miércoles, 13 de junio de 2018

¿Sabe cuál es su verdadera edad?

Parece una pregunta trampa, pero es que su verdadera edad no es la que aparece en su partida de nacimiento.
No estamos hablando de arrugas y líneas de expresión, de manchas en la piel ni de canas, sino de algo mucho más importante. Tiene que ver con la memoria, el tiempo de reacción a los estímulos, la capacidad motora y la visual…
Su edad real es la que tiene escrita en todas y cada una de sus células. Y a continuación va a descubrir que es posible quitarse de encima un montón de años.

Las células tienen la capacidad de regenerarse.

Las células, a pesar de no ser inmortales, tienen la facultad extraordinaria de regenerarse.
Fijémonos por ejemplo en el intestino: sólo necesita tres días para renovarse por completo; en cuanto a la retina, necesita apenas diez días. Un órgano tan complejo como el hígado se renueva de pies a cabeza en un año más o menos, e incluso el esqueleto se renueva por completo cada diez años.
Pero, por supuesto, esta capacidad de regenerarse no es infinita, pues si lo fuera ¡seríamos inmortales!. Con el paso de los años, la renovación celular se ralentiza, las células envejecen, empiezan a funcionar mal y acaban por perecer.
No obstante, es posible prolongar la renovación de las células reduciendo el impacto de los contaminantes que ensucian, inflaman, oxidan y alteran la actividad del sistema celular (estrés oxidativo, contaminación ambiental, mala calidad del sueño o de la alimentación…). Al alterarse los procesos de renovación celular, estos contaminantes contribuyen a acelerar el envejecimiento y aumentan el riesgo de padecer todas las enfermedades asociadas al mismo (como artrosis, cáncer, infarto, alzhéimer…).
Para mantener la renovación de las células, debe empezar por respetar los pilares de una vida más larga y con mejor salud:
  1. restricción de las calorías,
  2. una alimentación que dé más importancia a los alimentos frescos, ecológicos y ricos en nutrientes esenciales (consumidos crudos o cocinados a baja temperatura),
  3. además de practicar de forma habitual actividades físicas,
  4. así como pasar más tiempo al aire libre, en contacto con la naturaleza.
Pero hay algo más que puede hacer, sobre todo si lucha contra una enfermedad o si es mayor de 50 años y empieza a notar los efectos de la edad.
Para ayudarle, existen cinco nutrientes protectores del envejecimiento que son indispensables y que actúan en el núcleo de las células para luchar contra los principales mecanismos del envejecimiento, reducir el riesgo de padecer enfermedades y ganar años de vida con buena salud.
Recuerde, no estamos hablando de “antiedad” sino de “antienvejecimiento”, algo mucho más profundo, es decir, de frenar la decadencia física y mental y prolongar la vida con buena salud.

Protector n° 1: la coenzima Q10 regenera todas y cada una de las células.

La coenzima Q10 (o CoQ10) es un antioxidante presente en todas las células del organismo, concentrado en las mitocondrias, donde desempeña el papel de “chispa” que desencadena la producción de energía. Todos los órganos vitales, y en particular el corazón y el cerebro, tienen la necesidad de un aporte continuo de CoQ10 para que funcionen, como también la tienen los entre 30 y 50 billones de células que integran nuestro organismo.
La falta de CoQ10 se ha vinculado a tal número de enfermedades que es imposible citarlas todas, como es el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, el alzhéimer, los problemas de próstata, el párkinson, las migrañas y la degeneración macular ligada a la edad (DMAE), entre otras.
Cuando se es joven, se goza de buena salud y se rebosa vitalidad, el hígado fabrica CoQ10 suficiente para abastecer el corazón, los pulmones, los músculos y para contrarrestar el efecto de los radicales libres. De este modo, tenemos asegurada la energía y la protección de los órganos vitales (el corazón y el cerebro), la piel, el cabello y los ojos.
El problema aparece cuando, con el paso de los años, una salud más frágil, los medicamentos y una mala alimentación disminuyen la producción natural de CoQ10.
Así, al cumplir los 50 años, ya se produce un 25% menos de CoQ10 que a los 20, y al llegar a los 80 años esta disminución puede alcanzar el 65%, lo que explica por qué es tan importante a partir de los 50 años aportar de forma externa al organismo CoQ10.

Protector n° 2: la corteza de pino marítimo neutraliza los radicales libres.

