Dicen
que el dolor físico más terrible para el ser humano es el cólico nefrítico
provocado por las piedras en el riñón, también conocidas como cálculos renales.
Como
curiosidad le diré que cuando yo era pequeño me llamaba la atención que se
hablara de “cálculos” en vez de piedras. Ya en el instituto aprendí que la
palabra “cálculo” proviene del término en latín “calculus”, que significa
contar.
Como es
lógico imaginar, en época de romanos la herramienta que se tenía a mano
fácilmente para hacer sumas y restas eran pequeñas piedras (o algún que otro
huesecillo de animal), las cuales terminaron adoptando el mismo nombre.
Con
toda probabilidad de ahí salió el término médico de “cálculos” en el riñón que
hoy día seguimos utilizando, los cuales también reciben el nombre de litiasis renal.
Unos
dolores “absolutamente atroces”.
Los
médicos hablan de “un dolor esporádico absolutamente atroz” para describir lo
que sienten las personas que sufren cálculos renales. Y con “esporádico” no se
refieren a que sea algo raro o inusual, sino a que “se produce en intervalos
irregulares”.
Imagine
que, sobre una escala de dolor que va del 0 al 10, en la que el 0 es la
ausencia de dolor y el 10 es el dolor máximo que se pueda llegar a sentir,
usted se encuentra en ese tope. ¡Horror absoluto!.
Y, por
desgracia, se trata de un problema muy frecuente. De hecho, su prevalencia ha
aumentado mucho en los últimos 30 años. Se calcula que entre el 5 y 10% de la
población vivirá al menos una crisis de cólico nefrítico a lo largo de su vida.
Las
dimensiones son enormes.
Pero,
¿por qué desarrollamos esas piedras dentro de los riñones?. ¿De dónde salen?. ¿Por qué duelen tanto y, sobre todo, cómo podemos librarnos de ellas o incluso
evitarlas?.
Hoy
vamos a dar respuesta a todas esas preguntas. Y le indicaré un medio natural
muy original con el que podrá curarse: visitar un parque de atracciones y
subirse ¡a todas las montañas rusas que pueda!.
Va en
serio. Se lo
explicaré en un momento, pero primero déjeme profundizar un poco en cuál es el
origen de los cálculos renales.
¿Cómo
se forman las piedras en el riñón?.
Los
riñones sirven para filtrar la sangre y depurarla de sus productos de desecho.
Normalmente los desechos son microscópicos y se diluyen en la orina, que fluye
por unos pequeños conductos, los uréteres, que van desde los riñones hasta la
vejiga.
Lo que
sucede es que esos desechos a veces se “cristalizan”, es decir, que forman
pequeñas partículas.
Y es
que esas basuras son en gran parte sales minerales, por lo que, al igual que
sucede con la sal en el agua, pueden formar ese tipo de arenillas cuando su
concentración es demasiado fuerte (especialmente cuando no bebemos suficiente
agua).
Estos
granos pueden mantenerse finos o engordar cada vez más y terminar formando
pequeñas piedras que bloquean los uréteres.
Eso es
lo que produce los terribles dolores denominados cólicos nefríticos (“nephrós”
significa “riñón” en griego) en los costados.
¿Cuál
es la solución?.
Tras
haberle torturado de dolor, las pequeñas piedras pasan a la vejiga y después a
la uretra, desde donde se expulsan al exterior a través de la micción.
En caso
de cálculos renales excesivamente grandes, que no pueden pasar por el pequeño
calibre de los uréteres, hay que proceder a su fragmentación en trozos más
pequeños por medio de ultrasonidos (litotricia) e incluso, en los casos más
complicados, recurrir a la cirugía abierta.
Cualquiera
de estas operaciones es muy molesta y se produce después de (o durante) cólicos nefríticos absolutamente terribles.
Por lo
tanto, el de los cálculos renales es un caso claro en el que más vale prevenir
que curar. Y lo mejor de todo es que esto puede hacerse con medidas eficaces,
simples e ¡incluso agradables!.
La primera
medida es adoptar el hábito de añadir unas gotas y una rodaja de limón a la
botella de agua de la que beba habitualmente en casa, o incluso a su vaso. Le
da buen sabor, muy refrescante, pero sobre todo resulta excelente para la
salud. El limón aumenta el nivel de citrato en la orina, lo que contribuye a
prevenir la formación de cálculos. Además, si el agua cítrica le gusta
terminará bebiendo más, con lo que aumentará su absorción de líquidos.
Beba
tisanas de plantas diuréticas, es decir, que le hagan ir más al baño. Puede que
ya le suenen las más conocidas, como por ejemplo el diente de león, pero hay
otras que sin duda también debe conocer. Me refiero a los sorprendentes efectos
del espárrago, cuya agua de cocción es especialmente eficaz; o a las ortigas,
el perejil en infusión (preparar 2 g por cada 150 ml de agua hirviendo y beber
3 veces al día) o la vara de oro (infusione 3 g por 150 ml de agua en
ebullición), que pueden convertirse en sus mejores diuréticos naturales.
Aumente
sus aportes de potasio. La mejor forma de consumir más potasio es comer más
verduras, especias y otros productos vegetales, en particular patatas con piel,
tomate concentrado, cacao, café o achicoria, semillas de comino, jengibre
molido, pimienta, perejil, castañas, aguacate, plátano y albaricoques secos. El
potasio reduce la excreción de calcio (es decir, que consigue que por sus
riñones pase menos calcio), lo cual implica una doble ventaja: por un lado
preserva la masa ósea y, por el otro, reduce la formación de cálculos renales.
