Una de las consecuencias de la actual "crisis económica" en España es esa absurda obsesión por dejar a la gente en la calle "para reducir gastos" (como si eso resolviera realmente algo; más bien lo empeora y hace que el hoyo se haga cada vez más profundo y se haga más difícil salir de él). La cuestión en la que queremos entrar aquí es en una de las consecuencias del paro: aumenta nuestro "tiempo libre" y nuestra disponibilidad para realizar cualquier cosa.
Este "tiempo libre" es más bien doloroso y generador de mucha ansiedad porque no es algo deseado sino más bien sufrido y no nos permite centrarnos en otra cosa que no sea el "recuperar la posibilidad de garantizar de nuevo el sustento".
Hay también un "tiempo libre" que hallamos a partir de una jubilación, una excedencia,... o sencillamente el que algunos pueden permitirse gracias a un sueldo mayor por parte de su pareja el cual les permite sobrevivir con cierta olgura.
Otro tiempo libre es el que hallamos tras la jornada laboral, o en días no laborales, del que podemos disponer para todo aquello que queramos o necesitemos.
Sea como fuere... hay un tiempo libre. ¿Qué hacer con él?.
¿Qué podemos hacer, especialmente los adultos, con el tiempo libre?.
Nosotros..., ya en el paro... ¿qué podemos hacer?:
"Restablecer la serenidad, asumir la nueva realidad e ir aprendiendo a mirar el presente y el futuro desanclándonos del pasado; esto como primer paso" (esto le oí decir a un ponente en una charla sobre el tema "Ocio y tiempo libre en los tiempos de hoy"; ¡qué facil! decirlo). Luego ya fue entrando en pormenores y "explicándose" con más claridad y concreción. Apuntamos a continuación algunos recursos-web que van en la línea de lo que aquel ponente nos indicó:
¿Y los que todavía podemos "disfrutar" del "derecho" al trabajo y que algunos quieren convertir en "privilegio"?.
Si en nosotros hay conciencia solidaria podemos hacer mucho por y con quienes "no tienen trabajo remunerado" pudiendo realizar perfectamente cualquier labor:
- Promover grupos de autoayuda que faciliten la adaptación al desempleo y plantearse formas de salir de esa especie de "duelo" de forma positiva.
- Generar con esos grupos actividades de búsqueda, selección y clasificación de ofertas de empleo mediante la consulta de diversas fuentes informadoras de dichas ofertas,... que puedan renovarse semana a semana.
- Trabajar con ellos todo lo relacionado con las "técnicas de búsqueda de empleo" y especialmente el cuidado de su salud física y mental, confianza en sí mismos, autoestima y formación orientada al trabajo que quieren conseguir.
- Propiciar el "trabajo colaborativo" en toda esta dinámica y también en la generación de microempresas de estructura cooperativa, empresas de economía social. Autoempleo.
- Emplear la información que podamos tener en relación con posibilidades laborales para esas "familias donde no haya nadie trabajando" e incluso tomar la iniciativa de "colaborar con ellas en la búsqueda de ese empleo".
- ...
Naturalmente.
"De la crisis económica actual no nos sacará nadie, nosotros saldremos de ella", dijo Juan José Tamayo, teólogo, recientemente en San Cristóbal de La laguna, en el marco de una charla sobre "Repensar el cristianismo".
Es decir, HAY OTROS TRABAJOS, hay maneras de demostrar nuestra humanidad y de humanizar nuestro mundo que pasan por tomarnos en serio dos ideas esenciales:
- No somos víctimas de los acontecimientos; somos protagonistas de nuestra historia, actores del devenir.
- De igual modo que uno no se completa a sí mismo si no se abre a los demás, tampoco puede haber regeneración de la humanidad si no nos entregamos a toda la humanidad sin esperar ni exigir nada a cambio.
Unos y otros podemos.
Planteamos estas cuestiones previas para situarnos con claridad y coherencia ante el reto de "educarnos a nosotros mismos y, por lo tanto, también a nuestros hijos en el ejercicio de la solidaridad, corresponsabilidad y altruismo que reinan en todo voluntariado que se precie de serlo".
¿Qué es "ser voluntario"?.
Ser voluntario no es sólo hacer gratis un trabajo que nos manden sin recibir dinero a cambio -en eso, por otra parte, lo hacen consistir algunos únicamente-; ser voluntario es implicarnos sin exigir nada a cambio en el desarrollo de un trabajo que beneficia a la colectividad y en el que podemos implicarnos no sólo en la realización de acciones concretas sino también en su planificación, desarrollo y evaluación de sus resultados, siendo en ello nuestra voz y acción tan importantes como puedan serlo las de otras personas que sí están contratadas".
Tiempo libre y voluntariado.
No somos voluntarios "para ocupar nuestras horas libres de cada día o de la semana", sino que "somos voluntarios en una organización para colaborar con ese proyecto en la consecución de sus fines aprovechando que tenemos unas horas libres". Es decir, ponemos el acento no en "estar ocupados" durante unas horas que teníamos libres sino en "realizar un trabajo constructivo" que, de seguro, nos ocupará parte de nuestro tiempo libre.
