Ante ella caben tantas opciones como personas televidentes. El problema no
es tanto si la tenemos o no, ni siquiera si en vez de una sola tenemos tantas
como habitaciones haya en la casa. La cuestión es sencillamente
"el uso que hagamos de ella". Necesitamos educar en el uso
adecuado de este recurso; no es un trasto más, no es un juguete como otro
cualquiera. Tiene infinidad de implicaciones y usos, puede influir fuertemente en la vida familiar.
Ventajas
e inconvenientes del uso del televisor.
Desde esa perspectiva de "educar a los hijos para que sepan usar
adecuadamente la televisión" vamos a entrar en sus elementos
fundamentales:
Una parte fundamental de los contenidos transmitidos a través de los medios
de comunicación social, especialmente a través de la televisión, la constituye
la publicidad. Por ello, dentro de
un uso crítico de la misma por parte de los niños, es fundamental que aprendan,
primero a distinguir la publicidad del resto de contenidos, y
segundo, a distinguir los mecanismos que utiliza.
La mayoría de los programas infantiles adolecen de riqueza en sus códigos y
guiones. El lenguaje utilizado es extremadamente sencillo, las situaciones
presentadas reproducen los esquemas dominantes de competitividad, son un mero
"envase" de concursos y series violentas… incluso en formato de
“dibujos animados”.
- Homogeneiza la realidad.
- Transmite valores competitivos
y violentos.
- No deja tiempo para otras
actividades.
- Crea dependencia.
- Fomenta la incomunicación
dentro de la familia.
- Por su carácter de
simultaneidad no llega a respetar las características y necesidades de los
niños y niñas, más bien se sirve de ellas "para vender productos para
el consumo".
- Genera pasividad.
- La pasividad que se genera, puede destruir el
desarrollo del espíritu crítico y la búsqueda personal de conocimientos.
Por tanto, los niños muy asiduos a este medio presentan una falta de
iniciativa, de creatividad y en muchos casos no son capaces de organizar
sus propios juegos. Las imágenes pasan demasiado rápido sin dejar tiempo a
reflexionar.
- Restringe la capacidad de
imaginar espacios, lo da todo hecho.
- El tiempo pasado viendo la
televisión es paralelo a la caída del rendimiento escolar, al declive de
la capacidad de atención y a la concentración intelectual.
- En lo que concierne al sentido
del esfuerzo del trabajo, los efectos son muy negativos. Hasta el maestro
tiene que esforzarse si quiere hacer atractivas sus clases y competir con
la pequeña pantalla. Ante esta realidad, estimular a los alumnos para que
se interesen por la lectura es una difícil tarea.
- Las imágenes televisivas, están
creando futuras generaciones de no lectores y no sólo disminuyen el
interés por la lectura, sino que incluso ponen obstáculos a la capacidad
de expresarse verbalmente y por medio de la escritura.
- En ocasiones, la televisión
introduce en el seno de la familia una nueva fuente de modelos para
imitar, muchos totalmente ajenos a las costumbres o formas de pensar de
los padres.
- El chico es conducido a imitar
las ”proezas” de esos héroes artificiales, intentando reproducir acciones
absurdas, dañinas para su salud física o moral.
- Su capacidad para el
entretenimiento.
- No requiere un esfuerzo para su
comprensión.
- Transmite conocimientos.
- Acerca a otras realidades.
- Es o puede ser un medio
perfecto para la transmisión de valores, como pueden ser el respeto
por la naturaleza, la solidaridad con otros pueblos, la pluralidad...
- Evita desplazamiento a los
centros de información y formación.
- Bien utilizada, ofrece
infinidad de elementos para la reflexión y análisis crítico tanto de la
realidad tal como es como de la realidad que la misma televisión se empeña
en hacernos creer que es.
- Si tenemos reproductor de DVD,
podemos planificar nosotros mismos los programas, vídeos, documentales,
etc... que queremos ver solos o con nuestros hijos.
Pautas
y sugerencias ante esta realidad.
1. Pasemos más tiempo
junto a los hijos/as: hablando, jugando... favoreciendo relaciones profundas y
maduras en la FAMILIA. Estructurar el tiempo libre con distintas actividades
alternativas a la televisión, o al menos alternando tiempos con ella y los
videojuegos, ordenadores...
2. Ocuparnos de los
contenidos de los programas de televisión que se ven en el hogar. Echarle la
culpa a la programación es lo más fácil y cómodo pero mientras nosotros no
separemos lo que "vale la pena ver de lo que no"... de poco
servirá nuestra crítica.
3. Acompañar, en lo
posible, a los hijos/as en el visionado de los programas, comentando y
discutiendo con ellos los aspectos más polémicos o sobresalientes.Informarnos
del contenido de los programas con anterioridad al visionado de éstos.
4. Además ser críticos
con todos aquellos programas que no respeten los valores y derechos del niño.
5. Obtener información de los riesgos que
la visión prolongada e indiscriminada de la televisión puede producir en los
niños/as, para así poder prevenir y orientar a los hijos/as sobre los aspectos
negativos de la televisión en la salud.
6. Ayudar a crear en el
niño/a una mentalidad crítica que lo proteja en su desarrollo psicoemocional y
educacional de los múltiples y permanentes mensajes publicitarios que incitan a
hábitos de vida no saludables, antisociales y puramente consumistas.
7. Explicar a los
hijos/as con claridad y razonadamente el equilibrio que debe existir
necesariamente entre los horarios dedicados a la televisión, y las obligaciones
escolares y extraescolares.
8. Enseñar a "ver
programas de TV", no a "ver TV". Orientar para ver programas con
contenidos relacionados con el ocio, la cultura, la naturaleza,
creativos... Evitando aquellos insustanciales o superficiales, por
no decir perniciosos.
9. Comprender que mirar
la TV es más un hábito que un gusto y como tal hábito puede cambiarse por otro
en el ámbito familiar.
10. Entender que la TV
como medio de comunicación no es ni buena ni mala, el calificativo que adquiere
estará en función del uso que cada uno de nosotros hagamos de ella.
Aparte de este decálogo, es aconsejable que:
- Si vamos a tener televisión en
casa, instalémosla en el recibidor o sala de estar, no en el comedor ni en
los dormitorios (con una sola debiera bastar).
- Evitemos utilizarla de
"niñera": enchufarla, por sistema, para entretener a los niños
acabará por convertirla en sustituta de nuestras pautas educativas.
- Marquemos con flexibilidad
razonable un máximo de tiempo para verla y siempre con criterios
educativos.
PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
- ¿Añadiríamos otras "pautas
y sugerencias" a tener en cuenta en nuestra familia respecto al uso
de la televisión?. ¿Cuáles de las expuestas aquí nos cuesta llevar a la
práctica sobre todo?, ¿por qué?.
- ¿Para qué realizar este
esfuerzo?. ¿Qué efectos positivos observamos en aquéllas que sí
practicamos?.
- ¿Qué utilidades positivas
podríamos darle a la televisión y que de momento no estamos aprovechando?,
¿qué otras costumbres relacionadas con ella nos conviene cambiar o
desterrar?. Hablémoslo en pareja, con honestidad.
- ¿Cómo podríamos mejorar
implicando en ese cambio la voluntad de nuestros hijos?.
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