Existe
un complemento alimenticio muy interesante para prevenir los cálculos renales
que no se debe olvidar: el citrato de potasio. Como su propio nombre indica,
contiene al mismo tiempo citrato y potasio, que como ya hemos visto son dos
elementos interesantes para alejar las piedras del riñón.
Reduzca
su consumo de alimentos ricos en oxalato. La mayoría de los cálculos renales
están formados por oxalato de calcio. La primera es una sustancia que se alía a
la segunda para conseguir que cristalice. Por eso, si reduce su consumo hará
disminuir su riesgo de padecer cálculos renales. Entre los alimentos ricos en oxalato encontramos las espinacas, el ruibarbo, las acelgas, la remolacha y la
soja.
Contra
los dolores.
Hay una
planta (¡le reto a que me diga una sola ocasión en la que estas pequeñas
maravillas de la naturaleza nos hayan fallado!) que permite aliviar los dolores
provocados por los espasmos de los uréteres en caso de cólico nefrítico.
Se
trata de la petasita (Petasites hybridus), de la que debe tomar de 7,5 a 15 mg
dos veces al día durante las comidas.
Las
soluciones de la medicina china.
Con frecuencia
la acupuntura resulta muy recomendable en caso de cálculos renales. No
obstante, las pruebas científicas acerca de su eficacia son todavía limitadas.
Personalmente
prefiero recomendar una preparación a base de plantas chinas llamada Te Xiao Pai Shi Wan, y de la cual hay que tomar de 6 a 8 comprimidos 3 veces al día.
Consulte
a un profesional de la medicina tradicional china para que le prescriba esta
preparación, así como para que le indique un lugar fiable donde conseguirla.
Moverse
o morir… de dolor.
Finalmente,
como apunté más arriba, existe un método divertido y (créame) eficaz para
evitar las piedras del riñón: las montañas rusas.
Y no lo
digo yo, sino un estudio publicado en la revista médica The Journal of the American Osteopathic Association que demostró que al montar en este tipo de
atracciones se ejerce una presión sobre el vientre que fuerza el paso de los
pequeños cálculos antes de que se vuelvan demasiado grandes y dolorosos.
Es
decir, que las personas que se montan en ellas con más frecuencia tienen menos
cólicos nefríticos que las que no lo hacen.
La
investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Michigan
(Estados Unidos), surgió al conocer el testimonio de numerosos pacientes que
aseguraban haberse curado después de haber visitado el parque temático de
Disney World, en Florida.
Uno de
ellos aseguró que se había librado de sus piedras en el riñón gracias a tres
viajes consecutivos en la Big Thunder Mountain Railroad, una de las montañas
rusas más emblemáticas del parque.
Para
demostrar el vínculo existente entre la expulsión de los cálculos renales y los
viajes en montaña rusa, los investigadores pusieron en marcha un ambicioso
estudio en el que sometieron a los participantes, aquejados de cálculos renales, a varios viajes consecutivos en un simulador con una velocidad máxima
de poco más de 50 km/h.
Se tuvo
en cuenta tanto el tamaño de las piedras como su posición dentro del uréter, e
incluso el asiento que ocupaban los participantes en los vagones de la montaña
rusa.
Asimismo,
tras cada viaje se registraron los movimientos y cambios producidos en la
posición de los cálculos renales de cada participante.
Así, se
demostró que montar en una montaña rusa “de intensidad moderada”, y sobre todo
hacerlo en los vagones traseros de la misma, puede ser una solución efectiva
para la mayoría de casos de cálculos renales, especialmente en aquéllos en los
que las piedras se sitúan más arriba en los uréteres e incluso en casos de
piedras de tamaño medio.
Las
personas que practican acrobacias en trapecio o de altura, saltos límite (como
por ejemplo el puenting), fórmula 1 o motociclismo se beneficiarían igualmente
de esos mismos efectos.
Subyace un mensaje claro, y es que permanecer tumbado frente al
televisor o sentado en el asiento del coche todo el día no favorece en absoluto
la circulación de las pequeñas impurezas que se concentran en nuestras
“tuberías” y terminan formando los dolorosos cálculos.
Así que
ya lo sabe: un motivo más para jugar en el parque con sus hijos o nietos, e
incluso de disfrutar con ellos en el parque de atracciones de vez en cuando. ¡Quién
dijo que la buena salud está reñida con la diversión!.
Luis
Miguel Oliveiras
Artículo original: https://www.saludnutricionbienestar.com/subirse-montana-rusa-otras-formas-acabar-con-piedras-rinon/
Artículo original: https://www.saludnutricionbienestar.com/subirse-montana-rusa-otras-formas-acabar-con-piedras-rinon/
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Fuentes empleadas por el autor:
- Mayo Foundation for Medical Education and Research (Ed). Diseases & Conditions - Kidney Stones, MayoClinic.com.
- Te Xiao Pai Shi Wan. Pharmacopée chinoise. PasseportSanté.net.
- Marc A. Mitchell, DO; David D. Wartinger, DO, JD. “Validation of a Functional Pyelocalyceal Renal Model for the Evaluation of Renal Calculi Passage While Riding a Roller Coaster”. The Journal of the American Osteopathic Association, October 2016, Vol. 116, 647-652. doi:10.7556/jaoa.2016.128.
- Henry Bodkin. “Roller coasters could be a cure for kidney stones”. The Telegraph, Science. Sept. 2016.
- Steph Yin. “A Roller Coaster Remedy for Kidney Stones?” Science, The New York Times. Oct. 2016.
- SteamFan. Wikimedia Commons CC0.
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