¿Por
qué limitarse simplemente a querer parecer más joven cuando podría regenerar
todas y cada una de las células de su cuerpo?.
En
2010, un equipo de investigadores de la Universidad de California en Davis hizo
un descubrimiento inesperado.
Sus
investigaciones sobre la pirroloquinolina quinona (PQQ), una sustancia que se
descubrió en los albores del siglo XXI, podrían desencadenar toda una
revolución en materia de tratamientos antienvejecimiento.
Gracias
a la PQQ, usted podría activar el rejuvenecimiento de todas sus células y así
lograr que su cuerpo volviera a rendir al máximo.
Ni
siquiera los antioxidantes más potentes le protegen por completo.
Estoy
seguro de que ha oído hablar de los radicales libres. Se trata de sustancias
nocivas que se acumulan en el cuerpo y que producen estrés oxidativo. Este tipo
de estrés provoca estragos en las células, incluido el ADN, que sufre lesiones
y mutaciones que pueden resultar cancerígenas.
Los
radicales libres pueden provocar que las células envejezcan prematuramente
hasta provocar su degeneración.
Cuando
las células se degradan con rapidez, todo el organismo se vuelve vulnerable:
cáncer, enfermedades cardíacas, alzheimer, envejecimiento prematuro de la piel,
cataratas…
Los
radicales libres surgen al respirar, es decir, en todo momento, pero todavía
más cuando se respira aire contaminado o el humo de un cigarrillo. También se
forman bajo el efecto de los rayos del sol y por culpa de una alimentación
demasiado rica en omega 6, y por tanto, desequilibrada. Los radicales libres
tienen la capacidad de propagarse con mucha rapidez de célula en célula.
Frenar
el avance de los radicales libres.
Para
luchar contra el avance de los radicales libres, los investigadores han
demostrado que, además de las enzimas antioxidantes que el cuerpo produce de
manera natural, conviene seguir una dieta rica en antioxidantes, como son las
vitaminas A (betacarotenos), C y E, los flavonoides, los polifenoles o el
selenio, entre otros.
En
definitiva, los antioxidantes constituyen la base de todo tratamiento
antienvejecimiento. Podrá obtenerlos en los pimientos, el brócoli, las
berenjenas, los corazones de alcachofa, el perejil, las coles de Bruselas, los
frutos con cáscara (nuez o avellanas), las fresas, el té verde, el marisco y la
carne roja, así como en forma de complementos alimenticios concentrados.
No
obstante, el trabajo que realizan los antioxidantes es titánico. Les es
imposible neutralizar la masa de radicales libres que surge de todas partes, y
es que los radicales libres llegan incluso a asaltar el ADN de las células
oxidándolo y provocando lesiones.
Entonces
unas enzimas toman el relevo con el fin de reparar estas lesiones. Como unas
tijeras, las enzimas cortan las partes del ADN dañadas y luego las expulsan a
través de la orina.
Pero,
de nuevo, las enzimas encargadas de reparar el ADN se ven desbordadas por la
gran cantidad de nuevas lesiones.
Según
Bruce Maes, profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de
California en Berkeley, un ser humano tiene 100.000 lesiones oxidativas en el
ADN de cada una de las células. Todos los días se le producen 10.000 nuevas
lesiones oxidativas en todo el cuerpo, como si sufriera un bombardeo continuo
de radicales libres.
Está
claro que los antioxidantes no pueden apañárselas solos, sin ayuda; no son
capaces de garantizarle que vaya a estar protegido.
La
estrategia ganadora consiste en atacar la causa de raíz más que centrarse en
las consecuencias.
Más que
pretender seguir neutralizando con antioxidantes a los radicales libres, lo primero
es tratar de evitar que se formen los radicales libres. Atacar el problema en
su origen puede facilitar el trabajo de los antioxidantes después.
Como ya
sabe, en gran parte los radicales libres son la consecuencia de un modo de vida
inapropiado: exceso de comida, cigarrillos, contaminación, etc.
Por lo
tanto, ante todo es necesario llevar una vida lo más sana posible.
Para
ello, controle sus comidas y, antes de servirse, asegúrese de que no está ya
saciado. Recuerde que transcurren 20 minutos entre el momento en el que el
estómago dice “basta” y el momento en el que el cerebro recibe ese mensaje.
Téngalo siempre en cuenta cuando coma.
Elija
con cuidado los alimentos que va a ingerir. Aprenda a diferenciar entre los
alimentos que sacian rápido pero durante poco tiempo, como los glúcidos (pan,
pasta, patatas…), y los alimentos que sacian con menos rapidez pero durante más
tiempo, como las proteínas (carnes, pescados, huevos, leguminosas…).
