Es posible que ya siga este tipo de dieta sin
ni siquiera ser consciente de ello.
Creo
que lo mejor es refrescar la memoria y recordar la base sobre la que se
sustentan dos de los regímenes más en voga en la actualidad:
1ª)- La
dieta paleo trata de imitar la forma en que comían nuestros antepasados
cazadores-recolectores antes de la llegada de la agricultura, en la época del
Paleolítico (de ahí su nombre). Se basa en prescindir de cereales y azúcares
añadidos y consumir el mayor número de alimentos crudos. Esto implica mucha
carne, fruta, frutos secos, vegetales verdes y grasas “buenas”.
Permite
reducir los picos de glucemia (azúcar en la sangre) y el sobrepeso, así como
luchar contra la inflamación. Y es que si bien la carne es proinflamatoria, el
“truco” es que la carne de la dieta paleo “original” no provenía de cerdos y
vacas de granja (sedentarios y alimentados con piensos industriales), sino de
animales salvajes como liebres, conejos, jabalíes, cerdos salvajes e incluso
avestruces o bisontes.
Adaptada
a nuestros días, la dieta paleo se basa, por tanto, en evitar la carne de cría
industrial, así como de priorizar la carne magra (con bajo contenido en grasa,
dado que los animales de antaño no estaban estabulados). La hiperglucemia y la
inflamación se encuentran, de hecho, entre las causas de las enfermedades más
comunes de la civilización moderna (diabetes, cáncer, y enfermedades
cardiovasculares, autoinmunes y neurodegenerativas).
2ª)- La
dieta vegana, por su parte, refleja el deseo de vivir en paz con la Naturaleza
y rechaza que se explote a los animales para obtener de ellos carne, leche,
huevos u otros derivados más allá de la alimentación, como por ejemplo el
cuero. Por lo tanto, la dieta vegana prioriza los carbohidratos, los cereales, las legumbres,
los vegetales y las proteínas vegetales (soja). Pero esta dieta:
- Acentúa algunas deficiencias dietéticas (vitamina B12, grasas de cadena larga omega 3, hierro, zinc, colina y vitamina A)
- No es hipoglucemiante (es decir, que no rebaja el nivel de azúcar en sangre) ni antiinflamatoria.
¿Por
qué elegir entre paleo y vegana?.
Muchas
personas se encuentran en un punto medio entre estas dos formas de pensamiento:
por un lado, les gustaría vivir en paz con la Naturaleza (veganismo), pero al
mismo tiempo quieren reconectar con su profunda esencia de
cazadores-recolectores omnívoros, hoy amenazada por las enfermedades “modernas”
antes citadas.
Y es a quí donde la dieta pegana, que no es
estrictamente vegana ni estrictamente paleo, encuentra su lugar. Le invito a
que la conozca y valore usted mismo si se adapta a sus necesidades. Eso sí,
tenga en cuenta que (al igual que la mayoría de las dietas) seguirla requiere de
compromiso, puesto que está diseñada como una dieta a largo plazo.
Cómo
seguir la dieta pegana.
Imagínese
un plato de carne. Seguramente esta invade el lugar central, mientras que las
verduras o el arroz apenas ocupan una pequeña parte del borde, siendo un mero
acompañamiento.
Pues
bien, lo que propone el Dr. Hyman es revertir esta situación. Es decir, ¡que
las verduras se conviertan en el alimento central y la carne en un
acompañamiento!.
Según
la dieta pegana las verduras y las frutas deben representar el 75% de sus
aportes alimenticios, pero sobre todo las verduras (ya que las frutas, al fin y
al cabo, contienen fructosa, un azúcar que también eleva los valores de
glucemia). Además, ambas tienen un bajo contenido en grasas (salvo excepciones
como el coco o el aguacate),
Prime
sobre todo aquéllas cuyo índice glucémico sea reducido, para que su nivel de
azúcar en sangre se mantenga equilibrado. El consumo de patatas, maíz, plátano
maduro, dátiles y uvas, por ejemplo, ha de ser limitado.
