Si
usted sufre regularmente migrañas o dolores de cabeza, hay un 95% de
probabilidades de que el problema tenga su origen… ¡en lo que pone en el plato!.
Aquí
tiene un testimonio que me envió una lectora la pasada semana:
“Tengo
57 años. Desde muy pequeña siempre he tenido problemas de salud. Primero
eccema, después graves problemas de digestión y dolores de cabeza, terribles
migrañas…
Acudí a
una clínica especializada para dar con el origen de esas migrañas y allí me
realizaron electroencefalogramas, pero los médicos no encontraron nada.
Sólo me prescribieron un analgésico lo suficientemente potente como para aliviarme, pero que no arreglaba el problema. Hasta el día en que tuve que presentarme de urgencia en la consulta porque sufría calambres y mis piernas se habían puesto negras. El médico me dijo que se trataba de una falta de oxigenación de los tejidos y me aconsejó dejar de tomar el medicamento de inmediato, a pesar de que en su prospecto se recomienda disminuir progresivamente las dosis antes de dejarlo.
Sólo me prescribieron un analgésico lo suficientemente potente como para aliviarme, pero que no arreglaba el problema. Hasta el día en que tuve que presentarme de urgencia en la consulta porque sufría calambres y mis piernas se habían puesto negras. El médico me dijo que se trataba de una falta de oxigenación de los tejidos y me aconsejó dejar de tomar el medicamento de inmediato, a pesar de que en su prospecto se recomienda disminuir progresivamente las dosis antes de dejarlo.
Las
migrañas persistían y, de hecho, eran cada vez más fuertes, así como los
problemas de digestión (que me impedían incluso dormir). Después comenzaron los
dolores cervicales y me diagnosticaron una neuralgia de Arnold, por lo que
empecé a recibir acupuntura y sesiones de osteopatía, aunque sin éxito.
Los
dolores eran cada vez más fuertes y continuos, hasta que un día leí el
testimonio de un hombre diagnosticado de este tipo de neuralgia al que su
osteópata le había aconsejado eliminar todos los productos lácteos de su dieta.
Él aseguraba que en poco tiempo los dolores habían desaparecido por completo.
Como mi situación se estaba volviendo realmente insoportable, decidí probarlo.
Yo
siempre había consumido muchos lácteos y jamás me había planteado que eso
pudiera ser nocivo. Por todas partes se habla de sus beneficios, por lo que yo
creía que estaba comiendo sano. Dejé de tomarlos y rápidamente los dolores
desaparecieron, aunque con algunas recaídas. Tomaba un poco de salami, por
ejemplo, y los dolores reaparecían. Y eso no contenía lactosa, por lo que tuve
que empezar a leer minuciosamente las etiquetas de cada producto que comía e ir
eliminando poco a poco todos los alimentos que me provocaban migrañas. ¡Pero el
esfuerzo valió para dejar de sufrir!.
Ya hace
4 años que estoy mejor, e incluso los dolores articulares que sentía en dedos y
muñecas y que atribuía al desgaste propio de la edad han desaparecido. ¡La vida
es maravillosa sin dolor!”
Ya lo
ve, esta es una historia terrible… pero con final feliz. No obstante, por
desgracia terminar con los dolores de cabeza no es siempre tan “fácil”.
En el
caso de esta otra lectora, encontrar la verdadera causa de sus migrañas también
fue toda una odisea:
“Después
de sufrir terribles migrañas durante 10 años, agoté todas las posibilidades que
me ofrecía la farmacopea, de médico en médico y sin ningún resultado más allá
de la intoxicación medicamentosa.
Cuando
supe que la causa podía ser alimentaria, me hice unos completos análisis de
sangre y descubrí que tenía una intolerancia moderada a los cereales con gluten
y a la leche de vaca, así como otra algo más marcada al plátano.