Reduzca
el consumo de café y de alcohol. Deje de fumar. Haga ejercicio al aire libre,
pues la oxidación producida por la respiración se verá compensada por una mejor
regeneración de las células.
Lo que
debe saber sobre la respiración.
Hemos
dicho que los radicales libres llegan al cuerpo por diferentes medios: la
alimentación, los rayos ultravioleta del sol, la contaminación y la
respiración.
Conviene
recordar que el oxígeno que absorbemos se quema en unas “minicentrales
energéticas” que se encuentran dentro de las células, a las que llamamos
mitocondrias. A partir de la glucosa, las grasas y el oxígeno, las mitocondrias
producen la energía que necesita la célula para funcionar a pleno rendimiento.
Esta
combustión, como toda combustión, no siempre es perfecta. Si funcionan con
normalidad, las mitocondrias expulsan los radicales libres en forma de
residuos.
Las
mitocondrias están presentes en grandes cantidades en los jóvenes (entre 2.000
y 2.500 por célula). Su cantidad depende también de las necesidades energéticas
de las células y así, por ejemplo, una célula muscular producirá más
mitocondrias para responder a sus elevadas necesidades de energía.
Con la
edad, las mitocondrias van desapareciendo poco a poco y las que resisten son
menos eficaces y producen más residuos (radicales libres).
Por su
parte, los radicales obstaculizan también el funcionamiento de las
mitocondrias, provocando lesiones en su ADN. Tenga en cuenta que el ADN de las
mitocondrias es diferente del de las células.
Las
mitocondrias cuyo ADN ha sufrido lesiones pierden una buena parte de su
eficacia y dejan de aportar a la célula tanta energía como antes. Y esto es un
círculo vicioso: cuanto peor funcionan las mitocondrias y más radicales libres
producen, más empeora el problema.
A gran
escala, a todo el cuerpo le va a faltar energía y va a ir más lento.
Si
llegáramos a optimizar el funcionamiento de las mitocondrias, éstas podrían
suministrar mucha más energía a la célula y producir menos radicales libres como
residuos.
Aquí es
cuando comprendemos por qué el descubrimiento de los investigadores de la
Universidad de California en Davis de 2010 es prometedor.
Recuerde:
estudiaban el potencial de la PQQ para regenerar todas las células del cuerpo e
incrementar los niveles de energía.
No
importa qué edad tenga, la PQQ protege y regenera las células y sus
mitocondrias, pues es un arma antioxidante muy potente para proteger el ADN
mitocondrial, mucho mejor que los antioxidantes clásicos. Al transferir una
inmensa cantidad de electrones, neutraliza los principales radicales libres que
obstaculizan el buen funcionamiento de las mitocondrias sin sufrir degradación
molecular.
La PQQ
también tiene la particularidad de reactivar la biogénesis mitocondrial, es
decir, hacer crecer el número de mitocondrias. Hasta ahora, tan sólo la
restricción calórica y los ejercicios aeróbicos permiten aumentar el número de
mitocondrias.
Por el
momento, tan sólo se ha llegado a estas sorprendentes conclusiones en
laboratorio y en cultivos de células. Los ensayos clínicos en individuos siguen
siendo escasos.
No
obstante, el potencial de la PQQ es tan grande que varios laboratorios han desarrollado
su propia formulación.
Imagine
que, gracias a una pequeña cápsula de PQQ, pudiera impulsar la regeneración de
las mitocondrias, incluida las de las células senescentes (las viejas células
que han dejado de multiplicarse).
La PQQ
protegería y repararía el ADN de las mitocondrias y de las células. Luego,
activaría los genes responsables de la respiración, del crecimiento y de la
reproducción tanto de las mitocondrias como de las células. De este modo
llevaría a regenerar y proteger las mitocondrias, las células, y por
consiguiente, todo el cuerpo. En teoría, ¡permitiría revertir por completo el
envejecimiento celular!.
Mejore
sus funciones mentales y proteja su corazón.
Según
los estudios realizados hasta el momento, la PQQ podría ser eficaz en la lucha
contra las enfermedades degenerativas ligadas a la edad, así como contra los
descensos de energía de los dos órganos más importantes del cuerpo: el cerebro
y el corazón.
La PQQ
protegería sorprendentemente bien a las células del cerebro contra los daños
oxidativos y la neurotoxicidad inducida por toxinas, incluido el mercurio.
Asimismo, permitiría mejorar el rendimiento en las pruebas de memoria e
interactuaría positivamente con los sistemas de neurotransmisores del cerebro.
También mejoraría las funciones mentales superiores: la atención, el
reconocimiento y el tratamiento de la información.
