En la
naturaleza se dan fenómenos tan increíbles que parecen sacados de una novela de
ciencia ficción.
Hay un extraño hongo conocido en Asia desde hace
siglos, de increíbles propiedades para la salud que la ciencia moderna está
corroborando una tras otra a través de más de un centenar de estudios
científicos.
Pero
vayamos al principio del todo…
Hace
más de mil años, los pastores de las altas llanuras tibetanas observaban que
sus animales, incluidos los de edad más avanzada, disfrutaban de un vigor
envidiable. Saltaban, trotaban y se relacionaban entre ellos llenos de energía.
También era sorprendente su actividad sexual y su fertilidad.
Intrigados
por este hecho, los pastores comenzaron a interesarse por las hierbas que
comían, y descubrieron la presencia de un hongo desconocido que identificaron
como la razón de esa energía inusual de sus rebaños.
Había
nacido una leyenda.
Su nombre: Ophiocordyceps sinensis, o simplemente Cordyceps. Aunque no es otra cosa que un hongo, se trata de una especie formidable, un hongo entomopatógeno, pues en realidad es un hongo parásito que crece en el interior de un insecto o un gusano y se alimenta de él hasta matarlo.
Su nombre: Ophiocordyceps sinensis, o simplemente Cordyceps. Aunque no es otra cosa que un hongo, se trata de una especie formidable, un hongo entomopatógeno, pues en realidad es un hongo parásito que crece en el interior de un insecto o un gusano y se alimenta de él hasta matarlo.
Un
parásito aterrador.
La
forma en que crece el hongo es, cuando menos, sorprendente, ¡por no decir
totalmente aterradora!.
En
nuestro planeta, muchos seres vivos son lo que se denomina “parásitos”. La
mayoría de ellos vive a costa de sus anfitriones sin dañarlos, o con un
perjuicio mínimo; incluso existen numerosas relaciones de simbiosis, en las que
ambos, parásito y anfitrión, salen beneficiados. Ese no es el caso del
Cordyceps, que se comporta como un temible “vampiro”, infligiendo un verdadero
calvario a sus víctimas, que son hormigas, orugas o arañas.
En el
caso de la hormiga, por ejemplo, el hongo libera esporas que terminan
estableciéndose en la piel del anfitrión. Quince horas más tarde, empieza para
el insecto una lenta agonía. Las esporas van creciendo en su cuerpo,
consumiéndolo desde el interior sin llegar a tocar los órganos vitales. La
necesidad del hongo colonizador por su presa va en aumento, y tiene lugar una
posesión implacable, en la que el hongo se va haciendo poco a poco con el
control de la hormiga, abriéndose paso hasta su cerebro. El insecto empieza
entonces a presentar un comportamiento anómalo y desorientado -como si se
desprogramase por completo- y vaga así durante horas. De pronto, como si de un
robot teledirigido se tratase, trepa por una rama para clavar sus mandíbulas en
ella y quedarse inmóvil.
El
hongo, ahora dueño de su víctima, hace que ésta busque unas condiciones óptimas
para su crecimiento, orientada hacia el norte. Algunas horas después de haberse
anclado en la rama, la hormiga muere, paralizada como una momia vegetal. El
hongo continúa entonces su desarrollo en la cabeza de la hormiga y, semanas más
tarde, explosiona para diseminar sus esporas, que buscarán otras víctimas a las
que colonizar.
Cuando
coloniza a una oruga el proceso es similar. El micelio (conjunto de filamentos)
del hongo se desarrolla a partir de esporas existentes en el suelo, desde donde
infecta a la oruga, penetrando e invadiendo su cuerpo, que permanece enterrado
en el suelo. Para crecer, el hongo va absorbiendo los nutrientes del cuerpo de
la oruga. Meses después, la oruga finalmente muere, con su cuerpo ya totalmente
consumido por el hongo, que conserva la forma del cuerpo de la larva. De la
cabeza de la oruga, que permanece enterrada en el suelo, surge una estructura
que emerge de la tierra, de unos 10 cm de altura, de color azul oscuro
prácticamente negro, que contrasta con el verde de las praderas. Es esto lo que
ingería el ganado junto con las hierbas y que le producía ese vigor y energía…
Privilegio
de emperadores.
Tras la
evidencia de las increíbles propiedades que tenía el hongo en el ganado, pronto
se difundieron por toda China sus virtudes.
Pero,
por desgracia, el hongo milagroso era tan escaso que sólo estaba al alcance de
ciertas élites de la sociedad y, en particular, para los emperadores.
Aunque
esas élites llevaban siglos beneficiándose de sus propiedades, las primeras
referencias como hongo medicinal aparecen durante la dinastía Qing (manchú),
que fue la última de las dinastías imperiales chinas.
Su
escasez viene dada por su propia naturaleza. Y es que el cordyceps crece en
estado silvestre a gran altitud, entre los 3.000 y los 5.000 metros. La escasez
de oxígeno de este clima extremo ofrece un entorno extremadamente adverso que
propicia en las especies el desarrollo de una enorme capacidad de
supervivencia. Cuanto más adverso es el entorno, mejor es la calidad del hongo.
