jueves, 28 de marzo de 2019

Diez segundos para protegerse de más de cien enfermedades

Si padece una enfermedad a la que no encuentra solución o sufre algún problema de salud del que no sabe bien la causa, lea lo que sigue a continuación y descubrirá un nuevo camino para poder curarse.
Y es que cada vez más científicos creen que para tratar e incluso vencer muchas enfermedades es clave la lucha contra la disbiosis.

Pero ¿qué es exactamente la disbiosis?.

Los científicos la definen como “una alteración persistente del equilibrio normal de la microbiota intestinal”. Esta anomalía está causada por la acumulación de bacterias tóxicas en los intestinos. La disbiosis está en el origen de muchas enfermedades graves, como la enfermedad de Crohn, la diabetes, la enfermedad celíaca, el cáncer de colon, las alergias e incluso el autismo.
También se sospecha que está involucrada en la artrosis, la hipertensión, la psoriasis y las enfermedades de Parkinson y de Alzheimer.
¿Cómo puede estar implicada la disbiosis en todas estas enfermedades?. La razón es simple a la vez que aterradora: los científicos han descubierto que la disbiosis tiene el poder de desencadenar graves disfunciones en los sistemas inmunológico, metabólico, nutricional e incluso genético. En resumen, sería como una especie de parásito que crea caos y muerte en cada célula de su cuerpo.
La disbiosis es el resultado de los cambios en el estilo de vida a los que, desafortunadamente, todos nos enfrentamos. Me refiero sobre todo a la contaminación, a los efectos perniciosos de ciertos medicamentos (como los antibióticos), al estrés y a los alimentos procesados que han invadido nuestros platos. Estos cambios en el estilo de vida se han producido en sólo unos años.

¿Cómo sé si padezco disbiosis?.

La disbiosis es difícil de diagnosticar porque se desarrolla gradualmente, sin que uno se dé cuenta.
Hay pruebas médicas específicas que pueden ayudarle a detectarla. Sin embargo, hay varias señales inequívocas y me gustaría ayudarle a saber usted mismo si la sufre simplemente respondiendo a estas preguntas:
  1. ¿Alguna vez se priva de algún alimento porque teme que sus problemas digestivos empeoren aún más?.
  2. ¿Se siente cansado sin saber por qué?.
  3. ¿Tiene el rostro apagado o amarillento?.
  4. ¿A veces siente que no puede resistir el impulso de comer dulces?.
  5. ¿Nota que cada vez es más difícil perder peso?.
Si ha contestado “sí” a una o más de estas cinco preguntas, es probable que, como millones de personas, usted sufra disbiosis sin saberlo.
Por lo tanto, debe actuar antes de que la situación empeore.
La mayoría de nosotros no damos mucha importancia a estas preocupaciones. Pensamos que “se pasará solo”, que “no es tan grave” o que “será normal con la edad”.
Sin embargo, se trata de un error que puede tener consecuencias para su salud si no hace nada. En muchos casos, estos síntomas son los primeros signos de enfermedades más graves: artrosis, diabetes, obesidad, cáncer...
Estas señales de socorro que le envía el cuerpo están ahí para advertirle de que algo serio está sucediendo:

El cuerpo se está empezando a pudrir.

Discúlpeme por ser tan directo. Puede parecer chocante y desagradable imaginar que su cuerpo se está pudriendo por dentro. Sin embargo, es sólo una versión incluso edulcorada de lo que los científicos han descubierto sobre la disbiosis.
Cuando las bacterias tóxicas se asientan en los intestinos, se propagan a gran velocidad y atacan las bacterias buenas presentes en ellos.
Obviamente no puede verlo, porque todo ocurre a escala microscópica pero, en este mismo instante, en sus intestinos se está librando una lucha encarnizada:
  1. Este feroz combate entre bacterias “buenas” y bacterias “tóxicas” acaba por agotar a los intestinos, que se vuelven porosos.
  2. Uno de los primeros signos visibles es que este caos en los intestinos le impide perder peso.
  3. La comida ya no se digiere correctamente, dado que los intestinos no son capaces de hacer bien su trabajo.
  4. Su cuerpo almacena más grasa y ya no sabe cómo eliminar las toxinas presentes en la alimentación.
Estas toxinas se van acumulando en el cuerpo.