Puede
comer, en cambio, muchas bayas, frutos del bosque, brócoli, espinacas, coliflor,
puerros, berenjenas, calabacines, tomates, pepinos y batatas, entre otros.
El Dr. Mark Hyman aconseja igualmente el consumo de frutos secos (a excepción de los
cacahuetes), las semillas (de calabaza, lino y girasol), las aceitunas, los
aguacates, el coco (especialmente el aceite de coco virgen) y los pescados con
omega 3.
Alimentos
desaconsejados en la dieta pegana.
Como ya
imaginará, al igual que casi todas las dietas, también la pegana cuenta con su
pequeña lista de alimentos de los que se recomienda prescindir. Para empezar,
debe evitar el aceite de girasol, el de maíz, el de soja y el de colza
refinada.
Y, por
supuesto, los alimentos procesados, que ya sabe que son nefastos para la salud.
Entre ellos están los aceites refinados, los azúcares añadidos y los aditivos
alimentarios, que se encuentran en muchos platos precocinados. Asimismo, lo
mejor es que se mantenga alejado de los organismos modificados genéticamente
(OMG) y de los productos con pesticidas o antibióticos (tan presentes en la
agricultura y ganaderías intensivas).
La
dieta pegana desaconseja igualmente el consumo de productos lácteos, salvando
quizás algunos de oveja y cabra.
En la
dieta pegana el 25% de las calorías proceden de las proteínas y las grasas. Y,
como ya he mencionado, se desaconseja la carne de cría industrial, siendo lo
ideal que tanto la carne como los huevos provengan de granjas ecológicas.
En
cuanto al pescado, debe asegurarse de que no contiene metales pesados
(mercurio, cadmio...) y dar preferencia a variedades como las sardinas o el
salmón salvaje.
También
hay que limitar la ingesta de cereales y de legumbres. Para ello debe seguir
una regla muy simple en cuanto a la cantidad:
- Un máximo de 125 g de cereales por comida, priorizando el arroz negro, la quinua, el amaranto, el mijo, el teff y la avena.
- Y un máximo de 75 g de legumbres al día, dando prioridad a las lentejas, los garbanzos, las alubias…
Pero,
cuidado, si usted tiene tendencia al sobrepeso o a la diabetes, debe reducir el
aporte de cereales y legumbres de su dieta.
“¿Supone
la dieta pegana algún peligro para la salud?”.
Hay una
pregunta que quizás le haya venido a la mente y que es normal plantearse si
está pensando en cambiar sus hábitos alimentarios: “¿conlleva algún tipo de
riesgo la adopción de una dieta pegana?”. Pues… la respuesta es que no (siempre
que el 75% de su plato sean vegetales). Esta dieta descansa sobre unos
principios nutricionales sólidos que la hacen apta para cualquier persona.
Si
tiene alguna duda, puede consultar con su médico o con un experto en salud
natural o en nutrición, pero para su tranquilidad le diré que los peganos
tienen mucho en común con los flexitarianos (los que sólo consumen pescado o
carne -de alta calidad- de forma ocasional). Conozco a muchas de estas
personas, y todas gozan de un estupendo estado de salud.
¿Y
usted?. ¿Se anima a probar la dieta pegana?. ¿O quizás acaba de descubrir que ya
la sigue?. Ya me contará sus impresiones.
¡A su
salud!.
Luis
Miguel Oliveiras
Artículo original: https://www.saludnutricionbienestar.com/ni-paleo-ni-vegana-dieta-pegana/
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Fuentes empleadas por el autor:
- Hyman, Mark. “This Weird Diet Is Actually The
Healthiest, According To One Of The Country's Top Functional Docs”. 27 Febrero 2018.
Mbgfood (mindbodygreen.com).
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