Un
estudio reciente, en doble ciego y con placebo, ha demostrado que una dosis
diaria de 10 a 20 mg de PQQ mejoraría considerablemente la memoria a corto
plazo, así como la concentración en los adultos jóvenes en comparación con el
grupo de control que sólo recibió el placebo. Según algunos estudios, impediría
el desarrollo de una proteína asociada a la enfermedad de Parkinson y
protegería las células nerviosas de los estragos oxidativos de la proteína beta
amiloide, asociada a la enfermedad de Alzheimer.
De esta
disfunción surge un déficit energético importante que se encuentra implicado en
la mayor parte de enfermedades degenerativas ligadas al envejecimiento:
problemas físicos y cognitivos, degradación celular acelerada y problemas
cardiovasculares.
¿Dónde
puede encontrar la PQQ?.
La PQQ
se encuentra en todas partes en la naturaleza, desde especies vegetales hasta
el polvo interestelar. Es un factor de crecimiento potente en los organismos
vivos. Algunos investigadores piensan que la PQQ tendría un papel central en la
evolución de la vida sobre la Tierra.
Por
desgracia, ni los seres humanos ni las bacterias de la flora intestinal son
capaces de sintetizar la PQQ.
Por
eso, la manera más segura de aumentar el aporte de PQQ es tomando un
complemento. Si desea una buena formulación de PQQ, sepa que hay un producto
interesante llamado Mitochondrial Formula.
PQQ +
acetil L-carnitina + ácido R-lipoico.
Este
producto integra dos nutrientes que trabajan en sinergia con la PQQ para
mejorar el funcionamiento de las mitocondrias: la acetil L-carnitina y el ácidoR-lipoico.
Gracias
a la acetil L-carnitina, las mitocondrias convierten con más facilidad las
grasas en energía, es decir, que actúa rejuveneciéndolas.
Por su
parte, al ácido R-lipoico se le conoce como “antioxidante universal”, ya que
tiene la capacidad única de actuar a la vez sobre las grasas y los elementos
que componen el citoplasma celular, protegiendo así a las mitocondrias del
deterioro que inducen los radicales libres de oxígeno.
Actuando
en conjunto, permiten reducir el número de lesiones oxidativas, mejoran la
memoria y frenan la pérdida auditiva ligada al envejecimiento.
La
acetil L-carnitina y el ácido R-lipoico suponen un buen apoyo para la acción de
la PQQ a la hora de rejuvenecer las células del cuerpo.
Pero
tenga en cuenta que someterse a una cura de PQQ sólo tiene sentido si va
acompañada de un cambio radical que redunde en una alimentación y un modo de
vida más sanos.
Para
obtener esta formulación de PQQ + acetil L-carnitina + ácido R-lipoico, entre
aquí .
¡A su
salud!
Juan-M.
Dupuis
Artículo original: http://www.saludnutricionbienestar.com/regenerar-celulas-pqq/
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Fuentes empleadas por el autor:
- Winyoo Chowanadisai, et al., Pyrroloquinoline Quinone Stimulates Mitochondrial Biogenesis through cAMP Response Element- binding Protein Phosphorylation and Increased PGC-1alpha Expression, J Biol Chem. Jan 1, 2010; 285(1): 142–152, Published online Oct 27, 2009,
- Santé Médecine, Radicaux libres
- Site thierrysouccar.com, Les radicaux libres, qu'est-ce que c'est ?
- Site plaisirsante.ca, 40 aliments riches en antioxydants
- Bruce Ames, The Causes and Prevention of Cancer
- Urakami T, et al., Synthesis of monoesters of pyrroloquino- line quinone and imidazopyrroloquinoline, and radical scavenging activities using electron spin resonance in vitro and pharmacological activity in vivo J. Nutr. Sci. Vitaminol. (Tokyo) 1997 Feb ; 43(1):19-33
- Nakano M, Yamamoto T, Okamura H et al., Effect of pyrroloquinoline quinone(PQQ) on mental status of middle-aged and elderly persons., FOOD style, 2008; 21 13: 50-53
- Koikeda T, NereNo M, and Masuda K. Pyrroloquinoline quinone disodium salt improves higher brain function. Medical Consultation and New Remedies, 2011. 48(5):1
- Stitee TE, et al., Physiological importance of quinoenzymes and the O-quinone family of cofactors J. Nutr. 2000 Apr;130(4):719- 27
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- Hagen TM et al., Acetyl-L-carnitine fed to old rats partially restores mitochondrial function and ambulatory activity, Proc. Natl. Acad. Sci. USA, 1998 Aug 4, 95(16):9562-6
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