A ello se suma el hecho de que el cordyceps tarda alrededor de seis años en
completar su crecimiento, por lo que es aún más difícil encontrar el producto
en su estado natural.
Quienes
se dedican a su recolección son, en su mayoría, criadores de yaks (bóvidos que
viven en las altiplanicies esteparias y en los fríos desiertos), a quienes un
mes de recolección de este hongo les genera el equivalente a los ingresos
anuales que perciben por su actividad principal o incluso supone su único
ingreso.
En el
momento de la recolección (cuatro semanas entre mayo y junio), pueblos enteros
quedan desiertos cuando sus habitantes emprenden la búsqueda del santo grial
fúngico. Y es que el cordyceps es uno de los productos medicinales naturales
más caros del mundo. En 2012, su precio alcanzó los 140.000 dólares el kilo...
¡3 veces el precio del oro!. Así, no resulta difícil entender por qué era un
privilegio exclusivo de la familia imperial. Y también es natural que los
circuitos de recolección del cordyceps en la naturaleza sean un absoluto
secreto para quienes lo practican.
La
enorme demanda de cordyceps silvestre y su poca disponibilidad en la naturaleza
han dado pie a una sobreexplotación que ha conducido a una mayor escasez. Por
ello, en 1999 se clasificó como especie en peligro de extinción en China.
Cordyceps
de cultivo.
En
consecuencia, gran parte del cordyceps que se comercializa hoy en día es de
cultivo, lo que se hace sobre un sustrato de arroz o de habas de soja o bien en
un medio líquido vegetal.
Los
laboratorios tienen entonces dos opciones: o bien adquirirlo a través de un
proveedor externo (otro laboratorio), o bien cultivarlo ellos mismos. Desde
nuestro punto de vista es obvio que, si se desea adquirir cordyceps, es
imprescindible apostar por un laboratorio que realice él mismo el proceso de
fermentación y cultivo, pues es la única forma de garantizar su calidad y la
estandarización de sus principios activos.
Además
la picaresca en torno al cordyceps es muy grande. Algunos distribuidores sin
escrúpulos adulteran la producción para obtener mayores ganancias. Incluso en
ocasiones venden bajo el nombre de cordyceps otro tipo de hongo que, aunque
pertenezcan a la misma familia, no tienen los mismos beneficios.
Así que
este sería mi primer consejo fundamental si se anima a utilizar cordyceps:
elegir un laboratorio absolutamente fiable.
Investigadores
chinos del Instituto de Materia Médica de la Academia China de las Ciencias
lograron aislar en 1982 una cepa en fase asexual de Cordyceps sinensis,
denominada Cs-4, y desarrollaron un método de fermentación para poder
cultivarla en laboratorio.
Está
demostrado científicamente que las propiedades medicinales del micelio
cultivado de Cordyceps Cs-4 son igual de eficaces y seguras que las de
ejemplares de cordyceps que se encuentran en estado silvestre.
Así que
ese sería mi segundo consejo si quiere consumir cordyceps como complemento
alimenticio para su salud: busque complementos que empleen la cepa Cs-4
(algunos fabricantes utilizan el nombre en latín Paecilomyces hepiali).
Por eso
es tan importante elegir con cuidado el laboratorio al que se va a adquirir el
cordyceps, para que sea capaz de garantizar esa calidad, utilizando cepas que
procedan de ejemplares seleccionados.
Además,
tomar cordyceps de cultivo tiene una gran ventaja para los escrupulosos, y es
que sólo se toma el hongo (y no el insecto al que ha parasitado cuando ha sido
recogido de la naturaleza). Y es que al consumir cordyceps silvestre, en
realidad lo que se está ingiriendo es el estroma del hongo junto al cuerpo de
la oruga, mientras que en el caso del de laboratorio sólo toma el hongo puro.
¡Todo son ventajas!.
Para
qué tomar cordyceps.
El
cordyceps ha sido utilizado en la medicina tradicional tibetana y china durante
siglos. Y hoy día incluso la industria farmacéutica convencional ha puesto sus
ojos en él y es la base de algunos medicamentos para luchar contra el cáncer o
el sida, por ejemplo.
Sus
propiedades son tan numerosas y están tan demostradas que es fácil encontrar
razones para tomar Cordyceps sinensis como complemento nutricional. ¡Sirve para
casi todo!.
Como ya
descubrieron los antiguos pastores trashumantes tibetanos, es un potente
vigorizante que favorece el aumento de la energía física y mejora
significativamente el rendimiento deportivo en los atletas. También es un
afrodisíaco que contribuye a aumentar el vigor sexual, tanto en el hombre como
en la mujer.