El extracto de corteza de pino contiene una combinación natural de antioxidantes (procianidinas, bioflavonoides) y de ácidos orgánicos que lo convierten en un potente neutralizador de los radicales libres, esas moléculas “carnívoras” que devoran las células sanas, atacan las mitocondrias y alteran el ciclo de renovación celular.
Está científicamente demostrado que el extracto de corteza de pino prolonga la duración de la vida y aumenta la actividad de las vitaminas antioxidantes C y E. Ayuda a neutralizar los radicales libres generados por los rayos UV y protege así la piel de los riesgos ligados a la exposición solar y sus consecuencias sobre el envejecimiento cutáneo.
El extracto de corteza de pino estimula asimismo la síntesis de las células antirradicales libres más potentes del organismo (la superóxido dismutasa, la catalasa y el glutatión peroxidasa) y contribuye de este modo a proteger las capacidades visuales, que están muy expuestas al riesgo causado por los radicales libres.

Protector n° 3: la apigenina ataca las células cancerosas.

La apigenina es un potente compuesto natural contra el cáncer. Los investigadores demostraron en 2013 que se combina con la hnRNPA2, una proteína especialmente importante en el avance del cáncer, y que tiene la facultad de alterar el desarrollo de esta enfermedad, al volver mortales las células cancerígenas.
La apigenina es una sustancia de la familia de las flavonas que está presente en el perejil, el apio, las infusiones de manzanilla y numerosas frutas y verduras. En los estudios epidemiológicos el consumo de flavonas se asocia a un riesgo menor de cáncer de mama, del aparato digestivo, de piel y de próstata, así como en el cáncer de tipo hematológico. Además de esta actividad contra el cáncer, los flavonoides tienen efectos antialérgicos, antimicrobianos, antivirales y antiinflamatorios.
La dieta mediterránea, que da mucha importancia a la fruta y la verdura y tiene grandes beneficios sobre la salud, incluye alimentos ricos en apigenina. Sin embargo, estudios sobre la concentración de apigenina que realmente ingiere el organismo humano sugieren que variaría fuertemente según la calidad de los alimentos y su modo de consumirlos.
Eso significa que incluso siguiendo una dieta saludable no siempre está garantizada la ingesta de apigenina en la dosis adecuada, por lo que puede ser mejor asegurarse de cuánto se ingiere a través de la ingesta de complementos específicos de apigenina.

Protector n° 4: la huperzina A protege las neuronas.

La huperzina A es un alcaloide que se extrae de una planta utilizada tradicionalmente en la medicina china, la Huperzia serrata.
Unos investigadores chinos aislaron por primera vez la huperzina en 1948. Después investigadores occidentales concluyeron que esta sustancia presenta un gran interés para el tratamiento de los problemas de memoria que se observan sobre todo en la enfermedad de Alzheimer. Según un estudio de 2006, la huperzina A atenúa la disfunción mitocondrial al reducir la acumulación de radicales libres y mejorar el metabolismo energético mitocondrial en el cerebro.
Por ejemplo, durante el transcurso de un ensayo a doble ciego con placebo llevado a cabo durante ocho semanas entre 103 sujetos aquejados de alzhéimer se demostró que la administración diaria de 400 microgramos de huperzina (extracto altamente purificado procedente de la planta) mejoró la memoria, las facultades cognitivas y el comportamiento de los pacientes. Y en 2002 se obtuvieron unos resultados similares en un estudio a doble ciego con placebo llevado a cabo entre 202 sujetos.

Protector n° 5: la beta-alanina lucha contra la “caramelización” de las células.

La beta-alanina es el precursor directo de la carnosina, un aminoácido conocido por su acción contra la glicación de los tejidos orgánicos.
La glicación es un fenómeno natural que tiene lugar espontáneamente cuando un azúcar reductor se topa con una proteína. Sin ir más lejos este fenómeno se encuentra en el origen de la caramelización” de la carne al ponerla en la sartén. Así, por el efecto del calor, el azúcar de la carne reacciona con las proteínas, que se vuelven “glicadas”, es decir, rígidas e inutilizables. Ahora bien, resulta que la sangre contiene azúcar y que las arterias y los vasos sanguíneos están formados por proteínas. Por eso, cada vez que la tasa de azúcar en sangre aumenta, las proteínas corporales se caramelizan un poco más y estas proteínas caramelizadas se van acumulando a lo largo de toda la vida hasta provocar enfermedades cardíacas, degeneraciones cerebrales, artrosis o cataratas (las proteínas glicadas se acumulan en el ojo y acaban bloqueando la vista).
Gracias a su poder antioxidante, la carnosina (una sustancia presente de modo natural en el organismo) impide la formación de productos de glicación avanzados (los AGE, del inglés advanced glycosylation end-product), es decir las proteínas caramelizadas.
Podría parecer que la solución es tomar carnosina en forma de complementos alimenticios, pero lo cierto es que el organismo no la reconoce bien (se calcula que la cantidad real de carnosina absorbida a través de un complemento alimenticio se sitúa entre el 0 y el 14%). Varios estudios han mostrado que se podría eludir este problema tomando directamente beta-alanina, que se convierte en carnosina directamente en las mitocondrias en el 100% de los casos.

