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jueves, 11 de enero de 2018

5 señales que invitan a pedir cita con el endocrino

Nuestro cuerpo nos envía señales que debemos saber escuchar. Algunas son muy sutiles, o no les vemos relación directa con el origen, lo que hace que puedan pasar meses hasta que sospechemos que tiene la suficiente importancia como para coger hora con el especialista.
Una disfunción de la tiroides afecta a todo el organismo, y por ello sus síntomas pueden aparecer simultáneamente en diferentes órganos y sistemas, confundiéndole un poco.
Hay 5 señales que podrían estar indicándole que sufre algún problema en la tiroides y ante las que debería alertarse y acudir a la consulta de su médico.
Conviene recordar primero qué función tiene la glándula tiroides, qué causa su desorden y qué implica realmente ese desajuste.

El director de orquesta de todo el organismo.

Las hormonas tiroideas desempeñan el papel de director de orquesta en el organismo. Regulan la circulación sanguínea, la temperatura del cuerpo, el gasto energético celular, el ritmo cardíaco, la digestión, el funcionamiento del cerebro...
Hoy en día sabemos que el yodo es un elemento indispensable para sintetizar las hormonas tiroideas, cuya carencia se denomina hipotiroidismo.
Pero la glándula tiroides puede funcionar al ralentí (en el caso del hipotiroidismo) o, por el contrario, acelerarse y producir más hormonas, lo que se denominaría hipertiroidismo.
Los problemas de tiroides afectan entre 2 y 8 veces más a las mujeres que a los hombres, y el riesgo aumenta con la edad, de forma que puede alcanzar hasta el 10% de la población a partir de los 60 años.

¿Qué altera el funcionamiento de la tiroides?.

Pueden ser varias causas, entre ellas:
  1. Los aportes insuficientes de yodo. Cada vez más países añaden yodo a la sal para suministrar el aporte necesario a la población, y aun así no siempre es suficiente. Además, cuando es escasa la presencia de pescado, marisco o algas en la dieta se agudiza ese déficit crónico de yodo.
  2. El efecto de algunos medicamentos. Aunque hay casos concretos documentados (Trangorex, Interferón…), en general cualquier medicamento que contenga yodo es susceptible de alterar el funcionamiento de la tiroides, en particular si se toma durante un período prolongado.
  3. Una cirugía o radioterapia que hayan dañado la tiroides.
  4. Una enfermedad autoinmune. Una dolencia de este tipo puede destruir los tejidos de la glándula y originar tiroiditis crónica (o “de Hashimoto”) o tiroiditis autoinmune (“de Graves-Basedow”).
  5. El parto. Entre el 8 y el 10% de las mujeres sufren problemas de tiroides de manera transitoria después de dar a luz.
  6. Un consumo abundante de alimentos denominados “bociógenos” (de “bocio”), es decir, que impiden a la tiroides captar yodo. Son consideradas bociógenas, por ejemplo, las leguminosas, las patatas y las crucíferas.
Analizando estas causas puede hacerse una idea de hasta qué punto su tiroides corre el riesgo de sufrir algún desajuste en el futuro, así como actuar para evitarlo.
Pero también puede ser que su tiroides sufra ya algún desarreglo del que su cuerpo está intentando advertirle con alguna señal, y que usted no sepa interpretarla.
Y es que, como la tiroides regula diferentes funciones del organismo, su desajuste genera trastornos en diferentes esferas o sistemas simultáneamente, por lo que es imprescindible entender de qué se trata para poder identificarlos.

Las 5 señales que indican un desorden de la tiroides.

Estas son las 5 señales con las que su cuerpo le podría estar indicando que hay un desorden relacionado con la tiroides:

1. Desajustes en la temperatura corporal. Una bajada anormal de la temperatura puede indicar hipotiroidismo, mientras que una mayor transpiración y sofocos podrían apuntar a hipertiroidismo.

2. Problemas de tránsito intestinal. Éste se ralentiza en caso de hipotiroidismo y se acelera en caso de hipertiroidismo. El estreñimiento y la diarrea, así como una variación del peso sin relación con el apetito, también pueden ser signos de un desajuste.

3. Alteraciones en el ritmo cardíaco. Ya sea que el corazón va más lento (en caso de hipotiroidismo) o más rápido (hipertiroidismo), en ambas situaciones este desajuste provoca sofocos, que como ya vio son un indicador que debe ponerle en alerta.

4. Trastornos en el ciclo menstrual.

5. Cambios de humor. Nerviosismo, depresión, irritabilidad… todos ellos pueden ser señales de un desarreglo hormonal de la tiroides.

¿Qué hacer ante la sospecha de un problema de tiroides?.

Como solución a los problemas de tiroides puede optarse por tratamientos hormonales bioidénticos, es decir, con moléculas muy similares a las que produce el organismo, así como por complementos alimenticios diarios de yodo con los que suplir las posibles carencias.
Ahora bien, hay que controlar muy bien el aporte extra que se recibe mediante esos complementos, ya que si no es el adecuado puede terminar desajustando todavía más la tiroides o incluso resultar contraproducente. Un aporte excesivo en caso de hipotiroidismo, por ejemplo, podría paradójicamente agravar el déficit hormonal.

Por tanto, antes de decidirse por un tratamiento debe siempre consultar con su médico o un experto en salud natural de confianza y cerciorarse de su diagnóstico.

¡A su salud!.

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