domingo, 25 de octubre de 2015

Nuevas tecnologías y familia

En los últimos años del siglo XX y primeros del siglo XXI estamos asistiendo a unos avances tecnológicos sin precedentes en el marco de la llamada “Revolución Digital”, que lleva a que muchos de nuestros hijos e hijas pasen muchas horas delante de pantallas; de televisión, monitor de videojuegos, de móvil, de ordenador… Y más en períodos de vacaciones o días festivos.
Desde este punto de partida, no es muy eficiente prohibir a nuestros hijos la utilización de estos avances, pero sí tener precaución con ellos y controlar su utilización, saber qué están haciendo nuestros hijos, conseguir un uso racional de la televisión, móviles, Internet, los videojuegos… siendo en estos casos la familia un supervisor directo de los contenidos de los programas, los juegos o los sitios web que frecuentan nuestros hijos/as…

A continuación haremos unos breves comentarios sobre los diferentes medios tecnológicos y algunas precauciones que se pueden tener al respecto.

Televisión.

Hoy día la televisión es un elemento totalmente integrado en los hogares y que contribuye a ocupar el tiempo de ocio de toda la familia. Los contenidos televisivos en muchas ocasiones pueden ser criticables, tanto en su programación como en la publicidad que incluye, y aunque nosotros seamos críticos en su recepción, no lo son en tal medida nuestros hijos. En este sentido, es importante que sepamos qué están viendo nuestros hijos, quizás ver alguna serie con ellos, dialogar sobre lo que ocurre… Con ello pretendemos hacerles tener los pies en la tierra para que sepan diferenciar lo real de lo fantástico, y lo peligroso de lo accesible,...
Será, por tanto, importante que la televisión ocupe su espacio en un lugar común y no en las habitaciones infantiles. Hay que tener en cuenta que las habitaciones deben ser destinadas al descanso y el estudio, siendo la televisión un elemento de distracción.

Videojuegos.

En la actualidad son un número elevado de niños/as los que cuentan con una videoconsola en sus hogares con juegos que en muchas ocasiones no sabemos ni de qué tratan. Como en el caso anterior, tenemos que proteger a nuestros hijos/as de ciertos juegos basura que educan en valores distintos a los que queremos transmitir. A la hora de seleccionar los juegos, no dejemos que sean ellos mismos los que decidan.
Debemos favorecer un uso racional de los mismos. Para conseguir esto se pueden tener en cuenta los siguientes consejos:
  1. Elegir un juego que permita grabar la parte del juego que ha sido realizada.
  2. Elegir juegos que permitan intervenir a más de un jugador, que propicie el jugar de forma colectiva.
  3. Evitar los juegos que tienen un número interminable de pantallas (generan ansiedad al no ver el momento de llegar al final).
  4. Evitar los juegos que fomenten la violencia y destrucción. 
En caso de ser posible, deberemos además propiciar que nuestros hijos/as utilicen juegos educativos, de simulación, deportes o de aventuras que cumplan las características anteriores, pueden servir de distracción y a la vez forman y desarrollan su inteligencia.
Cabe señalar aquí, que no sólo se tendrá que tener cierto control sobre el tipo de juego utilizado, sino también el tiempo dedicado al mismo. Hay niños/as que no se “enganchan” a este tipo de aparatos, pero a otros les resulta muy difícil dejar de jugar en un momento dado, dejar a medias una partida, no jugar durante todo un día… Para evitar este tipo de “adicción” a los juegos, será útil que delimitemos un tiempo en su uso, que no puedan acceder a él siempre que quieran y de forma ilimitada, en ocasiones podría supeditarse su uso a la finalización adecuada de las tareas.

Móviles.

Como señalábamos antes, la mejora de las tecnologías ha repercutido de forma importante también en las comunicaciones. Hoy día muchos niños/as y jóvenes cuentan con un móvil propio para comunicarse con sus amistades (antes de los 16 años NADIE debiera manejar un móvil, salvo por extrema necesidad). El control en este ámbito parece más claro por el gasto que éste puede suponer si su uso es excesivo, pero además hay elementos de mayor importancia que pueden llevar a riesgos importantes a tener en cuenta:
  1. Contactos excesivamente frecuentes con personas casi desconocidas, si tu hijo o hija da el teléfono a personas que conoce sólo de un día o incluso por contactos desde la red de internet.
  2. Obsesión por el móvil que les hace en ocasiones encerrarse en su mundo de comunicaciones con iguales desde un punto de vista virtual,... por no hablar de la adicción enfermiza al mismo.
  3. Internet en el móvil: algunos de ellos tienen opción de conectarse desde su propio móvil a la red, esto puede llevar a los mismos riesgos que plantearemos en el caso de Internet pero con menores limitaciones al tener un acceso al mismo en cualquier momento y hora. (ojo, tengamos en cuenta que aunque nuestro hijo no tenga contratado internet  hay móviles que pueden conectarse a través de la conexión wi-fi en ciertos lugares.
  4. Si no existe una adecuada educación en el uso de estos aparatos y las aplicaciones compatibles con ellos... se puede entrar en situaciones no sólo incómodas y perjudiciales sino incluso delictivas que dañan tanto a la persona que recibe los mensajes como a quien los emite.
Internet.

Esta claro que la red aporta innumerables ventajas para el conocimiento y es un herramienta útil y de fácil accesibilidad pero un mal uso puede generar riesgos familiares:
niños y niñas que se aíslan del mundo frente al ordenador, personas que basan sus relaciones personales en contactos cibernéticos… además de la accesibilidad que tienen también todos los contenidos de carga violenta, pornografía… Con todo esto, no debemos asustarnos, sino ser prudentes y tener en cuenta ciertos consejos en su utilización:
  1. Hablar con nuestros hijos e hijas sobre lo que hacen y encuentran en Internet.
  2. Acordar con ellos que no proporcionen información personal ni familiar a través de la red, explicándoles con tranquilidad los riesgos que estas actuaciones suponen.
  3. Tener cuidado con los correos electrónicos y archivos adjuntos de personas desconocidas.
  4. Interesarse por las amistades de sus hijos e hijas en línea, especialmente en los sistemas de chats, mensajería instantánea (Messenger) y redes sociales (tuenti, facebook,…), debemos saber con qué personas se están comunicando nuestros hijos y advertirles de las mentiras que puede haber en ese sentido en la red.
  5. Acuerde un tiempo para que sus hijos/as hagan uso de internet pero un tiempo concreto, es adecuado que el ordenador, como en el caso de la televisión se sitúe en una zona común.
La utilización de Internet entre los niños/as nos puede producir cierto temor por estos motivos señalados, no obstante, que haya riesgos no supone que no debamos aprovecharnos de sus ventajas, la manera directa de evitar estos riesgos será la prevención. De esta forma, a las familias nos conviene controlar este uso en el hogar y confiar en nuestro centro y en el profesorado en que el control de la red en el ámbito educativo también se está llevando a cabo.

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PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
  • ¿Qué ideas positivas y creativas hemos hallado en este artículo y sus enlaces para ampliar que podemos llevar a la práctica?.
  • ¿Qué otros planteamientos nos parecen importantes y que no se han reflejado en este artículo?.
  • ¿Qué estrategias se nos ocurren para que nuestro tiempo, tan valioso, no se lo coman las tecnologías de la comunicación y el simple entretenimiento sino que logremos invertirlo más en nosotros mismos?.
  • ¿Por dónde empezar?, ¿cómo lograr una mayor y mejor relación entre nosotros aunque ello no tenga que suponer necesariamente botar a la basura los móviles y demás?.

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