Pero... ¿qué es estudiar?.
Estudiar es el trabajo del que "se prepara para la vida y para la
ejecución de aquel trabajo o actividad en el que serán necesarios unos saberes,
habilidades, aptitudes y destrezas que le permitirán resolver mediante el hábil
manejo e interacción de todos sus conocimientos teóricos y prácticos cualquier
situación o problema que se pueda plantear"; estudiar implica a toda la
persona; en los estudios orientamos todas nuestras facultades, habilidades y
conocimientos hacia un objetivo.
Por lo tanto, ¿es estudiar sólo el "entender un texto, memorizar y
recordar... hasta que llegue el momento en que nos llegue el examen o nos lo
vayan a preguntar"?.
Si no promocionamos los demás elementos de nuestra persona... pronto
llegará el cansancio y los esfuerzos se nos harán cada vez más penosos.
Necesitamos fomentar nuestras simpatías, gustos, intereses,... en relación con
el trabajo académico, organizar el modo de adquirir los saberes, animar nuestra
fuerza de voluntad y ver la manera de conseguir que esta voluntad juegue a
nuestro favor.
Para estudiar con eficacia, dice Pedro Chico González en
su libro "Estudiar con eficacia", se requieren tres cualidades
esenciales:
1.- VOLUNTAD.
Es la capacidad de querer. Pedro Chico afirma que "cuando se quiere una
cosa, aunque resulte difícil,se consigue con más facilidad".
¿Por qué sudece esto?. Sucede así porque esta voluntad pone en juego las
otras fuerzas de la persona: la atención, el esfuerzo, la
resistencia, fidelidad al plan previsto,...
"Quisiera estudiar"... es un deseo suave que no decide
nada; "quiero estudiar", expresa decisión firme aunque no
equivale todavía a estudiar; "voy a estudiar, ahora mismo y aquí"...
indica la reacción de la voluntad que se hace realidad. ¿Con cuál nos
quedamos?.
Quienes optan por la postura más comprometida son quienes acaban rindiendo
bien en los estudios y para eso hace falta unir pensamiento, palabra y acción.
2.- AFECTIVIDAD.
Forzar el gusto o simpatías por una materia o por unos estudios en concreto
parece harto difícil si ello no surge de manera espontánea de la persona, pero
al menos sí podemos trabajar el tema de las "antipatías, aversión o
rechazo hacia esas materias o estudios".
Cuando observemos que nuestros hijos expresan de diferentes maneras que
"una materia, un profesor, unas circunstancias cualesquiera relacionadas
con sus estudios,... no son de su agrado, hay cierta aversión"...
¡cuidado!, abordemos la cuestión:
- Analicemos con nuestros hijos
las causas de esa aversión, desmenucemos bien el caso.
- Busquemos juntos alternativas o
soluciones que estén en la mano de nuestros hijos para superar esto.
- Apoyemos por todos los medios
esas soluciones y animemos su perseverancia en ellas.
- Si vemos necesario o
imprescindible contactar con ayudas externas... hagámoslo; lo último es la
resignación.
Cuando un estudiante se queja de una materia, una persona, un lugar o
circunstancia,... se debilita en el estudio, disminuye su rendimiento,... en
consecuencia llegan malos resultados que acaban por alimentar más todavía su
aversión a eso que le desagradaba.
3.- INTELIGENCIA.
Es la cualidad humana que nos lleva a ser reflexivos, lógicos y pensadores.
Ella es la responsable del "saber estudiar", llevará a nuestros hijos
a analizar sus experiencias, observar su realidad y recoger las enseñanzas que
se adquieren:
- "¿Son buenos, o nos
parecen buenos, nuestros procedimientos de estudio?": ¿nos hemos
planteado ya esta pregunta con seriedad?.
- ¿Sé realmente estudiar?, es
decir: ¿trabajo cada materia de la manera más adecuada para obtener de
ella el mejor provecho?.
- ¿Quiero estudiar de verdad?, es
decir: ¿aunque ello me cueste, hacerlo con constancia y sin dejarme
deslumbrar o desanimar por los resultados inmediatos?.
- ¿Domino mis sentimientos y mis
apetencias o caprichos del momento?, ¿soy capaz de "moverme no por
mis gustos o dis-gustos" sino que "logro que me guste lo que
hago y es de mi responsabilidad"?.
Saber estudiar, querer estudiar.
Ambas cosas equivalen a "armonizar nuestras POSIBILIDADES y las
ASPIRACIONES que tenemos". Necesitamos guardar un sabio equilibrio entre
ambas porque las desproporciones entre ellas cuanto más abultadas más
peligrosas para nuestra constancia en el empeño.
Si hay que primar, no obstante, una de ellas, pongamos el acento en las
ASPIRACIONES ya que ellas descansan en nuestra mente y ésta si juega a favor
nuestro podrá ayudarnos a superar muchas "limitaciones".
¿Se acuerdan ustedes de aquellos "tests psicotécnicos" que nos
hacían antes de hacer C.O.U.?; a veces servían para minar la moral de los
estudiantes cuando se les decía:
- "Mira, lo que los tests han dejado al descubierto es que tú tienes
muy pocas POSIBILIDADES, porque has obtenido unos resultados muy bajos en tal y
cual y que cual".
Y recalcaban la idea de que "hay que ser modestos, conformarse
con la evidencia presente de las capacidades detectadas y no cometer la locura
de meterse en estudios superiores porque el fracaso era el resultado más
previsible".
Sin embargo... más de uno y más de diez también hicieron caso omiso de esos
augurios, emprendieron sus estudios en C.O.U. y luego universitarios y
triunfaron en ellos. ¿Cómo lo lograron?, pues sencillamente: o bien aquellos
tests psicotécnicos estaban muy mal hechos o bien fue que esos estudiantes
demostraron que puede más la disposición mental que las posibilidades
aparentes.
Saber estudiar es:
- Tener claras las ideas sobre lo
que pretendemos alcanzar, lo que queremos, y plantearnos estos objetivos
con realismo.
- Aprovechar las propias
cualidades, nuestros recursos personales interiores.
- Explotar al máximo los recursos
materiales de que se dispone.
- Buscar las ayudas que convenga
para lograr los objetivos que nos propongamos.
- Utilizar los procedimientos más
eficaces:
- Averiguando antes qué momentos
del día son aquéllos en los que más y mejor rendimos.
- Ordenando las actividades a
realizar alternando grados de dificultad diferentes y también unas áreas
con otras (sin atracones innecesarios de una materia sobre las demás).
- Teniendo en cuenta
circunstancias ambientales que puedan favorecer o perjudicar nuestra
labor y aportar soluciones al respecto.
- Concentración, esfuerzo,
dosificación descansos-trabajo,...
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