Tomar
antidepresivos como Prozac o Seropram durante el embarazo aumenta en un 87% el
riesgo de autismo en el niño.
Desde
hacía tiempo se sospechaba que existía ese vínculo, pero un estudio publicado a
finales de 2015 en JAMA (Journal of the American Medical Association)
Pediatrics confirmó los peores temores.
Desgraciadamente,
el consumo de antidepresivos continúa en aumento entre las embarazadas. En 2003
el 13% de las gestantes tomó antidepresivos, frente al 6% que los tomó en 1999.
Es decir, la cifra ¡se dobló en sólo cuatro años!.
Este
fenómeno ahora confirmado se suma a otros ya conocidos, como:
- Que el Prozac y el resto de antidepresivos de su misma categoría (denominados ISRS por ser “inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina”) pueden provocar otros problemas graves en los bebés. El riesgo de malformación cardíaca aumenta en un 240%, mientras que el de anencefalia (defectos congénitos en el tubo neural que provocan la ausencia total o parcial del encéfalo -cerebro, tallo y cerebelo- y cráneo en el neonato) lo hace ¡en un 350%!.
- Que estos medicamentos no son más eficaces que las terapias cognitivo-conductuales (TCC). Las TCC son un enfoque psicológico natural basado en el diálogo y la reflexión. En ellas no se necesita ningún medicamento, por lo que tampoco tienen efectos secundarios. Además, un reciente estudio publicado en el British Medical Journal ha confirmado que las TCC tienen al menos el mismo efecto que el Prozac y el resto de ISRS contra la depresión, incluso en los casos más graves.
“No
queremos que las madres se sientan culpables”.
La
reacción en prensa de la Dra. Susan Hyman, expresidenta de la Comisión de
Autismo en la Asociación Americana de Pediatría, fue la siguiente: “No queremos
que nadie se sienta culpable” de las anomalías de sus hijos por haber tomado
medicamentos. “Eso sería contraproducente”.
Por su
parte, el Dr. Anick Bérard, investigador en la universidad de Montreal y
coautor del estudio sobre el Prozac y el autismo, declaró que en la medida en
que los antidepresivos “van a seguir siendo ampliamente utilizados” por mujeres
embarazadas, la única medida que se debe tomar es la de “promover nuevos
estudios para comprender mejor los efectos a largo plazo de ese consumo en el
desarrollo neurológico de los niños”.
Estuve
a punto de caerme de la silla al leer aquello.
Ninguna
llamada a los médicos para que dejen de prescribir inmediatamente estos
fármacos ni a las mujeres para que dejen de tomarlos. Lo cual significa que la
epidemia de autismo va a continuar.
La toma
de antidepresivos durante el embarazo podría llegar a convertirse en una
especie de derecho universal (en este caso, específico de la mujer) y
garantizado por los médicos. ¡Y qué importa si luego las mujeres se encuentran
ante un niño que sufre, y qué importan los propios niños!.
STOP a
los medicamentos que condenan a los bebés.
Los
antidepresivos no son, ni mucho menos, los únicos medicamentos cuyo consumo
tiene graves consecuencias sobre el feto.
Esta es
una lista de esos medicamentos de los que ya se han reconocido oficialmente sus
efectos en el feto:
- El Depakine, un medicamento prescrito contra la epilepsia y el trastorno bipolar. Este fármaco aumenta notablemente el número de malformaciones en los bebés y disminuye su coeficiente intelectual. El Depakine ocupó las portadas en junio de 2015 cuando una madre descubrió después de 17 años que ese medicamento era la causa de la enfermedad de su hijo. Su médico se lo había ocultado.
- La isotretinoina (Acnemin, Dercutane) contra el acné.
- El metotrexato y la ciclofosfamida (utilizados en quimioterapia o para combatir enfermedades autoinmunes, impiden la división de las células, con evidentes consecuencias graves sobre el feto).
- El micofenolato, un inmunosupresor.
¿Terato…
qué?.
La
palabra griega “tératos” significa “monstruo”; “teratogénico”, por lo tanto,
quiere decir, literalmente, “creador de monstruos”.
Si en
vez de decirle a una embarazada: “le prescribiré un antidepresivo; tiene un
ligero efecto teratogénico, pero no se preocupe”, su médico le dijese: “le
prescribiré un antidepresivo; tiene un ligero efecto que provoca serias
malformaciones y enfermedades en el feto, pero no se preocupe”, tengo el
presentimiento de que esa mujer no reaccionaría igual y se negaría a tomarlo.
