Si un grupo de personas hiciéramos una
lista de todos los valores que conocemos y los pusiéramos "por orden de
importancia"... ésta sería enorme y también nos encontraríamos con otras
cuestiones:
- Con toda seguridad el orden en esos valores sería distinto según quien haga esa lista (ello tiene que ver con nuestras experiencias y vivencias que cada cual hemos tenido en relación con esos valores y las circunstancias en que se ha desarrollado nuestra experiencia).
- Podría suceder también que en alguna lista se hallen "valores" que, para el resto, sean "contravalores" (es decir: comprobaríamos que el defender una decisión, una conducta, una motivación,... tiene que ver sobre todo con nuestra forma individual de percibir ese valor)... y se descartan otras perspectivas o bien no se valoran de igual manera que hacen los demás.
- ...
En el capítulo anterior titulado "¿Qué es educar en valores?" mencionábamos esto ya y además se puede deducir fácilmente de su lectura que "todo aquello que ayude a la persona a generar en sí misma satisfacción duradera, realización personal, buena relación interpersonal en cualquier ámbito, orientación y sentido de su vida,... en suma: felicidad,... todo ello puede ser considerado como "valor".
La cuestión que se sigue es "¿qué valores cumplen con esas características"?. Por ahí andan los criterios para saber si algo es realmente un valor o sólo es el convencimiento que muchas veces nos viene impuesto por la machaconería mercantilista de los anuncios que tanto y tanto nos insisten en el consumismo, en el TENER cuantas más cosas mejor... sin importar tanto el SER; tanto argumentan a favor de la IMAGEN, el culto a la apariencia, sin importar apenas la ESENCIA, el mundo interior de las personas; tantas atrocidades justifican (infinidad de videojuegos se basan en la aniquilación de personas para poder completar una misión y sin esa aniquilación... no hay meta final);... cuando todos sabemos que la felicidad del ser humano anda por otros caminos de los cuales la televisión no nos habla apenas (y cuando lo hace casi parece anecdótico).
- Valores como la comprensión, tolerancia, participación y el respeto, son esenciales para establecer unos mínimos en la sociabilización de los niños (así se van asentando las bases de la convivencia adulta).
- Otros como la empatía, ayuda, solidaridad, altruismo, generosidad, amistad ... llevan al niño a comprender la realidad del otro y comprender que hay caminos para conseguir una mayor realización personal y mayor felicidad; ya no consiste todo sólo en saber estar al lado del otro sino también en amarle y comportarse con él conforme uno mismo desea ser amado,... sin mercadeo.
- El perdón, reconciliación, humildad,... aportan reconocimiento de uno mismo tal cual es y asumir que los demás se enfrentan a limitaciones tales como las nuestras,... lo cual les llevará a crecer en tolerancia y mayor comprensión.
- Tesón, perseverancia, constancia, esfuerzo, compromiso,... están en la base del éxito de cuantos proyectos cada cual se empeña en llevar adelante, tanto en relación con uno mismo como en relación con los demás o el entorno natural.
- Sinceridad, honestidad, coherencia, autenticidad,... llevan a la persona a evitar contradicciones con uno mismo y generar en los demás la tendencia a esa misma transparencia en la comunicación.
- Libertad y responsabilidad son el binomio perfecto cuando está en equilibrio; somos libres y, por lo tanto, responsables de lo que hacemos en el uso de nuestra libertad; y podemos crecer en libertad demostrando ser responsables de aquello a lo que nos comprometemos libremente.
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No son "compartimentos estancos": todos los valores
andan relacionados (¿podría existir el amor sin respeto?, o... ¿se puede
ser responsable sin libertad?, ¿podría darse la paz sin el perdón o
reconciliación?, ¿es posible la fraternidad sin la tolerancia?,...), hay grandes similitudes entre unos y otros -podría hablarse de "familias de valores" como los citados al tratar de enumerarlos y otros muchos más que podríamos añadir, incluso a veces es difícil marcar la línea entre un valor u otro (por ejemplo: amabilidad-gentileza o cortesía, esfuerzo-empeño, altruismo-generosidad,... ¿dónde empieza uno o acaba el otro?),... pero
todos ellos son importantes y necesarios pues todos contribuyen al
desarrollo armónico y constructivo de nuestra personalidad, nos aportan criterios personales de
actuación, complementan nuestras habilidades y cualidades,...
contribuyen poderosamente a dar sentido y unidad a nuestras vidas, nos
plenifican y nos ayudan a construir la felicidad personal y colectiva.
Ahora viene "cuando lo matan":- "Bien, muy bien y... ¿cómo educar en valores?, ¿cómo se hace eso?". Vamos a pensarlo.
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