Lo
suprimí todo de inmediato y mis migrañas disminuyeron notablemente en
frecuencia e intensidad, pero todavía las seguía padeciendo alguna vez. Por
medio de una estrategia ensayo-error que yo misma puse en marcha terminé
descubriendo que también tengo una intolerancia severa a la tiramina [una amina
vasoactiva por su transformación en epinefrina presente en el queso viejo, las
nueces, los arenques, sardinas y otros pescados y el hígado de pollo, entre
otros, y cuya acción migrañosa se reduce evitando estos alimentos de la dieta].
Así, eliminé también de mi dieta todos los alimentos y bebidas que la
contienen. Después de eso reviví, literalmente. ¡Quedan todavía muchísimas
cosas deliciosas que puedo comer y beber, he aprendido a cocinar de una forma
distinta y puedo comer por fin sin tener miedo a pagarlo realmente caro!
Es
lamentable que ninguno de estos médicos tan apresurados por prescribirme
peligrosos e inútiles tratamientos estuviese al corriente de que un simple
análisis de sangre podría devolverme las ganas de vivir.”
Acabar con los dolores de cabeza sin medicamentos.
Como
estas dos personas, usted puede terminar definitivamente con las
migrañas y dolores de cabeza sin necesidad de tomar medicamentos.
El
dolor es una “llamada de auxilio” con la que su cuerpo trata de decirle que
algo no anda bien. Por eso tomar un calmante es como poner una mordaza en la
boca de alguien que sufre: es eficaz para evitar que grite, pero no arregla el
problema de fondo.
Además,
al tomarlos se expone a sus efectos secundarios: el paracetamol puede dañar el
hígado y la aspirina puede producir un sangrado en el estómago por sus efectos
erosivos sobre la mucosa gástrica, por ejemplo.
Una
investigación reciente ha demostrado que incluso muchas clases de fármacos
analgésicos terminan provocando… ¡dolores de cabeza!.
El
estudio se realizó sobre 139 pacientes que consumían calmantes a diario desde
hacía 6 años o más. Bastó con que dejasen de tomarlos para que sus cefaleas
(dolores de cabeza) remitiesen completamente o se redujesen de forma
espectacular.
Y qué
decir de los potentes triptanos (agentes antagonistas selectivos de la
serotonina), que son muy eficaces para aliviar momentáneamente el dolor pero
también ocultan un terrible problema. Y es que si los toma con regularidad,
corre un importante riesgo de padecer episodios repetidos de migraña.
Es lo
que se denomina “cefaleas de rebote”. Según el Dr. Josh Turknett, neurólogo y
gran especialista en migrañas, “el uso continuado de fármacos antimigrañas crea
un círculo vicioso en el que el medicamento calma temporalmente el dolor de cabeza al tiempo que contribuye a la recidiva de la migraña desde el mismo
momento en que se pasa su efecto. Y ese ciclo puede repetirse hasta el
infinito. Yo conozco a pacientes que han tenido dolor de cabeza a diario durante
años por culpa de este fenómeno. La única forma de romper este círculo vicioso
es dejar de tomar el medicamento, una solución que entiendo que puede parecer
paradójica y cruel.”
Por
tanto, la verdadera solución a largo plazo es saber qué es lo que va mal (en
definitiva, qué es lo que provoca las migrañas), lo que suele conducirnos hasta
algún problema en la alimentación.
Le he
preparado una lista con todos los “desencadenantes nutricionales” posibles de
las migrañas y los dolores de cabeza. Y no son pocos, como está a punto de
comprobar.
Posible causa n º 1: carencia de magnesio.
El
déficit de magnesio es una de las causas más frecuentes de los dolores de cabeza y las migrañas, y tomar magnesio una de las formas más sencillas de
evitarlos.
Varios
estudios doble ciego contra placebo demostraron que el magnesio es muy eficaz
para reducir el número de migrañas y su intensidad.