Regenere todas y cada una de sus células.

Ahora que conoce los mecanismos principales que provocan el envejecimiento y las enfermedades asociadas, va a poder actuar desde ya mismo para proteger las células y mejorar su renovación.
Pero sin engañarnos; el envejecimiento no se puede detener, pues es un proceso biológico natural. No existe la fuente de la eterna juventud. Pero sí puede ayudar a sus células a regenerarse, proporcionándoles los nutrientes que necesitan para lograrlo.
Para facilitarle la tarea y ayudarle a obtener los mejores resultados posibles, hemos encontrado un complemento nutricional que combina los cinco protectores celulares que acaba de ver. Se llama Fórmula Antiedad, pero no debe dejarse confundir por su nombre, porque como ya le he comentado antes es mucho más que eso, pues los cinco nutrientes que contiene suponen una auténtica cura antienvejecimiento para las células, que le proporcionarán las dosis óptimas de estos nutrientes indispensables que recomiendan los especialistas en medicina contra el envejecimiento, es decir:
  1. 80 mg de coenzima Q10 para regenerar las células.
  2. 100 mg de extracto de corteza de pino para protegerse de numerosas enfermedades asociadas a la inflamación y la oxidación.
  3. 20 mg de apigenina para combatir las células cancerosas.
  4. 600 µg de huperzina A para proteger las neuronas.
  5. 2000 mg de beta-alanina para luchar contra la glicación de los órganos vitales.
El mundo de los suplementos y complementos nutricionales es muy amplio. Basta visitar cualquier herbolario o tienda de productos naturales para comprobarlo. Y, como en todo, es indispensable saber reconocer los productos de calidad y los que, por su formulación, valen la pena. 
Y es el caso del producto que traigo hoy a estas líneas. Está destinado a la población en general, pero es especialmente recomendable a partir de los 50 años, cuando los mecanismos de renovación celular ya no funcionan como solían.
No tiene ningún efecto secundario indeseable, siempre que se respeten las dosis recomendadas por el laboratorio. Sin embargo, y como cualquier complemento, no debe tomarse en caso de embarazo o lactancia. Y ante la mínima duda, sobre todo si usted sufre alguna enfermedad, puede consultar a su médico.
Los nutrientes protectores de esta fórmula se van a poner a trabajar desde la primera toma en el centro de su sistema celular para:
  1. Aumentar la energía y reducir el cansancio físico y mental sintomático del envejecimiento celular.
  2. Detener el debilitamiento de los músculos y su pérdida de masa, en especial del corazón que, al cabo de los años, pierde la capacidad de bombear con eficacia la sangre y de alimentar los órganos.
  3. Mejorar la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones y así reducir los dolores.
  4. Mantener e incluso aumentar las capacidades cognitivas, disminuir la frecuencia de los lapsos de memoria y reforzar la capacidad de concentración.
  5. Estimular el sistema inmunitario y la capacidad de resistir a las infecciones.
  6. Preservar e incluso mejorar la capacidad visual.
Si lo toma a diario, va a empezar a notar ya desde las primeras semanas (incluso los primeros días) una mejora de la energía física y mental. A continuación verá cómo se le vuelve la piel más firme, notará una disminución de los dolores musculares y articulares y un refuerzo de la capacidad de resistencia a las infecciones. Y es sólo el principio, pues tiene efectos positivos en todas las funciones vitales.
Si desea incorporar a su rutina de salud este complemento nutricional “antienvejecimiento”, puede pedirlo aquí.

¡A su salud!.
Felipe M. Miller
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Fuentes empleadas por el autor:
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