Si
alguna vez ha tenido una gastroenteritis ya sabe por lo que se pasa: dolor de
tripa, retortijones, unas décimas de fiebre, incontables paseos de ida y vuelta
al baño…
Y
también sabrá que en la farmacia no encontrará ninguna panacea que le solucione
el problema más allá de tratar los síntomas, además de asumir los riesgos que
conllevan los medicamentos antidiarreicos (ya que cortan la diarrea sin
eliminar los virus, que permanecen en el intestino, e incluso pueden llegar a
provocar problemas cardiorrespiratorios graves, entre otros muchos efectos
secundarios).