jueves, 1 de julio de 2021

¡Qué dura es toda ruptura!

Una amiga, en un momento laboral de tensión, me dirigió una mirada y unas palabras desconcertantes, una auténtica llamada de socorro,... una expresión de inmenso dolor y experiencia de derrumbe interior. No necesitó más para expresarlo todo aunque aquel punto de comunicación apenas duró un par de segundos. No quise comentar, guardé silencio y dejé todo para "luego".

Ese "luego" llegó y al hablar con esta persona sobre el hecho relató lo que ya intuí: sus padres se estaban separando y no estaban llevando nada bien esa separación porque ahí había de todo menos de lo que debía haber:

  1. No se escuchaban, cada uno se aferraba a su discurso (la perspectiva del otro no era válida, sólo la propia).
  2. Reproches mil: nada en el otro era bueno, todo era malo y si había algo bueno... era lo de uno; el otro sólo tenía defectos y malos procederes.
  3. - Una y otra parte pugnaban por asegurarse el apoyo de los hijos, manipulándoles, haciéndoles ver las cosas así como las veía cada cual única y exclusivamente.
  4. Utilizaban a los hijos como piedras arrojadizas, recaderos, escudo,....
  5. Cada cual organizaba cosas con los hijos sin contar para nada con la otra parte: como si de repente los hijos sólo fueran de uno y no del otro: aplicación de normas y sanciones, actividades fuera y dentro del hogar,...
  6. Ninguna de las dos partes demostraba estar pensando realmente en los hijos: no eran en absoluto conscientes del dolor que ya de por sí se genera en ellos cuando éstos ven que esas dos personas a las que tanto aman -porque se ama a las dos- han dejado de amarse entre ellos.
  7. Ninguno tampoco respetaba a estos hijos ya que toda manipulación e instrumentalización es una muestra grave de respeto. ¿Qué amor de padre/madre estaban demostrando?. En realidad sólo se estaban mirando a sí mismos.

Malos frutos.

Es fácil adivinar cómo podía sentirse esta persona, ya mayor de edad y trabajando pero llevando con dificultad su trabajo debido a esas enormes presiones de las que es necesario liberarse.

Cuando uno de los cónyuges, o ambos, mienten a los hijos para denigrar al otro; cuando tratan de apartarlos del cónyuge procurando hacer creer que sólo es una parte la que se preocupa de ellos; cuando se les utiliza como piedra arrojadiza, escudo, excusa para la pelea,...; se genera en los hijos un dolor inmenso y un daño aún más terrible que se prolongará durante años hasta que logren liberarse de ello, si es que lo consiguen.

También estas situaciones muestran un grave problema en los padres: no saben gestionar su separación y si encima tampoco recurren a un recurso mediador profesional (quizás porque se creen por encima de todo el mundo y piensan que "ellos no necesitan eso") y traducen todo en muestras de odio, rencor, frustración y dolor muy mal canalizado que daña a todos, no sólo a los hijos, también a sí mismos,... no puede esperarse así nada bueno para ninguna de las partes, menos aún para sus relaciones; es más, un día u otro llegará la calma y se harán conscientes de todo lo que hicieron y las formas empleadas. ¿Cómo afrontarán entonces el dolor que sobreviene al darse cuenta de todo el daño que hicieron a los demás?, ¿cómo podrán reparar ese daño causado en el otro?.


Los hijos.


Cuando los hijos son ya mayores puede resultar más "fácil" (lo pongo entre "comillas" porque esto no es fácil para nadie, se tenga la edad que se tenga) porque ya cuentan con muchos recursos personales y capacidad para detectar esas estrategias de manipulación conscientes o inconscientes de sus congéneres pero... ¿qué pasa cuando esos hijos son aún niños y además con una muy baja autoestima?.

Los hijos necesitan mantenerse completamente al margen de las disputas entre los padres. Mucho menos aún los padres, ninguno de ellos, debe ponerlos por en medio ni enfrentarlos a la otra parte (como ocurre por desgracia en algunos casos demostrando así cuán poco se les respeta). Los hijos deben mantenerse al margen y todos, especialmente sus padres, tienen la obligación de asegurar esa distancia; la separación o divorcio es entre los padres, no entre los padres y los hijos.


Los padres.


Los padres en trámites de divorcio o separación necesitan mirar más allá de la punta de su nariz, dejar sus egos aparte y mirar por encima de todo el bien de sus hijos. Y ello no tiene porqué significar someterse a la otra parte para evitar todo conflicto (gran error de algunos que ceden a todo en tal de evitar discusiones) sino aún habiendo tomado la decisión de separarse o divorciarse de su pareja sin embargo lo hacen centrándose en ello de tal manera que afecte la situación lo menos posible a los hijos y también que ello no suponga deteriorar más todavía la relación entre ambos.

Y si ven que aún tratando de hacer esto bien sin embargo... no lo consiguen... pongan en juego el valor de la humildad: reconocer la realidad y buscar ayuda. La mediación familiar es un buen recurso. No se resuelve nada rociando al otro con insultos, acusaciones mil (fundadas o infundadas), ironías, burlas,... cuando en realidad esto sólo consigue alejar más todavía las posibilidades para el diálogo y el entendimiento. Una postura que observe la situación "desde fuera" puede ser una ayuda inestimable, un gran bien para uno y otro y también para la relación (dos personas que se amaron hasta hacer posible la existencia de nuevas personas, sus hijos, no tienen porqué acabar siendo dos enemigos irreconciliables).

Santi Catalán

PARA AMPLIAR:

PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿A qué conclusiones llegamos tras la lectura de este artículo?. ¿Qué nos han aportado los "enlaces para ampliar"?.
  • ¿Qué otras ideas o elementos de reflexión añadiríamos a este contenido?.
  • ¿Nos sentimos identificados con el contenido de esta entrada o con parte de ella?, ¿en qué y por qué?.
  • Si nos hallamos ya en un proceso de separación o divorcio... ¿cuáles creemos que deben ser nuestras prioridades?, ¿cómo salvaguardarlas?. ¿Qué ayudas creemos que necesitamos y cómo acceder a ellas?.
  • Si acaso estamos bien pero... hay "cosillas" que no andan bien porque no hay manera de llegar a un acuerdo ¿qué podemos hacer antes de llegar a un desenlace que no gustaría a ninguna de las partes?.

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