Para mantener una buena comunicación en
el matrimonio no basta con amar al otro, sino que hay que saber cómo hacerlo.
El matrimonio es un proyecto de dos que se nutre de las aportaciones de ambos
esposos.
Los dos deben ser personas que evolucionen
positivamente, aportando siempre lo mejor de ellos mismos y estableciendo
objetivos, con un plan de vida común que les permita alcanzar un mayor grado de
compenetración.
No hace falta ser personas extraordinarias ni
perfectas, sólo se requiere ser personas que sepan amar. La vida matrimonial no
es neutra: cada uno de los actos de los esposos fortalece su amor, y abre
nuevas posibilidades o las deteriora y empequeñece.
El amor es como una planta: necesita
agua (afecto, consideración, respeto, confianza, etc.), necesita abono
(detalles, intimidad, ilusión, alegría, etc.), y necesita poda (rectificación
de defectos, erradicación de los malos hábitos, etc.); de lo contrario, se
seca.
En otras palabras, una relación conyugal
madura no será posible si no la cuidamos en el día a día, si no la nutrimos con
vitaminas (emociones positivas), y si no la defendemos de todo aquello que
pueda envenenarla o contaminarla (emociones tóxicas).
20 Tóxicos a evitar:
-1. No decirle nunca al otro que se le quiere:
se da por hecho que ya lo sabe.
-2. Guardar rencor hacia los errores del otro
y no querer perdonarle.
-3. Fijarse sólo en los defectos del otro, y
no en sus virtudes.
-4. Acostumbrarse a la compañía del otro: que
parezca algo normal, algo que merecemos.
-5. Jugar con su amor, considerando que hay
cosas más importantes: salidas frecuentes a solas, intimar con otras personas.
-6. Mecanizar la relación de amor, no poner
esmero en los detalles.
-7. No reírse nunca en casa, reservando la
alegría para fuera de ella.
-8. No decirle nunca al otro lo bien que hace
algo, no se lo vaya a creer.
-9. Ignorar al otro.
-10. Rechazar tener hijos "porque sólo dan
problemas".
-11. Juzgar las intenciones del otro.
Interpretar sus gestos y sus palabras: “Ya sé por qué dices esto o aquello… En
el fondo, tú siempre…”.
-12. Hacer de padre o de madre para el
otro. Practicar las técnicas parentales con el cónyuge: “haz esto, no hagas
aquello, saluda, sonríe, come bien,…”.
-13. Utilizar la ironía, el sarcasmo, el
grito, la ridiculización, la descalificación o el desdén al dirigirse al otro.
-14. Dudar, desconfiar, pensar siempre mal,
adelantarse a los acontecimientos en negativo, etc.
-15. No querer al otro como es, sino como nos
gustaría que fuese.
-16. Ser pasivo, esperar a que el otro tome
siempre la iniciativa.
-17. Ser conformista (inmovilista). Creer que
"si estamos bien", mejor no hacer cambios que "compliquen la
vida".
-18. Instrumentalizar al otro.
-20. Ser infiel al proyecto en común, pero no
entendido exclusivamente como las relaciones sentimentales y/o sexuales con
otra persona, sino en su totalidad.
20 Vitaminas:
-
1.Decirle todos los días que se le quiere: le gusta escucharlo, aunque ya lo
sepa.
-
2.Aprender a perdonar y a olvidar los errores.
-
3.Fijarse en sus virtudes. Pensar que uno mismo también tiene defectos.
-
4.Agradecer cada día la posibilidad de tenerlo cerca: no darlo por hecho.
-
5.Proteger lo más importante que uno tiene: el amor del otro. No arriesgarlo y
cuidarlo con todas las fuerzas.
-
6.Disfrutar mutuamente con cada detalle, y esforzarse por tener nuevos detalles
de amor cada día.
-
7.Contagiar alegría. Prescindir de lo negativo y buscar lo positivo que las
personas y las cosas encierran, ser optimistas, tener buen humor y saber reír.
-
8.Admirar y respetar al otro. Cuando uno ama a otro, es importante decirle lo
que nos gusta y valoramos de él, siempre desde una posición de sinceridad y
honestidad, y nunca para manipularlo o conseguir algo que deseamos.
-
9.Escucharlo. ¡Sentirse escuchado es muy gratificante!.
-
10.Ser leal y permanecer fiel al compromiso adquirido, trabajar día a día para
reavivar ese proyecto común, intentar que esa ilusión inicial, ese amor,
crezca; o, al menos, se mantenga, y la vida resulte gratificante para ambos.
-
11.Permanecer abierto a la vida, cuidar de los hijos: el trabajo y la diversión
no son lo primero.
-
12.No juzgar. No hay nada más temerario que hacer juicios temerarios.
-
13.Respetar al otro: es una persona adulta y responsable. No necesita que nadie
le diga qué hacer, cómo hacerlo, cuándo hacerlo.
-
14.Quererse el uno al otro tal como se es.
-
15.Respetar las formas: éstas cuentan, y mucho. La familiaridad no debe
convertirse en ordinariez, insensibilidad, falta de respeto o grosería.
-
16.Confiar es básico. La relación conyugal debe estar siempre presidida por una
confianza básica, es decir: tener la seguridad de poder confiar en el cónyuge,
y de que siempre lo encontraremos a nuestro lado.
-
17.Tomar la iniciativa, ser creativos. Cada cónyuge ha de asumir la plena
responsabilidad de mejorar la relación. El matrimonio no es cosa de uno, es
cosa de dos.
-
18.Aceptar los cambios, comprender que la relación es dinámica, que tanto uno
como otro cónyuge cambian con el tiempo, y que los dos se tienen que ajustar a
esos cambios.
-
19.Apoyarlo, respetar su libertad y procurar su pleno desarrollo personal.
-
20.Dialogar. El silencio y la incomunicación son los mayores enemigos.
PARA NUESTRA REFLEXIÓN:
- ¿Qué "tóxicos"
reconozco en mí mismo y que de algún modo dificulta el que haya vitaminas
en la relación de pareja que tengo?.
- ¿Qué "vitaminas"
existen ya que están haciendo bien y que conviene mantener e incluso
fomentar o ampliar?.
- ¿Qué estamos haciendo,
concretamente, que nos esté aportando armonía, expresión de los
afectos,... felicidad en suma en nuestra relación de pareja?.
- ¿Qué circunstancias o contextos
somos capaces de crear para que puedan darse esa buenas sensaciones, esa
"química" que nos hace sentirnos pareja?.
- ¿Cómo sería una relación ideal
de pareja, partiendo desde lo que yo pudiera hacer si me lo propusiera?.
¿Cómo me sentiría?, ¿cómo reaccionaría mi pareja viendo esa mejoría en
mí?, ¿cómo cambiaría eso la relación que ahora tenemos?, ¿quién más lo
notaría?.
Igual que nadie es
perfecto -salvo Dios- tampoco podemos esperar que seamos perfectos como pareja
o familia, por lo tanto es completamente normal que en nuestras relaciones de
pareja se den al mismo tiempo "tóxicos y vitaminas" al mismo tiempo,
en mayor o menor grado o cantidad, también en importancia.
Lo esencial ahora es ver
cómo damos la vuelta a todo aquello que no nos hace felices, fomentamos lo que
sí nos aporta felicidad y veamos individualmente y también en pareja "qué
podemos hacer" para enriquecer lo más posible las "vitaminas" en
detrimento de los "tóxicos" y con la actitud de hacer nueva nuestra
historia de pareja cada día, a cada instante.
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