También
es un excelente complemento para luchar contra el envejecimiento celular. Los
estudios han demostrado que el extracto de cordyceps mejora la actividad de las
enzimas antioxidantes (SOD), disminuyendo así la oxidación de los lípidos e
inhibiendo la actividad de las monoaminoxidasa (un grupo de enzimas que
deterioran los neurotransmisores como la serotonina). Además, es un importante
adaptógeno que ofrece una mejor resistencia al estrés y a las enfermedades.
También mejora la función respiratoria y cardiovascular.
Como le
comentaba, hay más de un centenar de estudios científicos que se han realizado
sobre el hongo cordyceps, centrándose en diferentes parámetros: tónico o
energético, sistema renal, sistema inmunitario, aumento de masa muscular,
aumento de vigor y libido, propiedades antioxidantes…
Por
citar algunos, que si lo desea podrá consultar utilizando las referencias
científicas que encontrará al final de este texto, son muy interesantes sus
propiedades en casos de impotencia masculina o disfunción sexual. Distintas
investigaciones asocian una mejora en la calidad espermática, en el deseo y la
libido a la ingesta de extractos de Cordyceps sinensis. La mejora en la calidad
del esperma se debe posiblemente a la riqueza en vitaminas, zinc y aminoácidos.
Además,
se utiliza para mejorar el rendimiento físico, tiene propiedades
inmunoestimulantes, y se ha empleado para tratar trastornos respiratorios,
renales, hepáticos y cardiovasculares.
Diferentes
estudios han demostrado además su efecto antiestrés y antifatiga asociado a un
aumento de los niveles de ATP (adenosíntrifosfato), la molécula energética de
las células, y a una mejora de la eficacia en el uso del oxígeno.
El
ácido cordicépico presenta propiedades diuréticas, antitusivas y antioxidantes,
mientras que los nucleósidos participan en la regulación y modulación de varios
procesos fisiológicos en el sistema nervioso central. El nucleósido cordicepina
(3’-deoxiadenosina) posee propiedades antiinflamatorias y efectos reductores de
la concentración del colesterol total, lipoproteína de baja densidad y triglicéridos
en sangre.
La
eficacia del extracto de micelio fermentado está avalada por numerosos estudios
que han determinado, entre otros efectos, una mejora de la función
respiratoria, de la función cardiovascular y renal, un aumento significativo de
los niveles de testosterona y estradiol en hombres y mujeres con libido baja, y
un efecto hipolipidémico disminuyendo el nivel de colesterol total.
Dónde
encontrarlo y cómo tomarlo.
Pero
salvo que usted viva en el Tibet y conozca un proveedor de plena confianza que
le permita incorporarlo a sus guisos –lo que probablemente no será el caso- si
quiere beneficiarse de las increíbles propiedades de este hongo milenario
deberá ingerirlo en forma de complemento nutricional.
Recuerde
los consejos que le he dado para asegurarse de que no le den gato por liebre.
Para
los que prefieran ir a tiro hecho, voy a recomendarle un producto de un
laboratorio que cumple todos los requisitos y más.
Se
trata del CordycepsPrime, del laboratorio Anastore.
Ni que
decir tiene que utiliza un proceso de producción por fermentación de la cepa
Cs-4, empleando un procedimiento biotecnológico patentado de fermentación natural
que logra producir un extracto de micelio (el cuerpo vegetativo del hongo) de
Cordyceps sinensis con una alta titulación en adenosina (0,28%) y en D-manitol
(8%). El resultado es un estracto titulado, es decir, que este laboratorio le
garantiza una cantidad mínima de los principios activos de este increíble hongo
en todas y cada una de sus unidades.
Además,
el hongo cordyceps contiene contiene multitud de minerales, vitaminas (A, B1,
B2, B12, C, E y K), aminoácidos, ergosterol (que es un precursor de la vitamina
D), polisacáridos y cordicepina, entre otros.
Respecto
a su dosificación, es suficiente con 1.500 mg al día. Eso significa 3 cápsulas
al día con medio vaso de agua, una en cada comida.
¡A su
salud!.
Felipe
M. Miller
Artículo original: http://www.saludnutricionbienestar.com/cordyceps-el-hongo-tibetano-prodigioso-para-la-salud/
Artículo original: http://www.saludnutricionbienestar.com/cordyceps-el-hongo-tibetano-prodigioso-para-la-salud/
P.D.:
En las últimas décadas, numerosas publicaciones científicas chinas, japonesas y
americanas han analizado los efectos terapéuticos del mantener o mejorar la
función renal, una propiedad que podría tener un valor incalculable para
multitud de personas que padecen insuficiencia renal crónica, ya que los
tratamientos actuales se limitan a contener sus consecuencias. El cordyceps ha
demostrado ser especialmente eficaz como tratamiento complementario en un gran
número de patologías renales, incluso en las más agudas, por evitar las
consecuencias –en ocasiones graves- derivadas de los tratamientos
convencionales. En ese caso la dosis recomendada es mayor, entre los 3 y 6
g/día, repartidos entre las principales comidas. Si usted sufre una patología
renal, hable con su médico para contemplar la posibilidad de un prometedor
tratamiento con este hongo. (16)
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