Por
tanto, si usted es propenso a sufrir dolores de cabeza o migrañas, tome 600 mg
de magnesio cada día durante 3 ó 4 meses (tarda un cierto tiempo en empezar a
hacer efecto). Asimismo, opte por las formas de mejor absorción (como el
citrato, el bisglicinato o el glicerofosfato) en lugar de aquéllas que pueden
hacerle salir disparado al baño (como el óxido, el hidróxido o el sulfato).
Cabe
tener en cuenta, además, que el magnesio ayuda a combatir la ansiedad y mejora
la calidad del sueño -algo importante cuando se sabe que el estrés y el
insomnio son dos factores bien conocidos que producen dolor de cabeza-.
Posible causa n º 2: la sal.
No es
ningún secreto que el exceso de sal es perjudicial para la salud. Puede
aumentar la tensión arterial, dañar los riñones o agravar una enfermedad autoinmune.
Pero,
¿sabía usted que la sal en exceso también puede provocar dolor de cabeza?.
Eso es
lo que demostró un estudio que comparó los efectos de una dieta pobre en sal (4
g al día) con los de una medianamente rica en sal (8 g al día).
Resultado:
los participantes que habían seguido el régimen con mayor contenido en sal
tuvieron un 30% más de dolores de cabeza, independientemente de los efectos de
la sal sobre la tensión arterial (es necesario precisar que la tensión
demasiado alta puede provocar también dolores de cabeza).
Por
tanto, tenga cuidado con los alimentos muy ricos en sal: pan, queso, salsa de
soja… Y por supuesto huya de los precocinados, siempre demasiado salados.
Posible causa n º 3: el azúcar y la “montaña rusa” de la glucemia.
Las
personas que suelen padecer migrañas saben bien que corren un elevado riesgo de
sufrir una cuando se saltan una comida.
Pero no
es ese ayuno lo que provoca la migraña; el verdadero problema es el desplome
del nivel de azúcar en sangre.
Y ¿sabe
usted qué es lo que también provoca esas caídas brutales de la glucemia? ¡Comer
alimentos demasiado azucarados, es decir, de alto índice glucémico!.
Esto
puede parecer paradójico, pero tiene toda la lógica: los alimentos con azúcares
rápidos aumentan drásticamente el nivel de azúcar en sangre, lo que obliga al
páncreas a responder con una secreción brusca de insulina para neutralizar esa
subida repentina de azúcar en sangre… ¡hasta llevar al organismo a una
situación de hipoglucemia!.
¿Ve el
círculo vicioso?. La caída del nivel de azúcar en sangre da súbitamente una
sensación de hambre, pudiendo provocar una migraña. Y, para compensarlo, la
persona que la sufre opta por un alimento muy azucarado… ¡cuando lo único que
está haciendo es empeorar la situación!.
Si
usted suele tener migrañas, incluso la fruta puede provocarle una mala
reacción, sobre todo la más azucarada, como por ejemplo los plátanos o las
uvas.
Por
supuesto, no estoy hablando aquí de los alimentos de elevado índice glucémico
que usted debería limitar en cualquier caso, tenga o no dolores de cabeza (pan blanco o completo, patatas, arroz blanco o pastas, entre otros).
Para
acabar con las migrañas más persistentes a veces es necesario dejar de consumir
totalmente los almidones y la fruta más dulce durante algunas semanas. Pero no
desespere, ¡el alivio termina por llegar!.
Posible
causa n º 4: la leche (¡y el calcio!).
No hay
ninguna duda de que la intolerancia a la lactosa puede provocar fuertes dolores de cabeza (como vio en los testimonios con los que arrancaba esta entrada), pero
un grupo de investigadores de la Universidad de Cardiff ha corroborado
recientemente una prueba que demuestra magistralmente que es así.
Los
investigadores solicitaron a un grupo de pacientes intolerantes a la lactosa
que ingiriesen 50 g de esta sustancia ¡y el 86% de ellos experimentó dolor de
cabeza!.
