miércoles, 10 de junio de 2020

Nos desconfinamos... ¿para volver a lo mismo?


En este 2020 se cumplen 5 años desde que el Papa Francisco escribió la encíclica “LAUDATO SÍ”. Un documento que habla de manera muy extensa pero sin desperdicio alguno de lo que significa ”cuidar el Medio Ambiente al mismo tiempo que la Dignidad Humana”, pues para él y para muchos que cada vez lo ven más claro “no se puede defender una parte sin hacer lo mismo con la otra”, una y otra están totalmente relacionadas y son interdependientes.
También, el 5 de junio se celebra el “Día del Medio Ambiente” y el 8 de este mismo mes el “Día de los Océanos”. Tenemos pues incentivos y motivos sobrados para centrar nuestra atención en la EDUCACIÓN medioambiental que todos necesitamos (empezando por quienes hacemos de nuestra vida tarea responsable, vocación y compromiso educador) y que nuestros hijos esperan y necesitan recibir de nosotros.

Tomar conciencia.

Ésta es la primera clave: necesitamos, todos y todas, saber, conocer, ver con claridad cuál es la REALIDAD en la que nos movemos. Y esta realidad es muy amplia, compleja y de una gama inmensa de colores y matices:
  1. Junto a grandes avances y medios técnicos para producir, resolver las necesidades humanas, para vivir,… nos encontramos también con grandes problemas medioambientales: contaminación atmosférica, acústica, lumínica, superficial-terrestre, acuática, subterránea,…
  2. Nunca antes en toda Historia había habido tantos medios para poder terminar con el hambre, la pobreza y mil lacras más de la humanidad; sin embargo la tendencia de nuestro mundo es acentuar cada vez más esas diferencias: entre unos pocos que lo acaparan casi todo y unos muchos que han de conformarse con las migajas.
Todo esto tiene unas causas: nada de esto se produce por casualidad, y las responsabilidades no son tampoco de unos pocos, son en realidad de todos, pues todos contribuimos o hemos contribuido hasta ahora de alguna manera a este estado de cosas: bien por nuestros modelos de vida que hemos desarrollado hasta ahora y que han perjudicado a nuestra Casa Común o bien por lavarnos las manos ante lo evidente (como si lo que le pasa a esta Casa Común no tuviera que ver nada con nosotros).

Reflexionar, pensar qué mundo queremos para nosotros y nuestros hijos.

¿Nos gusta lo que vemos?. ¿Nos parece sostenible esta “¿cultura?” del “usar y tirar”?. ¿Sabemos –por poner un simple ejemplo entre miles- cómo han llegado hasta nosotros las prendas que vestimos: cómo se fabricaron, qué materiales se usaron, la contaminación que el proceso de fabricación de esas prendas ha ocasionado en el medio natural, las condiciones laborales de las personas que lo manufacturaron, las condiciones laborales de los trabajadores de la mar que han hecho posible que eso llegue hasta nosotros,…?. Etc….
¿Sabemos lo que es el “Comercio Justo” y el “Consumo Responsable”?. ¿Cómo estamos viviendo lo que estos dos términos significan?. ¿tendríamos algo que hacer al respecto, algo que cambiar?, ¿el qué y cómo?.
Tenemos a lo largo del año varias celebraciones especiales relacionadas con la Ecología, el Medio Ambiente y los Derechos Humanos que nos podrían ayudar considerablemente a tomar conciencia de esta realidad y plantearnos a continuación prácticas o actitudes coherentes con lo que entendimos:

Medio natural:
Derechos Humanos:
Podrían señalarse unas cuantas más pero con echarle un buen vistazo a estas celebraciones y lo que sus enlaces nos proponen lograríamos hacernos una idea de todas nuestras posibilidades reales.

Y… ¡manos a la obra!.

Conocemos bastante bien cuál es nuestra realidad, cómo está todo, cuáles son sus causas y consecuencias,… hemos tomado conciencia de lo que no queremos y de lo que sí queremos para nosotros y nuestros hijos gracias a ese análisis y a la reflexión sobre las actitudes que debiéramos evidenciar; ahora toca… poner en práctica nuestras ideas, propósitos y proyectos tanto a nivel personal como familiar, social, institucional, etc…
Y empezamos por casa, por nosotros mismos.
Hace cosa de un año publicamos un artículo que hacía hincapié en medidas sencillas que podemos llevar a la práctica sin complicación alguna. Sugerimos releerlo y obtener conclusiones prácticas y concretas a desarrollar desde ya:
Y luego o al mismo tiempo “tomemos partido junto con otros”: asociaciones de vecinos, entidades que promuevan los Derechos Humanos y el respeto y cuidado del Medio Ambiente,... para sumar esfuerzos, medios materiales y humanos, para acompañar y sentirnos acompañados.
Seguro que en nuestra localidad hallaremos ocasiones y espacios para materializar ese compromiso comunitario que sirva de escuela educativa también para nuestros hijos pues es el ejemplo lo que más y mejor educa.

Santi Catalán
santi257@gmail.com
PARA AMPLIAR:

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