de animales criados en libertad, en la leche entera, los huevos, las verduras de hoja verde, las legumbres, los mariscos y los granos integrales.
Sin embargo, los estudios científicos señalan que muchas personas no obtienen de manera natural suficientes vitaminas del grupo B. Esa es la razón por la que es recomendable tomar un suplemento de vitaminas B de alta calidad que contenga al menos 55 mg de vitamina B6.

Paso 4:
 El “mineral antiviral” que puede hacer aún más fuerte su sistema inmunitario: el SELENIO.
Las investigaciones más recientes revelan que la falta de selenio en el organismo aumenta la probabilidad de caer enfermo.
Los virus prosperan y mutan más fácilmente en los grupos de población donde la ingesta de selenio es escasa.
Estudios con ratones con deficiencia de selenio revelaron que la suplementación con este mineral aumentó la capacidad de su sistema inmunitario para combatir a los invasores.
Así que, para alcanzar la máxima inmunidad, los expertos con los que he consultado recomiendan tomar 200 mcg de selenio al día. También es una buena idea agregar:
  1. 35 mg de zinc
  2. 50 mg de vitamina E
  3. Además, vitamina A en forma de frutas y verduras amarillas, anaranjadas y rojas.

Paso 5:
Realice técnicas de relajación para reducir el estrés. 
Los efectos del estrés sobre la salud son numerosos. Y la situación que estamos viviendo actualmente (recluidos en casa, tomando medidas y cautelas extraordinarias y con miedo al contagio) sin duda somete a nuestro organismo a un tremendo estrés.
Y sus efectos sobre la salud son especialmente negativos cuando se vuelve crónico: tensión muscular, aumento de la presión sanguínea, trastornos del sueño, envejecimiento prematuro…
El sistema inmunitario también se ve afectado, siendo muchos los estudios que han confirmado la relación entre el estrés y una menor respuesta del sistema de defensa del organismo.
De ahí que otra manera de reforzarlo sea reduciendo en todo lo posible el estrés. ¿Cómo? Meditación, mindfulness y coherencia cardíaca le ayudarán.

Paso 6:
Practique estos fáciles hábitos para reducir su riesgo de enfermar.
Usted ya conoce el primer hábito:
MANTENGA SUS MANOS LIMPIAS. Todo el mundo sabe a estas alturas que lavarlas con agua y jabón es la mejor manera de hacerlo. Pero hágalo durante al menos 30 ó 40 segundos (20 no bastan).
Y, por supuesto, si no tiene acceso a agua y jabón, el desinfectante hidroalcohólico puede valer. Pero, como usted ya habrá podido comprobar, cuando se produce una epidemia conseguirlo en tiendas y farmacias puede ser bastante difícil, además del hecho de que no es un sustituto como tal del agua y jabón, pues para que sea efectivo hay que tener las manos limpias.
UTILICE AGUA SALADA. En Japón un grupo de investigadores comprobó que basta con frotarse las manos durante 30 segundos con una sencilla solución salina (es decir, agua con sal) para desactivar el virus de la gripe. En comparación, un desinfectante a base de alcohol tarda cuatro minutos en hacer lo mismo.
¡MANTÉNGASE LEJOS DEL SECADOR DE MANOS!. ¡La ciencia revela que NO es lo más higiénico!. En realidad, como uno de los expertos a los que telefoneé me contó con humor, los secadores de manos son “creadores de ruido de alta tecnología que disparan gérmenes a toda velocidad”. En los baños públicos, los niveles de bacterias en el aire son casi 30 VECES MÁS ALTOS alrededor de los secadores de manos que frente a las toallas de papel. Elija siempre estas últimas y séquese bien, porque a los virus les encantan las manos húmedas.
A estas alturas ya le habrán aconsejado que procure no tocarse la cara, pero…
¡NO OLVIDE LAVARSE TAMBIÉN LA CARA!. Para ello llene el lavabo o un pequeño recipiente con agua tibia y agregue un poco de sal marina; luego, sumerja el rostro hasta las orejas, parpadee varias veces y expulse el aire por la nariz. Importante también saber cómo lavarse la cara.
INTENTE DORMIR BIEN. Dormir bien es fundamental para que el sistema inmunitario se recargue.
Y un consejo adicional no para ahora si está aislado en su casa, pero sí para tener en cuenta siempre:
¡LLEVE SIEMPRE SU PROPIO BOLÍGRAFO!. Nunca se sabe cuántas personas firmaron con el boli que le prestan en el banco, en un restaurante o en unos grandes almacenes. ¡Use el suyo y evite los gérmenes ajenos!.
Y una última -pero no menos importante- recomendación: No viva aterrorizado.

Es cierto que no existe garantía alguna de que estos consejos le protejan 100% contra el coronavirus, la gripe o cualquier otra enfermedad infecciosa.
Pero, si sigue las principales recomendaciones de nuestros expertos en medicina natural, alternativa y complementaria para conseguir la inmunidad máxima, estará tomando medidas inteligentes que reducen el riesgo.

Le deseo la mejor salud,
Laura Aramburu
Editora
Salud, Nutrición y Bienestar (SNB)

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