Hoy quiero contarles una increíble y bonita
historia. Fue publicada por The New York Times con el título de “La isla cuyos
habitantes olvidan morir” (The Island Where People Forget To Die).
El artículo cuenta la historia de Stamatis Moraitis, un combatiente de la Segunda Guerra Mundial de origen griego que
decide irse a vivir a Estados Unidos después del fin de la guerra. Tras adoptar
el estilo de vida americano -con una casa en Florida, dos coches y tres hijos-
a Stamatis Moraitis le comunican en 1976 que padece un cáncer de pulmón. El
diagnóstico sería confirmado por nueve médicos distintos, que le darían una
esperanza de vida de nueve meses. Por aquel entonces tiene 62 años.
Stamatis decide entonces volver con su esposa a
su isla natal de Icaria, en el mar Egeo, para ser enterrado junto a sus
antepasados en un umbrío cementerio frente al mar. Stamatis decide instalarse
en una pequeña casa encalada situada en medio de una hectárea de escarpadas
vides, en la costa norte de Icaria, y se prepara para morir.
Se prepara para morir, pero...
En un primer momento suele pasar los días en la
cama, recibiendo los cuidados de su madre y de su esposa.
Pero muy pronto redescubre la fe de su infancia y
comienza a visitar, cada mañana de domingo, la pequeña capilla ortodoxa situada
en lo alto de la colina, donde su abuelo había sido pope (sacerdote de la
iglesia ortodoxa griega). Cuando sus amigos de la infancia se enteran de su
vuelta, empiezan a visitarlo cada tarde. Sus conversaciones pueden durar horas,
y se acompañan invariablemente de una o dos botellas de vino de cosecha. “Mejor
morir feliz”, se dice Stamatis.
Pero algo extraño pasará en los meses siguientes.
Stamatis cuenta cómo empieza a sentir que va recuperando sus fuerzas. Un día,
invadido por unas especiales ganas de hacer cosas, decide plantar algunas
hortalizas en su huerto. No tiene previsto cosecharlas él mismo, pero disfruta
del sol y de respirar la brisa marina. Lo hace por su mujer, para que ella
pueda disfrutar de las hortalizas una vez que él se haya ido.
Pasan seis meses. Stamatis Moraitis sigue vivo.
Lejos de entrar en agonía, consigue ampliar su huerto y, al sentir que recupera
fuerzas, también se encarga de limpiar el viñedo familiar. Poco a poco se va
adaptando al ritmo de vida apacible de la pequeña ciudad: se levanta cuando le
apetece, trabaja en el viñedo hasta el mediodía, come bien y luego duerme una
larga siesta. Por las tardes adquiere la costumbre de acercarse a la taberna de
la esquina, donde juega al dominó hasta bien entrada la noche. Y pasan los
años. Su salud no hace más que mejorar. Decide añadir algunas habitaciones a la
casa de sus padres. Desarrolla el viñedo hasta producir 1.500 litros anuales de
vino.
Stamatis Moraitis vivió hasta el 3 de febrero de
2013. Tenía 98 años (según un documento oficial que él mismo cuestionaba, ya
que afirmaba tener 103) y ni rastro de la enfermedad que le había sido
diagnosticada décadas atrás. Jamás se sometió a quimioterapia ni tomó
medicamentos de ningún tipo. Lo único que hizo fue marcharse a vivir a Icaria.
¿Es representativo su estado?.
El caso de Stamatis Moraitis y de la isla de
Icaria ha sido objeto de un reportaje de la National Geographic Society
(editora de la famosa revista National Geographic).
Además, en un estudio llevado a cabo en la
Universidad de Atenas, el demógrafo belga Michel Poulain determinó que el
número de habitantes de la ciudad de Icaria que alcanzan la edad de 90 años
superan en dos veces y media a los estadounidenses. Los hombres en concreto
tienen cuatro veces más probabilidades de alcanzar la edad de 90 años que los
hombres estadounidenses, y disfrutan en general de un mejor estado de salud. Y,
lo que es más: viven de 8 a 10 años más antes de morir de cáncer o de
enfermedad cardiovascular, presentan una menor tasa de depresión y su tasa de
demencia senil no alcanza ni la cuarta parte que la de la población
estadounidense.
Los secretos de Icaria.
