Sean
cuales sean los sentimientos que tengamos, todos tienen una causa –aunque a veces no
tengamos claro cuál sea-. Razón por la cual podemos afirmar que “todos los
sentimientos nos pueden ayudar: nos dan información sobre nuestra realidad, nuestras
relaciones,…”.
Hay que
saber distinguir claramente entre unos sentimientos y otros para
“entendernos” sin confusionismo alguno al hablar de lo que sentimos.
Algunos conceptos previos.
Algunos conceptos previos.
Hay sentimientos "agradables" y "desagradables"; "adecuados" e "inadecuados":
Obviamente hay sentimientos que nos agradan más que otros con toda claridad. Coincidimos en valorar unos sentimientos como agradables y calificamos de “desagradables” a los mismos que se tildan así en cualquier otra parte.
- “Los sentimientos son universales”: están en todas las personas, en todas las culturas, en hombres y en mujeres, ancianos y niños,…
- En todas las épocas de la Historia hemos percibido todos unos sentimientos como agradables y otros como desagradables.
- Hay también pensamientos lógicos e ilógicos, que dan origen a sentimientos adecuados e inadecuados,...
Los sentimientos no tienen carga moral, ya lo dijimos en el tema anterior pero lo recalcamos porque:
- Rechazar o ignorar un sentimiento sólo porque nos desagrada nos lleva a no aceptar algo que está pasando dentro de nosotros; nada se produce por casualidad en nuestro mundo interior.
- Potenciar o hacer caso únicamente a los sentimientos que nos agradan nos puede hacer llevar fácilmente a obtener actitudes excesivamente hedonistas y a no saber aceptarnos a nosotros mismos cuando los sentimientos desagradables nos invadan.
También
hay que saber distinguir con claridad el “analfabetismo emocional” de la
“alexitimia”: tienen significados diferentes.
- ALEXITIMIA: Es la incapacidad de poner en palabras los sentimientos, no saber expresarlos: ni los positivos ni los negativos. Esta “patología” hace muy difícil la convivencia con estas personas porque “parecen de piedra”.
- ANALFABETISMO EMOCIONAL: Es la incapacidad de entender tanto las emociones y los sentimientos propios como los ajenos.
La “alexitimia”
sería “no saber escribir” emociones y el “analfabetismo emocional” “no saber leerlas”.
Relación entre “PROBLEMA” y “SENTIMIENTO”.
- Cualquier problema produce malestar y preocupación.
- La solución de un problema que nos preocupaba nos produce alivio.
- Los sentimientos nos pueden bloquear para buscar solución al problema –como en el caso de este padre que “en vez de solucionar el problema de cómo ver a sus hijos todas las semanas, lo que hizo fue secuestrarlos”-.
- Los sentimientos nos pueden también espolear y ayudar a buscar solución a esos problemas: cuando nos sentimos preocupados por alguien, cuando sentimos la necesidad de quedar bien,… hacemos algo para lograr lo que deseamos.
- ¿Qué estoy sintiendo?.
- ¿Qué nombre tiene este sentimiento?.
- ¿Me gusta cómo me siento?.
- ¿Por qué siento de esta manera, cuáles pueden ser sus causas?.
- ¿Qué puedo hacer para poder sentir de otra manera -si es que este sentimiento no me gusta- y esto que experimento en mi interior deje de ser recurrente?.
- ...
Esto tiene también un proceso que se puede aprender, sólo es cuestión de realizar el ejercicio, entrenándonos en ello:
- reconocer que estamos sintiendo determinados sentimientos, sean agradables o desagradables, con naturalidad,
- atrevernos a ponerles nombre (el más preciso o exacto respecto a lo que sentimos: hay sentimientos muy parecidos pero no son exactamente lo mismo),
- ser capaces de expresarlos verbalmente o de otras maneras no destructivas, incluso ante otras personas.
Expresar y adivinar los sentimientos.
¿CÓMO
SE DEMUESTRAN LOS SENTIMIENTOS?:
- Por palabras.
- Por gestos del cuerpo.
- Por el tono de
voz.
- Por la distancia
corporal.
