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martes, 29 de octubre de 2013

¿Hablamos?

Si analizáramos la actual relación FAMILIA-ESCUELA (tanto en niveles de Educación Infantil como en Primaria, Educación Secundaria,...) observaríamos las siguientes evidencias:

  1. Es en Educación Infantil en la etapa en que hay más acercamiento y diálogo constante entre los padres y madres de los niños y niñas y esta relación va disminuyendo tanto en número como en frecuencia y calidad a medida que el alumnado crece en edad, hasta que se llega a Secundaria en que esos contactos son casi anecdóticos y si se producen es por situaciones de "fuerza mayor", incluso en esos pocos casos.
  2. Suelen ser aquellas familias con mejor relación con sus hijos y con mejores resultados académicos y de relación social las que mantienen ese diálogo regular con los docentes; quienes más lo necesitan son precisamente los que menos aprovechan esos espacios de diálogo.
  3. Con gran frecuencia, tanto los padres y madres como el profesorado, tenemos todos la sensación de "estar solos" en la tarea de "EDUCAR" a los niños y niñas o jóvenes sin conocer a fondo ni en amplitud lo que desde otros ámbitos se cuece en relación con esa tarea educativa.
  4. ...
¿POR QUÉ EL INTERÉS EN ESTA RELACIÓN "FAMILIA-ESCUELA"?.
Por al menos algunas razones de peso:

  • Familia y docentes compartimos muchos objetivos en relación con la EDUCACIÓN de los niños y niñas o jóvenes.
  • Unos y otros nos encontramos con dificultades muy similares (por no decir idénticas en muchos casos) y también desarrollamos, o lo intentamos al  menos, maneras de abordar los problemas, conflictos de todo tipo, que consideramos las más adecuadas, pero sin demás apoyos.
  • Porque no somos perfectos, ninguno, ni lo sabemos todo ni siempre hacemos las cosas de la mejor  manera posible,... cuando sí podría ser si hubiera más comunicación, colaboración, complementariedad, apoyo mutuo.
  • Los padres y madres somos los primeros y principales EDUCADORES de nuestros hijos y no nos puede ser indiferente ningún ámbito en el que nuestros hijos e hijas participen de algún proceso educativo-formativo.
  • Se trata de nuestros hijos, de nuestros alumnos; estamos hablando de PERSONAS que se están abriendo a la vida y están construyendo los fundamentos de su existencia, del modo de percibir el mundo, de dar respuesta a todos sus interrogantes,... de echar los cimientos de su vida entera; no estamos hablando de cosas o de cualquier pertenencia.
¿PARA QUÉ PLANTEARSE UN TRABAJO MÁS EN EQUIPO?.
Para EDUCAR mejor y para ayudarnos a nosotros mismos:

  • De entrada: para beneficio de nuestros propios hijos (de igual manera que no ayuda que el padre vaya por un lado y la madre por otro,... tampoco ayuda que la familia vayamos por un camino y los docentes actúen por otro incluso a veces de forma contradictoria).
  • Para generar, por  lo tanto, un mayor conocimiento y comprensión mutua que nos sirva a ambos para saber con qué contamos, qué apoyos podemos encontrar en esa otra parte, qué maneras puede haber de complementarnos y reforzarnos mutuamente.
  • También para entrar en un sano cuestionamiento recíproco que nos sirva para cambiar formas o actitudes en relación con la educación de los niños y niñas o jóvenes, adecuarlas lo más posible a sus necesidades reales en su proceso de construcción personal.
  • Para crecer, por consiguiente, en unidad de criterios de actuación que den mayor consistencia a lo que hemos sido capaces de ver y compartir todos quienes intervenimos de alguna manera en la formación integral de estos niños y niñas o jóvenes.
¿CÓMO CRECER EN ESTA COMUNICACIÓN?.
Comunicándose.
Hay multitud de espacios, tiempos y ocasiones:
  1. Hacerse presentes en cuantas reuniones de padres y madres se convoquen con motivo de principio de curso, o establecidas por niveles, de ciclo,...
  2. Acudiendo a las entrevistas que los tutores y profesores especialistas propongan o bien solicitando nosotros mismos, padres y madres, esas entrevistas personales con regularidad, haya o no problemas que las justifiquen.
  3. Participando en todas aquellas actividades celebrativas que se desarrollen a lo largo del curso: tanto en su preparación y organización como en su presentación de cara al público asistente.
  4. Aprovechando esos minutos iniciales de cada día -especialmente en E. Infantil- en que dejamos a nuestros retoños al cuidado educativo del profesorado, comentando aquellos detalles que consideremos necesarios para el buen desarrollo de la jornada con estos pibitos.
  5. Idem cuando acaba la jornada y vamos a buscarlos al colegio.
  6. Apuntándonos al A.P.A. del colegio no con afán de figurar sin más sino para implicarnos lo más posible en la interacción de las familias con el resto de la comunidad educativa del centro docente.
  7. Participando activamente de cuantos recursos pongan a nuestra disposición los centros docentes en los que podamos aportar algo, escuchar y ser escuchados, planteando temas formativos o autoformativos en los que dar ocasión para el aprendizaje, contrastar informaciones, ideas, experiencias,... que beneficien o favorezcan nuestra labor de familias educadoras de nuestros hijos.
  8. Prestándonos a la participación en la labor docente de aula: presentando algún tema, alguna actividad, dando informaciones sobre algo que dominamos bien y tenga que ver con el proyecto educativo del centro,... cuando el profesorado nos invite a ello o bien proponiéndolo nosotros mismos.
  9. Proponiendo a la comunidad educativa docente otros cauces o maneras de llevar a cabo esa comunicación que necesitemos y ver juntos las maneras de hacerlo realidad,... caso de que nos hiciera falta más o bien no nos fuera posible lo anterior.
  10. ...
¿Qué les parece si tomamos estas sencillas ideas y las utilizamos para lograr que "esa mesa de tres patas de la EDUCACIÓN DESDE EL ÁMBITO DOCENTE (padres/madres - alumnado - profesorado) esté bien asentada y no se caiga por ninguno de sus lados"?.

PARA AMPLIAR, CONTRASTAR O PROFUNDIZAR

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