Según el doctor Leriadis, que vive y cuida de los
habitantes de Icaria, la buena salud de éstos se debe a su modo de vida y a las
óptimas relaciones sociales que existen entre los habitantes, pero también a
una especie de tisana, el “té de las montañas”, elaborada con hierbas secas que
crecen en la isla y que se consume cada día por la noche. Se trata de una
mezcla de mejorana silvestre, salvia, romero, artemisa y hojas de diente de león y de menta (fliskouni), a la que añaden un poco de limón.
La doctora Ionna Chinou, profesora de Farmacia en
la Universidad de Atenas y una de las mejores expertas europeas en las
propiedades bioactivas de las plantas, lo confirma: la menta silvestre combate
la gingivitis y los trastornos intestinales, el romero es un remedio contra la
gota. Y la artemisa mejora la circulación sanguínea. Esta tisana es una
importante fuente de polifenoles, que tienen poderosas propiedades antioxidantes. Y la mayoría de estas plantas son ligeramente diuréticas, lo que
ayuda a combatir la hipertensión.
La miel también se considera toda una panacea.
“Aquí existen tipos de miel que no se ven en ninguna otra parte del mundo”,
afirma el doctor Leriadis. “La utilizamos para todo; desde el tratamiento de
lesiones hasta la resaca o la gripe. Las personas de edad avanzada de este
lugar comienzan el día tomando una cucharada de miel, como si se tratase de un
medicamento”.
Para desayunar, los habitantes de Icaria toman
leche de cabra, vino, infusión de salvia o café, pan y miel. En el almuerzo,
comen casi diariamente lentejas o judías, patatas, ensalada de cardo, hinojo y
de una planta similar a la espinaca llamada horta, y hortalizas de temporada;
todo ello regado con aceite de oliva. La cena se compone de pan y leche de cabra. En Navidad y Pascua celebran la matanza del cerdo de la familia y comen
el tocino en pequeñas cantidades durante los meses siguientes.
La doctora Christina Chrysohou, cardióloga de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Atenas, ha estudiado la dieta de 673
habitantes de Icaria, constatando que éstos consumen seis veces más legumbres
(judías, lentejas, garbanzos, etc.) que los estadounidenses, comen pescado dos
veces a la semana y carne cinco veces al mes. Asimismo beben de dos a tres tazas
de café y de dos a cuatro vasos de vino al día.
Pero, claramente, la buena salud de los
habitantes de Icaria se debe más bien a aquello que no consumen: La harina blanca y el azúcar no figuran en su dieta tradicional.
La verdad sobre el cáncer.
El cáncer da miedo. Sólo oír su nombre ya asusta.
Y a ello se suman, por desgracia, una serie de razones objetivas. Y es que el
cáncer mata a alrededor de ocho millones de personas cada año en todo el mundo;
en la mayoría de los países desarrollados, el cáncer es ahora la segunda causa
de muerte por detrás de las enfermedades cardiovasculares.
Pero la historia de Stamatis Moraitis demuestra
que existen soluciones contra el cáncer, en ocasiones más sencillas de lo que
cabría imaginar.
De hecho hay más de cien cosas que podemos hacer
para tener más probabilidades de evitar un cáncer o de frenar su evolución.
Las hemos reunido en “El Gran Informe contra el
cáncer”, un documento único y excepcional en el que va a descubrir la
alimentación que protege del cáncer, cómo provocar el “suicidio” de las células cancerígenas, cómo purificar y desintoxicar el organismo, los complementos alimenticios para acompañar el proceso de quimioterapia, los análisis de sangre
que indican si hay riesgo de desarrollar un cáncer y cómo corregir los
desequilibrios ocasionales, la verdad de los fitoestrógenos, así como todo lo
que hay que saber y hacer si le detectan un cáncer de mama o de próstata.
Descubrirá cómo el estrés, aunque no “produzca”
cáncer, contribuye en gran medida a su desarrollo. Y podrá conocer desde
especias anticáncer que podrá encontrar en su despensa hasta cómo controlar los
equilibrios hormonales; se va a beneficiar tanto de estos pequeños actos
cotidianos como de los últimos avances científicos.
Hoy en
día un cáncer ya no es sinónimo del fin de la vida.
“El Gran Informe contra el cáncer” es el
excepcional regalo que hemos preparado para dar la bienvenida a aquéllos que se
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emocionantes como ésta.
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¡A su salud!.
Juan-M. Dupuis
Artículo original: https://www.saludnutricionbienestar.com/isla-cancer-salud/
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Fuentes empleadas por el autor:
- "The Island Where People Forget to Die". The New York Times. 24.10.2012.
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