- Por la expresión
del rostro.
- Por cambios en nuestro modo de proceder que no son habituales.
¿CÓMO
SE ADIVINAN LOS SENTIMIENTOS AJENOS?:
Podemos decir que observando en el otro esos seis elementos antes señalados pero sobre todo prestando
atención especialmente a:
- Los ojos.
- La boca.
- Tono de voz.
No es fácil expresar y reconocer los sentimientos pero es importantísimo esforzarse en una cosa y la otra pues es de enorme importancia para facilitar nuestras relaciones interpersonales y para sentirnos bien con nosotros mismos.
En general, es aconsejable ser abiertos y espontáneos y manifestar nuestros sentimientos a los demás.
Ello
es prueba de confianza y sinceridad y, además, en muchos casos,
nos sirve de desahogo y terapia comunicar con otros lo que sentimos.
Sin
embargo,
en ocasiones, optamos lícitamente por no manifestarnos así, por ciertos motivos
o razones:
- Porque damos por hecho “que no nos van a comprender”.
- Porque no
tenemos la suficiente confianza.
- Porque tememos
que “puedan emplear esas confidencias alguna vez contra nosotros”.
- Por temor al
ridículo.
- Porque no
queremos hacer daño o hacer sufrir a otros.
- Porque pensamos que "no sabremos expresarlos" ya que alguna vez lo hicimos fatal en una situación similar,
- …
Podemos
ocultar esos sentimientos, por supuesto:
- Fingiendo sentimientos diferentes a los que realmente sentimos. (Es una opción que alguna vez habremos observado pero ¿qué efectos puede tener esto más tarde o más temprano?).
- Cerrarnos totalmente y negarnos a hablar de ellos en modo alguno.
Ocurre también que solemos decir: "Con tal persona no me atrevo a hablar de esto que siento porque es que ella tampoco me dice nada; seguro que le importan un comino mis sentimientos". Pero un buen día, sin más, nos atrevemos a hablarle de ese mundo interior y nos llevamos a continuación la sorpresa de que esa persona estaba como esperando la ocasión de hacer lo mismo con nosotros (y mientras tanto estuvimos uno y otro pensando en supuestos totalmente irreales).
Dice la TERAPIA COGNITIVA DE BECK acerca de la relación "PENSAMIENTO-SENTIMIENTO" y la posibilidad que tenemos de "lograr sentir aquello que queremos sentir":
- Comprender que “todo sentimiento va precedido, siempre, por un pensamiento”. A veces no nos damos cuenta de ello porque esos pensamientos son fugacísimos, pero siempre se dan. Por ejemplo, antes de sentirme deprimido pienso: “No sirvo para nada”, “nadie me quiere”, “no tengo suerte”, “mejor sería morirme”, etc.…
- Cada vez que se presentan los sentimientos desagradables o inadecuados (o al menos cada tarde, al final del día), reflexionar en cuáles fueron los pensamientos que causaron ese sentimiento desagradable o inadecuado.
- Durante los primeros 4 ó 5 días aprender a rechazar los pensamientos inadecuados sin más, sin discutirlos. Decirse interiormente con determinación:“No quiero pensar en eso” o esforzarse por pensar en otra cosa, divertida o indiferente. No pensar en eso.
- Conseguido ese rechazo, pasar a la última fase: imaginar qué pensamientos alternativos que sean agradables y adecuados, pueden sustituir a los otros. Por ejemplo: “No es verdad que no sirva para nada ya que sirvo para esto y aquello”; “Fulano y Sotana me quieren mucho”; “la suerte hay que buscarla con el trabajo”; “no quiero morirme, sino vivir, amar, hacer cosas y hacerlas mejor”;...
Tratemos de llevar esto a la práctica a lo largo de una semana y valoremos al final los resultados. Beck apuesta por establecer en nuestra mente una actitud positiva ante la realidad tanto interior como exterior. El objetivo es "optimizar nuestras energías especialmente cuando ciertos sentimientos desagradables se hacen recurrentes y nos bloquean INNECESARIAMENTE" (se basan en hechos o situaciones que ya no tienen vuelta de hoja).
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