Cabe
recordar que la intolerancia a la lactosa afecta a entre un 30 y un 50% de la
población española. La buena noticia, si este es su caso, es que le bastará con
suprimir totalmente los productos lácteos para encontrarse mucho mejor.
Pero,
¡ojo! Incluso aquéllos que digieren bien la lactosa deberían ser prudentes con
su consumo de leche. Y es que otra causa del dolor de cabeza algo menos
conocida es el exceso de calcio.
Se sabe
desde hace mucho que demasiado calcio puede volver rígidas las arterias y
provocar crisis cardíacas, pero lo cierto es que también puede provocar dolores
de cabeza. La mejor prueba es que numerosos medicamentos contra las cefaleas
actúan bloqueando la entrada de calcio en las células.
Olvide
por tanto la recomendación de “tres lácteos al día” y reduzca al máximo su
consumo de leche. Estará haciendo lo mejor para su cabeza y su corazón.
Posible
causa n º 5: el gluten.
Las
personas que no toleran el gluten sufren por lo general graves problemas
digestivos. Pero a veces esta sensibilidad al gluten lo que provoca son
violentos dolores de cabeza.
Si
usted sufre migrañas o dolores de cabeza con frecuencia, créame cuando le digo
que merece la pena que se someta a esta prueba: deje por completo el gluten
durante varias semanas y vea cómo responde su cuerpo (especialmente su cabeza).
Sé que
a algunos no les resulta fácil decir adiós al pan, la pasta o algunas galletas
o bollos, pero incluso los elaborados a partir de harina de trigo, espelta,
cebada o centeno contienen gluten.
Si es
su caso, ¡anímese pensado que va a hacer un bien inmenso a su salud!. Y es que
sea o no sensible o intolerante al gluten, lo cierto es que se trata de una
proteína que más vale evitar.
Un
estudio reciente ha demostrado que incluso debilita peligrosamente las paredes del intestino, hasta el punto que podrían dejar pasar a la sangre bacterias y
fragmentos de proteínas que “enloquecerían” al sistema inmunitario y
desencadenarían síntomas dolorosos o inflamatorios por todo el cuerpo.
Es la
razón por la que a veces es suficiente con dejar el gluten para curar el
eccema, la fatiga crónica, la depresión… ¡y los dolores de cabeza!.
Posible
causa n º 6: los restaurantes chinos (y la Coca-Cola Light).
No es
la comida china la que provoca las migrañas, sino el glutamato que con
frecuencia lleva añadido.
El
problema del glutamato monosódico (GMS) es que pasa a ocupar el lugar de
ciertos neurotransmisores del cerebro y deteriora las neuronas.
A los
sensibles a él, el GMS puede provocarles, además de dolor de cabeza, numerosos
síntomas como náuseas o sofocos, entre otros. Algunos médicos han llegado a
llamarlo “el síndrome del restaurante chino”.
Pero lo
cierto es que el GMS no se encuentra únicamente en la comida de este tipo de
establecimientos, sino que es muy apreciado en la industria para dar sabor a
los alimentos, y por eso se añade a multitud de platos preparados.
Se
encuentra tras los códigos E621 a E625, por lo que le insto a que revise bien
las etiquetas, sobre todo en las sopas o salsas.
Finalmente,
también debería evitar la Coca-Cola Light si tiene dolores de cabeza, pues el
aspartamo que contiene se convierte en glutamato una vez llega al organismo.
Posible
causa n º 7: el café.
El caso
del café es una paradoja en sí mismo.
Figúrese
que numerosos medicamentos para combatir las migrañas contienen cafeína, lo
cual es lógico ya que la cafeína es capaz de contrarrestar la migraña en un
primer momento.
No
obstante, beber café regularmente puede ser también una causa de migraña o
dolor de cabeza. Por lo general eso es lo que sucede cuando la cafeína se toma
en la segunda mitad del día, en vez de por la mañana, momento en que se tolera
mejor.
