
La ultima escena de la novela nos presenta a Aliosha con un grupo de muchachos de los que se ha hecho amigo. El joven tiene un don especial para tratar a los adolescentes. Sabe que atraviesan un momento crucial. Se están abriendo ahora, poco a poco, al misterio de la vida: el juego y el estudio, la amistad y la nobleza, la aventura y la compasión. También descubre en ellos, con dolor brotes de cizaña: el rencor, el insulto, acaso un germen de odio. Además los chavos acaban de vivir una experiencia difícil: la muerte de un compañero y la tragedia de su pobre familia.