Y, sin embargo, ambas cosas quieren decir exactamente lo mismo.
Pero
utilizar complicados términos griegos para denominar fenómenos simples es una
de las tradiciones médicas más antiguas, y por supuesto se sigue conservando
hoy en día.
Es por
esto que en la medicina se habla de “micción” al referirse a la orina, de “epistaxis”
cuando se quiere decir “sangrar por la nariz”, de “cavidad bucal” cuando se
está hablando de la boca, de rinorrea para referirse a una “nariz que gotea
mocos” (ni más ni menos) o de “enfermedad criptogénica” al hacer referencia a
una dolencia de la que se desconoce la causa. En griego “kryptos” significa
“oculto o escondido”, y “criptogénica”, por tanto, significa “de causa oculta o
desconocida”.
También
se habla de enfermedades “idiopáticas” para designar a aquellas “a las que no
se le ha podido atribuir una causa”. El enfermo la padece, pero la medicina
ignora su origen.
Todos
estos recursos permiten a las personas que manejan este vocabulario parecer
mucho más sabias de lo que en realidad son.
¡Impresione
a sus amigos!.
Haga la
prueba usted mismo. La próxima vez que vea a un amigo al que le sangra la
nariz, acérquese a él, mírele con atención frunciendo el ceño, aclárese la
garganta y afirme con rotundidad: “Está
muy claro. Padeces una epistaxis criptogénica”.
Lo que
en español significa: “Sangras por la nariz y no tengo ni idea de por qué”.
Pero en
el amigo que le escuche, le garantizo que tendrá efecto. En lugar de asumir que
usted no puede ayudarle, concluirá que los conocimientos médicos que usted
posee son impresionantes, ¡y que por lo tanto puede confiar ciegamente en
usted!.
Hemos puesto este ejemplo para demostrar por qué debemos desconfiar de los
medicamentos “teratogénicos”. Aunque la palabra suene académica y, por lo
tanto, tranquilizadora, la realidad es otra muy distinta y extremadamente
cruda: ¡estos medicamentos pueden destrozar la vida de su hijo!.
¡A su
salud!.
Juan-M.
Dupuis
Artículo original: http://www.saludnutricionbienestar.com/embarazo-medicamento-jamas-se-tomar/
Artículo original: http://www.saludnutricionbienestar.com/embarazo-medicamento-jamas-se-tomar/
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Fuentes empeladas por el autor:
- Grossesse et antidépresseus: risque accru de 87% d’autisme chez l’enfant. JAMA Pediatrics; Santé Log. Dic., 2015.
- Ariana Eunjung Cha. Maternal exposure to anti-depressant SSRIs linked to autism in children. The Washington Post. Dic., 2015.
- Sarah Boseley. Prozac taken while pregnant linked to small risk of birth defects – study. The Guardian. Jul., 2015. 3.
- Halle R Amick, Gerald Gartlehner, Bradley N Gaynes et Al. Comparative benefits and harms of second generation antidepressants and cognitive behavioral therapies in initial treatment of major depressive disorder: systematic review and meta-analysis. BMJ 2015;351:h6019. Dic., 2015.
- Anne Jouan. Dépakine: un scandale à retardement. Le Figaro. Jun., 2015.
- Restriction de la prescription initiale de l’isotrétinoïne orale aux dermatologues - Point d'Information. ANSM (Agence nationale de sécurité du médicament et des produits de santé). May., 2015.
- Petri, Michelle. Immunosuppressive Drug Use in Pregnancy. Autoimmunity Vol. 36, Iss. 1, 2003. dx.doi.org/10.1080/0891693031000067296. Jul., 2009.
PARA AMPLIAR:
- Embarazo ¿qué medicamentos no se deben tomar?.
- Qué fármacos no se deben tomar durante el embarazo.
- 5 medicamentos que jamás se deben tomar durante el embarazo.
- Uso de medicamentos durante el embarazo.
- Medicina natural durante el embarazo.
- Soluciones naturales para las molestias durante el embarazo.
- Remedios naturales durante el embarazo.
- Tos en el embarazo: remedios naturales para curarla.
- Consejos para un embarazo natural con medicina alternativa.
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