Los científicos hablan de un fenómeno de “putrefacción”, que convierte el cuerpo en un vertedero lleno de toxinas patógenas.
Estos microorganismos patógenos proliferan por todo el cuerpo y debilitan peligrosamente sus defensas naturales, lo que aumenta el riesgo de enfermedades. Las murallas de su fortaleza interior empiezan a desmoronarse.
¿Ha oído alguna vez esta famosa frase del médico griego Hipócrates?
“Con toda probabilidad, la fuente de las enfermedades no debe encontrarse en ningún otro lugar que no sean las ventosidades o flatulencias, dependiendo de si son por exceso o por defecto, o bien si entran en el cuerpo en demasía o impregnadas de miasmas mórbidos”.
La ciencia moderna ha confirmado que el padre de la medicina tenía toda la razón.

Sus intestinos no sólo son el punto central de la digestión, sino que son el foco de su salud, puesto que el 80% del sistema inmunológico lo manejan los intestinos.
Si éstos son atacados por bacterias malignas, el sistema inmunológico se empezará a debilitar peligrosamente y se volverá más vulnerable a las enfermedades.
Si usted come muchos alimentos procesados, por ejemplo, las bacterias intestinales se verán comprometidas porque estos alimentos destruirán en gran parte la microflora saludable y alimentarán las bacterias y levaduras dañinas.
Las bacterias intestinales también son especialmente sensibles a los antibióticos, al agua clorada, a los jabones antibacterianos, a los productos químicos agrícolas y, en general, a todo tipo de contaminación.

La otra consecuencia de la disbiosis se encuentra en el cerebro.

Esto puede sonar extraño en un primer momento, pero las investigaciones científicas son muy claras en este aspecto: lo que sucede en los intestinos está directamente relacionado con lo que sucede en el cerebro.
No lo sabe todo el mundo, pero los intestinos son nuestro segundo cerebro. No hace mucho que los científicos han descubierto que los intestinos contienen 200 millones de neuronas que vigilan la digestión e intercambian información con nuestro cerebro.
Y ahora están empezando a descifrar esta “conversación secreta” cuyos mecanismos siguen siendo misteriosos.
Por ejemplo, sabemos que el cerebro entérico (el de los intestinos) produce el 95% de la serotonina, un neurotransmisor que ayuda a controlar las emociones y que también se llama “hormona de la felicidad”.
Estos descubrimientos también han allanado el camino para albergar una inmensa esperanza terapéutica en enfermedades neurodegenerativas como el párkinson y el alzhéimer.
Los estudios muestran que estas enfermedades comienzan atacando las neuronas de los intestinos.
Para prevenir y tratar estas enfermedades neurológicas, tendríamos que lidiar también con lo que transita a través del tubo digestivo. Por eso es tan importante que proteja sus intestinos de la disbiosis.
La buena noticia es que, pese a la complejidad de esta enfermedad y sus consecuencias, hay varias soluciones para protegerse.
Y lo mejor de todo es que el remedio más simple contra la disbiosis es también el más efectivo.

Cómo detener esa máquina infernal.
Una vez tratada la disbiosis intestinal, una de las primeras cosas que notará es que podrá perder peso con mayor facilidad. Tiene todo el sentido, ya que si sus intestinos funcionan de nuevo con normalidad, empezará a digerir y eliminar grasas y toxinas de nuevo.
Otra ventaja visible enseguida es que la piel recupera su brillo natural, por lo que se verá con mejor aspecto, más saludable.
También notará que podrá volver a disfrutar de ciertos alimentos que no se atrevía a comer porque le causaban demasiados problemas digestivos.
Pero mucho más importante, aunque no lo sentirá de inmediato, es que sus defensas naturales recuperarán su fuerza y reconstruirán su fortaleza interior contra las enfermedades.

Las cuatro estrategias contra la disbiosis.

A continuación puede ver cuatro cosas que puede empezar a hacer a partir de hoy mismo (como le dije, una de ellas, concretamente la cuarta, no le llevará más de diez segundos).

Comience por consumir más alimentos fermentados. Antiguamente, la gente utilizaba alimentos fermentados, como el yogur y el chucrut, para mantener la salud digestiva. Estos alimentos son ricos en bacterias beneficiosas para los intestinos. Por lo tanto, son una excelente forma de combatir la disbiosis y sus complicaciones. Sin embargo, para que sean eficaces, estos alimentos deben fermentarse de manera tradicional y, por lo tanto, no pasteurizarse (la pasteurización mata los probióticos naturales).

Elimine el azúcar de su dieta en la medida de lo posible, ya que favorece el desarrollo de la disbiosis de fermentación básica. Esta disbiosis se caracteriza por la aparición de un caldo de cultivo propicio para las levaduras, en particular la Candida albicans, que provoca muchos gases e hinchazón.

Prime los alimentos procedentes de la agricultura ecológica, que le van a permitir limitar la cantidad de contaminantes químicos que pasan por los intestinos.