Y el
problema se plantea también cuando se deja el café. En mi caso fue evidente:
durante una época yo bebía café de lunes a viernes para mejorar mi rendimiento
en el trabajo y tenía con frecuencia dolor de cabeza los fines de semana. Es
decir, que lo que tenía era ¡síndrome de abstinencia!.
Posible
causa n º 8: otros alimentos desencadenantes.
Entre
el resto de desencadenantes más conocidos de los dolores de cabeza y las
migrañas están por supuesto el alcohol -y la famosa resaca en caso de exceso- y
los sulfitos que contiene el vino (para las personas que presentan sensibilidad
a ellos).
Otro
“sospechoso” por excelencia es la charcutería, y más concretamente los nitritos
que contienen los productos de este tipo.
Pero
también los quesos añejos (que contienen mucha tiramina) y el chocolate son
factores que podrían desencadenar la migraña, así como una serie de alimentos
que en otras circunstancias resultan absolutamente excelentes para la salud:
los agrios o encurtidos, las legumbres y los frutos secos.
Como no
se puede suprimir todo de golpe, le invito a que se haga una prueba para detectar
posibles intolerancias alimentarias si en su caso no ha bastado con eliminar
alguna de las otras 7 posibles causas que acabo de enumerarle.
Unos
últimos consejos.
Como
ávido lector, quizá se haya planteado por qué no he explicado la diferencia
entre migrañas y simples dolores de cabeza a lo largo del texto. Lo cierto es
que, aunque no tienen nada que ver en términos de “sensación”, las causas de
ambos fenómenos son muy similares y por tanto también la forma de acabar con
ellos, los dos aspectos en los que hoy me centro. Por eso he creído que no
tiene sentido pararme a explicar sus diferencias.
Y
déjeme darle dos últimos apuntes:
Por un
lado, valore comprobar su tasa de hierro y de vitamina D en sangre, ya que el
déficit de alguna de las dos sustancias también puede provocar dolor de cabeza.
Finalmente,
¡no se olvide del ejercicio!. En un estudio publicado en la revista Cephalalgia
se demuestra que la actividad física es tan eficaz como un medicamento, (el
Topamax, que se emplea esencialmente como antiepiléptico pero también como
antimigrañoso…) y por supuesto sin efectos secundarios añadidos (¡excepto el de
ponerle en forma!).
¡A su
salud!.
Luis
Miguel Oliveiras y el Equipo de Tener S@lud
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- HC. Diener et al. “Analgesic-induced chronic headache: long-term results of withdrawal therapy”. NCBI, 1989.
- Dr Josh Turknett. "En finir avec la migraine". Thierry Souccar editions, 2016.
- F. Assarzadegan et al. “Serum concentration of magnesium as an independent risk factor in migraine attacks: a matched case-control study and review of the literature”. NCBI. Septembre 2016.
- A. Peikert et al. “Prophylaxis of migraine with oral magnesium: results from a prospective, multi-center, placebo-controlled and double-blind randomized study”. NCBI. 1996.
- A. Sharhrami et al. “Comparison of therapeutic effects of magnesium sulfate vs. dexamethasone/metoclopramide on alleviating acute migraine headache”. NCBI. Jan. 2015.
- M. Amer et al. “Effects of dietary sodium and the DASH diet on the occurrence of headaches: results from randomised multicentre DASH-Sodium clinical trial”. BMJ Journal. 2014.
- Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
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- A. Gonzalez et al. “Migraines Are Correlated with Higher Levels of Nitrate-, Nitrite-, and Nitric Oxide-Reducing Oral Microbes in the American Gut Project Cohort”. The American society for microbiology. 2016.
- JK Virtanen et al. “Low serum 25-hydroxyvitamin D is associated with higher risk of frequent headache in middle-aged and older men”. Scientific reports. October, 2016.
Muchas gracias, me ha sido de gran utilidad, ya que es algo que suele ser recurrente y viene bien saber qué hacer
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