¿Cómo hacernos voluntarios de una organización?.
- Ser fieles a nuestra voz interior: aquélla que nos impulsa a realizar un servicio altruista a unas personas concretas ante unas necesidades concretas.
- Buscar información de organizaciones que trabajen de forma realmente comprometida con esas personas a las que quisiéramos entregarnos y elegir aquélla o aquéllas en las que podamos realizar mejor este servicio.
- Contactar directamente con esas organizaciones que puedan recibir voluntariado, plantear nuestra disponibilidad e informarnos de su actividad, criterios comunes en la actuación que deba tener en cuenta para facilitar su labor -en lugar de entorpecerla (a veces con la mejor voluntad hacemos cosas o de determinada manera que no sólo no benefician sino que perjudican)- y acordar la manera concreta de implicarnos en ella: actividades concretas que vamos a desarrollar, con quiénes, espacios a utilizar, recursos disponibles y tiempos.
- Comprometernos a ser miembros del equipo de esta organización y participar en él como un agente más, siendo siempre conscientes de que tenemos en ella nuestra responsabilidad, nuestro papel específico y, por lo tanto, nuestra aportación es y será siempre importante.
Podemos invitar a nuestros hijos jóvenes.
- "Papá, ¿a ti te pagan por hacer esas cosas que haces?".
- "Si te refieres a si me dan dinero por esto... pues no, claro que no; al contrario, me cuesta dinero a mí".
- "Estás tonto papá, nadie da nada por nada y tú vas al revés de los listos".
- ...
Cada cual resolverá este diálogo conforme crea conveniente pero se da en nuestros hogares cuando los hijos nos ven dedicar tiempo y dinero a tareas o actividades que hacen bien a la comunidad sin que por ello recibamos remuneración alguna.
¿Es lógico ese razonamiento de nuestros hijos?.
Sí, lo es, naturalmente: basta observar la infinidad de mensajes que recibimos a diario a través de la televisión, noticias de grandes estafas,... cuyo mensaje de fondo es: "Buscar el beneficio personal por encima del beneficio comunitario a toda costa y, a ser posible, con la mínima inversión personal posible".
La gratuidad, generosidad y altruismo se penalizan en nuestro país y si no hagan la prueba:
Traten de regalar a una persona un coche de manera legal, con papeles de Hacienda; cuando vayan a sus ventanillas descubrirán que "por la donación de este bien Hacienda cobra unos cánones que son superiores a los de la venta de ese vehículo a un precio mínimo"; es decir, en España sale más caro regalar que vender.
¿Qué podemos hacer ante esta situación ambiental que desacredita constantemente la educación en la generosidad y altruismo de nuestros hijos?.
- Mantener ese diálogo que nuestros hijos quieran establecer con nosotros al respecto. Puede que comprendan o logremos explicarnos bien y puede que no; lo importante es que en ese diálogo ellos puedan captar nuestras motivaciones, lo que nos mueve a ser voluntarios.
- Ayudarles a mantener una mirada crítica frente a la situación ambiental, al afán de mercantilizarlo todo, a traducir en negocio todas nuestras relaciones,... descubriendo todas las estratagemas que el sistema emplea para convencernos de la viabilidad de una filosofía que en lugar de dignificar a la humanidad la va convirtiendo en objeto de consumo al servicio de ciertos bolsillos, cada vez más escasos en número pero cada vez más poderosos en potencial económico en perjuicio siempre de los que menos tienen (que son amplísima mayoría creciente en nuestro mundo).
- Ser coherentes con nuestro propio discurso: las mejores razones no se explican con las palabras sino con los hechos y actitudes. "Obras son amores y no buenas razones". Si nuestros hijos ven felicidad en nuestro proceder y observan también el bien que realizamos... no necesitaremos discurso alguno.
- Sólo con que valoren nuestra iniciativa, ya están participando de nuestro compromiso. No podríamos llevar adelante nuestra labor voluntaria si ello supusiera un problema para ellos, si les perjudicara; primero es atender bien nuestra familia.
- Compartir con espontaneidad y sencillez lo que vamos haciendo en nuestro voluntariado, nuestros pensamientos y sentimientos al respecto,... es un excelente medio.
- Invitarles a acompañarnos algún día en que ellos puedan en alguna tarea puntual dentro de ese voluntariado.
- Hacer diálogo con ellos sobre las reflexiones que ellos se vayan haciendo tras su contacto con esta realidad voluntaria, pedirles opinión sobre "qué y cómo lo harían ellos", etc...
Pero, además de comprender y apoyar nuestra labor voluntaria, también pueden plantearse en períodos vacacionales un compromiso voluntario.
El proceso puede ser similar al nuestro pero también pueden ejercer ese voluntariado a través de los grupos parroquiales o de su colegio (muchos colegios de confesión cristiana católica realizan actividades de voluntariado en proyectos que se ubican en zonas donde la sociedad sufre severa pobreza; estas actividades están debidamente tuteladas, bien organizadas, hay un constante refuerzo y apoyo de todo el grupo y también de la institución que organiza esa actividad).
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