Hay otra solución, incluso aunque no siguiera de forma rigurosa las tres primeras estrategias, podrá luchar eficazmente contra la disbiosis:
Tomar probióticos, prebióticos y enzimas digestivas, pues cada uno de estos ingredientes activos naturales desempeña un papel específico imprescindible para su salud intestinal, que ahora mismo le voy a contar.

Las enzimas nutren, fortalecen y limpian.

Es probable que haya oído hablar de los extraordinarios beneficios de los probióticos y de los prebióticos en los intestinos y en la salud en general.
Pero hay otra variedad de ingredientes activos naturales menos conocidos aunque igualmente importantes para proteger sus intestinos: las enzimas.
Las enzimas son el catalizador de todo lo que sucede en el cuerpo; por ejemplo, no se puede respirar, beber, comer o digerir alimentos sin enzimas.
El Dr. Edward Howell fue el primer investigador en reconocer ya por los años 40 la importancia de las enzimas alimentarias en la nutrición humana.
En su libro “El estado de las enzimas en la digestión y el metabolismo”, publicado en 1946, escribió:
“Las enzimas son sustancias que hacen posible la vida. Son esenciales en cada reacción química que ocurre en el cuerpo. Sin enzimas, no habría ninguna actividad. Se puede decir que son la masa laboral que construye el cuerpo, del mismo modo que los obreros de la construcción son los que construyen su casa. Puede contar con todos los materiales de construcción posibles para construir una casa, pero también necesita los trabajadores que representan el elemento esencial de la vida. De la misma manera, puede tener todos los nutrientes, vitaminas, proteínas, minerales... esenciales para el cuerpo, pero también va a necesitar enzimas, el elemento de la vida, para mantener su cuerpo vivo y saludable”.

Es tan sencillo como esto: no se puede combatir un resfriado o una enfermedad grave sin enzimas. El corazón, el cerebro, la piel, los huesos, todos los tejidos y células del cuerpo necesitan enzimas.
El problema es que, a medida que envejecemos, la producción de enzimas disminuye, y los primeros efectos negativos se perciben en la digestión. Se empiezan a eliminar peor las toxinas y también se absorben peor los nutrientes vitales para la salud. Como resultado, el cuerpo se debilita gradualmente y la disbiosis comienza a aparecer. En consecuencia, se envejece más rápido y se enferma con mayor facilidad.
Para remediarlo, le recomiendo aumentar drásticamente el consumo de enzimas. Las más importantes para la salud son estas cinco enzimas digestivas: proteasa, lipasa, amilasa, celulasa y lactasa.
Gracias a estas enzimas, usted podrá digerir mejor los alimentos y será menos sensible a las intolerancias alimentarias causadas por la lactosa, el almidón y las grasas perjudiciales. A la vez absorberá mejor las vitaminas, los minerales y las proteínas de la dieta, por lo que su organismo estará mejor nutrido gracias a la acción de las enzimas.

Probióticos: las bacterias beneficiosas para la vida.

Los probióticos son fermentos naturales, bacterias vivas que están presentes en los intestinos.
Desempeñan tres papeles principales contra la disbiosis:
  1. Actúan como soldados en el tubo digestivo bloqueando el paso de sustancias extrañas (patógenos, toxinas y alérgenos), lo que reduce el riesgo de infecciones y enfermedades.
  2. Contribuyen a la digestión de los alimentos transformándolos y produciendo nuevas moléculas (vitaminas, enzimas, ácidos grasos, etc.).
  3. Ayudan a desarrollar el sistema inmunológico y la mucosa intestinal, lo que asegura una mejor protección del organismo contra los patógenos externos.
Estos modos de acción están ampliamente implicados en la lucha contra la disbiosis y la regulación del tránsito intestinal, pero hacen mucho más que eso.
Los estudios sobre probióticos se han multiplicado en los últimos años y han confirmado que existen más de cien efectos positivos para prevenir, aliviar o curar enfermedades digestivas, inflamatorias, inmunológicas, infecciosas o los efectos secundarios digestivos relacionados con el uso de medicamentos (por ejemplo de antibióticos y tratamientos contra el cáncer).
Hay multitud de probióticos a su disposición, y yo mismo le he hablado de ellos en alguna ocasión. Hoy voy a recomendarle un complejo que contiene no una ni dos cepas de probióticos, sino las siete variedades más potentes del mundo.
Estas cepas están recomendadas por el profesor Claudio de Simone, considerado actualmente como el mayor especialista mundial en el campo de los probióticos.
Pero no sólo eso, sino que a las siete cepas de probióticos añade las cinco enzimas más importantes que le he mencionado antes, algo que es mucho más insólito de encontrar en un complemento nutricional. Y tampoco es sólo eso…
Además, esta formulación también incluye un prebiótico insólito de origen 100% vegetal.

