“La totalidad está presente incluso en las piezas rotas” (Aldous Huxley).
“El que puede cambiar sus pensamientos, puede cambiar su destino” (Stephen Crane).
“El hombre que se levanta es aún más fuerte que el que no ha caído” (Viktor Frankl).
Rocky, cuando habla con su hijo y le dice durante el discurso:
- "Hay que soportar sin dejar de avanzar; si sabes lo que vales, ve y consigue lo que quieres. Pero tendrás que soportar los golpes de la vida”.
Frente a parecidas circunstancias, hay personas que se hunden y que contemplan la vida común como un lugar en el que ya no hay capacidad de reacción, y otras que la vida vale la pena, y que ahí fuera quedan oportunidades para todos, y que "a mal tiempo, buena cara".
¿Qué es la RESILIENCIA?.
La RESILENCIA es capacidad de soportar los golpes y los avatares de la vida y saber sobreponerse:
- La persona resiliente sufre, siente y padece pero no se recrea en el dolor, sino que lo interpreta como parte del proceso.
- El dolor y las circunstancias difíciles forman parte de la vida, son parte del juego.
¿Es capaz de olvidar el pasado, sobreponerse y mirar hacia delante?.
Imagine la existencia como un juego, parte de las reglas las escribe usted, pero otras partes vienen determinadas: la definición que haga de cada piedra determina la forma como enfrentase, o huir.
Si vemos la vida como ese lugar en el que tiene que aprender a vencer obstáculos, un tablero con pruebas de lógica y estrategia en las que debe pensar para resolver las situaciones, seguro que será más atractivo que si las define como "mala suerte", desgracias en que no puede intervenir. Esta visión le hace "ser víctima" y no protagonista: imagínese que la vida es un juego en el que tiene que "ganar"; entendido este concepto como la capacidad de ir solventando obstáculos, aprendiendo de los errores y de sus victorias, y "siendo feliz y disfrutando de los detalles".
También significa "no dejar que el pasado le condicione", de forma que siempre tiene oportunidad ... se deben tener los ojos bien abiertos para poder verlas.
Su atención es como un faro que alumbra en la oscuridad. Deje de enfocar a lo que no funciona, esto no le va a ayudar a avanzar.
¿Por qué hay personas con resiliencia y otras no?.
Podemos entrenarnos para convertirnos en alguien resiliente, ¿o se tiene que aceptar victimismo y el derrotismo como modo de vida?. Es importante tener presente:
- Aceptar la parte injusta de la vida. Todos vivimos alguna vez una situación que no nos merecemos. ¿Qué hacer?:
- La decisión inteligente es centrar la atención en cómo puede actuar para sumar.
- Refunfuñar, quejarse sin sentido, dedicarse a hurgar en la herida no le devolverá la justicia. Abandone el victimismo, le hace débil y le deja fuera de juego.
- Valorar sus recursos y capacidades:
- Se percibirá como alguien valioso si le da valor a lo que funciona, si en su memoria están más presentes los éxitos que los fracasos.
- Tener un autoconcepto positivo da confianza y autoestima. Es importante fomentar esto en los niños y en los adultos, en todo aquél que lo necesite, para que adquieran la capacidad de ser resilientes.
Reconozca y potencie sus fortalezas.
A pesar de que el juego de la vida le haya ganado una partida, quedan muchas por delante.
Debe contemplarse como alguien con capacidad para volver a superarse. ¿Por qué?:
Los fracasos dicen cómo no hacer algo, pero no dicen que no sea capaz de volver a intentarlo. Analice el error para aprender de él, y luego, es el momento de empezar otra vez.
Solución de problemas.
Las personas resilientes ven los problemas como misterios a los que hay que dar salida, pero no como problemas que bloquean sus vidas, son enigmas, y pruebas.
Imagine que es otra persona, con una manera distinta de observar el mundo… más positiva, más atrevida, más creativa. Intente buscar propuestas desde ese punto de vista.
Diga adiós al victimismo.
Las personas que no se lamentan de su pasado, ni de lo que provocaron, ni si fueron víctimas, su pasado les sirve para analizar y tomar decisiones, pero no para sufrir.
Su atención está puesta en qué puede hacer para ser más feliz, fuerte para alcanzar mi objetivo ,se trata de evitar que la vida decida por usted: "Deje de mirar por el retrovisor".
Implicarse con responsabilidad.
A principio de los años setenta, Kobasa y Maddi definieron "la personalidad resistente" y una de sus virtudes era la responsabilidad con lo que depende de uno mismo: atribuir los éxitos y los fracasos a variables internas suyas. Así sabrá qué tiene que repetir la próxima vez que se enfrente a un reto y qué tiene que cambiar para mejorar ante futuros problemas.
Comprométase.
El compromiso es una de las características de los resilientes. Depende de su escala de valores, del respeto que tenga a su palabra. Pero también está vinculado a su implicación, a cómo se involucra en sus obligaciones y en sus placeres: "tener compromiso" significa decir que vas a hacer algo y hacerlo, "tener palabra" con uno mismo y con los demás. Si tiene dudas de no ser capaz de llevar a cabo lo que está diciendo, es mejor ser prudente y decirlo.
Ponga un ritmo diferente en su vida.
Si se dedica a "pasar por la vida a toda velocidad", no será consciente de qué le está pasando, de qué puede disfrutar ni de "vivir en el presente": querrá todo el rato buscar la felicidad en el futuro, llegar a ese lugar en el que cree que será feliz. Pero la felicidad está aquí, hoy, con usted y con todo su entorno. Tiene que aprender a relacionarse de forma diferente, que le favorezca, que sea capaz de contemplar y degustar lo que ve, oye, siente, huele y toca.
El presente es el lugar en el que tiene margen de maniobra, no lo desprecie ni lo ningunee.
Observe la vida de forma positiva.
Confíe en que la vida le deparará momentos felices, involúcrese para conseguirlo. Puede dirigir su mente, sus pensamientos... y orientarlos como un radar para buscar los aspectos positivos.
Su manera de pensar determina en gran parte cómo se siente y las cosas que hace.
La vida es un continuo desafío, un lugar en el que aparecen oportunidades. Si se aferra a la idea de que perderá la oportunidad, se está condicionando. La vida está llena de oportunidades, si no pasa hoy, será mañana. La vida ha dejado de tener ese carácter de “para toda la vida”.
Ahora se acepta el cambio, tanto en la vida personal como en la profesional.
Enfrentarse en lugar de huir.
Los resilientes postergan menos. ¿A qué le conduce postergar?: Sólo a que retrase la obligación, se sienta mal consigo mismo y le aumente la ansiedad para resolver lo que tiene pendiente.
Los obstáculos se analizan, se solucionan, "se saltan", pero no se evitan; huir no es la solución, sino parte del problema y de su malestar. No tenga miedo, ni siquiera a pasarlo mal.
¿Realmente lo va a pasar tan mal “metiéndole mano al asunto”?.
Seguro que no, es más lo que cree que es, que lo que realmente tiene frente a usted.
Recuerde: "La vida no le deja en el camino si usted no se lo permite".
http://elpais.com/elpais/2013/11/29/eps/1385738410_809886.html
PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
- ¿Qué conclusiones obtenemos de este artículo?. ¿Es aplicable este valor a alguna de las situaciones que se están viviendo en la familia?, ¿qué situaciones hay en la familia que necesitan de esta cualidad?.
- ¿Cómo ayudarnos unos a otros a desarrollarla y saber sobreponernos a las dificultades y salir adelante a pesar de esos socavones de la vida?.
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