El papel de los prebióticos.

Si los probióticos son bacterias vivas “buenas”, los prebióticos también tienen un papel importante para ayudarles en su misión, puesto que son nutrientes destinados a alimentar a esas bacterias en el intestino.
El aporte de prebióticos en la dieta se consigue sobre todo consumiendo frutas maduras de temporada, vegetales (principalmente legumbres y crucíferas) y cereales bajos en gluten (arroz, mijo, alforfón y espelta).
El problema es que la dieta moderna, demasiado rica en productos refinados y procesados (carne, queso, grasas y dulces), es pobre en fibra, de ahí el interés que supone tomar prebióticos en combinación con probióticos y enzimas.
Los prebióticos presentes en este complemento son galactooligosacáridos (GOS), que tienen la particularidad de abundar en la leche materna, pero no en la alimentación.
Los GOS que incluye este probiótico son 100% de origen vegetal y se obtienen a través de un proceso que los extrae de fibras de semilla de guisante seco.

Para aumentar la biodisponibilidad, yo le recomiendo tomarlo por la mañana antes del desayuno, es decir, con el estómago vacío.
Esto se debe a que la acidez del estómago destruye los probióticos, y la acidez es mayor cuando se han ingerido alimentos, pues el estómago produce jugos gástricos (ricos en ácido clorhídrico) para poder digerirlos.

Diez segundos al día bastan.

¿Ve por qué le decía que diez segundos al día eran suficientes para hacer mucho por su flora intestinal y para atajar la disbiosis?. Porque es el tiempo que va a necesitar para tomar una cápsula de Symbyozyme, que es el complemento que hoy le recomiendo.
Con eso tendrá suficiente para aportar a su intestino las enzimas, probióticos y prebióticos que necesita cada día. Y así poder prevenir y tratar la disbiosis y todas las enfermedades que se derivan de ella.
Una cápsula, un vaso de agua y diez segundos es todo lo que necesita para combatir multitud de enfermedades.
Recuerde que mantener en condiciones la flora intestinal y no permitir que la disbiosis se apodere de su intestino es esencial para disfrutar de una buena salud. Le ayudará en caso de, por ejemplo:
  1. Enfermedades digestivas crónicas como estreñimiento, enfermedad celíaca, permeabilidad intestinal, síndrome del intestino irritable y enfermedad de Crohn, además de otros problemas digestivos.
  2. Síndrome de fatiga crónica.
  3. Enfermedades inflamatorias como artrosis, reumatismos y alergias.
  4. Enfermedades metabólicas como diabetes, colesterol, hipertensión y obesidad.
  5. Enfermedades de la piel como acné, eccema, dermatitis, herpes y psoriasis.
  6. Enfermedades infecciosas como diarrea, resfriados, gripe, gastroenteritis, infecciones por Clostridium difficile o Helicobacter pylori.
  7. Varios tipos de cáncer, especialmente el de colon.
Y es que la disbiosis está en el origen de muchos problemas de salud causados por los cambios en el estilo de vida que envenenan nuestro cuerpo y lo enferman.
Lo que me parece especialmente interesante de este complemento, y lo que lo diferencia claramente de los demás es:
  1. Que contiene las siete cepas de probióticos más potentes y en una cantidad muy importante (40.000 millones de unidades).
  2. Que aporta un prebiótico natural de origen 100% vegetal (galactooligosacáridos –GOS–).
  3. Que incluye además las cinco enzimas esenciales para una buena salud digestiva.
  4. Que todo ello “viaja” en una cápsula gastrorresistente de origen vegetal, que garantiza que llegue íntegro hasta sus intestinos, donde despliega todo su activo.
Como siempre le digo, si lo prefiere acuda a su establecimiento o farmacia de confianza e indague para adquirir probióticos, prebióticos y enzimas que garanticen la salud de su flora intestinal. Pero si quiere ir a lo directo y seguro, y tenerlo todo en una sola cápsula, puede pedir el complemento Symbiozyme del que le he hablado directamente aquí.

¡A su salud!.
Felipe M. Miller
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Fuentes empleadas por el autor:
  • “La dysbiose, nouvelle entité en médecine?” Philippe J Sansonetti Chaire de Microbiologie et Maladies Infectieuses. Collège de France 22 janvier 2014. Collège de France, Intitut Pasteur, Inserm (Institut National de la Santé et de la Reserche Médicale).
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