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lunes, 7 de octubre de 2013

Condiciones para el estudio

¿Podría un estudiante rendir bien en su labor académica si no tiene tiempo ni lugar adecuado para realizar sus estudios?. ¿Podrían nuestros hijos obtener buenos resultados en su trabajo académico si adoptan actitudes de pasotismo, negación o rechazo del estudio o bien se hallan en circunstancias ambientales que hacen que sea una heroicidad estudiar con tranquilidad siquiera unos minutos al día?.
A todo esto le llamamos CONDICIONES del estudio. Vamos a conocerlas con detalle.

Condiciones previas.
Los condicionantes para el estudio o trabajo académico no son determinantes, no acaban de condenar al fracaso ni encumbran hasta el infinito a nadie, pero influyen claramente en el rendimiento y en la capacidad de respuesta que unos estudios o trabajo académico requieren.
Como estudiantes nos conviene examinar con frecuencia nuestras circunstancias y disposiciones con que trabajamos, ya que siempre que mejoremos esos factores mejoraremos también el rendimiento  incluso con disminución de esfuerzo. Por eso nos interesa saber claramente lo que tenemos entre manos y actuar conforme sea más conveniente.
Como padres y madres nos conviene facilitar en lo posible que puedan existir condiciones previas favorecedoras del trabajo académico y también fomentar en nuestros hijos esas condiciones externas e internas de las que hablábamos antes.

Necesitamos TIEMPO.

Hay que empezar una tarea y hay que terminarla: necesitamos contar con una duración y debemos distinguir también dos tipos de tiempo:
  1. El "tiempo APARENTE". Aquél que creemos que tenemos: "¡Uy!, de aquí hasta ese día aún me quedan 3 semanas". "De aquí hasta que me vaya a dormir aún me restan más de 10 horas". Pero por en medio se nos va mucho espacio de tiempo a veces sin saber ni cómo.
  2. El "tiempo REAL". El que verdaderamente aprovechamos.
Esto nos pasa a todos (a los adultos también nos sucedió cuando éramos estudiantes) y, por lo tanto, es necesario que reflexionemos con nuestros hijos sobre ello:
  • ¿Cuánto tiempo real dedican al día, o a la semana, nuestros hijos en el estudio o trabajo académico?.
  • ¿Qué proporción hay entre el  tiempo aparente y el tiempo real que emplean?.
  • ¿Cómo podrían mejorar la adecuada utilización del tiempo real?, ¿cómo podríamos ayudar en ello los padres y madres?.
Necesitamos un ESPACIO.
Cuando "no hay más remedio" se puede estudiar en cualquier lugar pero es obvio que las condiciones ambientales facilitan o dificultan esa labor. Por lo tanto, necesitamos un espacio, un lugar que reúna condiciones adecuadas o facilitadoras:
  1. Sin ruidos o sonidos que puedan distraer con facilidad nuestra atención.
  2. Lugar espacioso, sin estrecheces,... que nos permita poder colocar cada cosa en su sitio (útiles de escribir o colorear, reglas, cuadernos, libros, ordenador,...).
  3. Aislamiento del exterior, especialmente cuando ese trabajo académico requiera mucha concentración.
Es obvio que no a todos influyen de la misma manera estas condiciones; hay quienes necesitan muy poco de esto para rendir bien en sus estudios y otros... ni con éstas. Sea como fuere, pensemos:
  • ¿Tienen nuestros hijos un lugar concreto, fijo, para estudiar... o tienen que andar todos los días de un lugar a otro para poderlo hacer?.
  • ¿Es un espacio suficiente, ventilado, limpio, ordenado y cómodo para estudiar?.
  • ¿Cómo podrían mejorar ellos su propio espacio de trabajo?, ¿en qué y cómo podríamos ayudar nosotros?.
Junto a estas condiciones previas de TIEMPO y ESPACIO están otras condiciones:

Condiciones EXTERNAS (circunstanciales):
  1. El AMBIENTE que se respira de tranquilidad o de molestia,de seguridad o de inquietud.
  2. La TEMPERATURA: agradable o desagradable (hay quien gusta de que haya frescor y otros prefieren calorcillo, sin extremos,... depende de lo que cada cual entienda por "buena temperatura".
  3. Los RUIDOS o sonidos que dispersan la atención (música incluída, voces, conversaciones cercanas,...).
  4. La ILUMINACIÓN: que descansa (si la hay natural mejor que la artificial) o fatiga.
  5. Las POSIBILIDADES DE CONSULTA o de aclaración en caso de encontrarnos con dificultades.
  6. El MATERIAL DIDÁCTICO: libros, cuadernos, mapas conceptuales o esquemas, útiles de escribir,...
  7. Los ESTÍMULOS que nos puedan ayudar a poner más ganas en los estudios.
  8. El EJEMPLO de los demás que también están trabajando en el mismo lugar.
  9. El MOBILIARIO, el cual nos puede facilitar o dificultar la acción y el esfuerzo.
Sea como fuere, las mejores "circunstancias" o condiciones externas son las que nos generamos nosotros mismos. No sirve de mucho que los padres les demos todo hecho, más bien es contraproducente;  nuestro papel es "llevarles a la reflexión sobre la cuestión, animarles a buscar solución por sí mismos y en caso necesario proponerles alternativas a la situación y facilitarles la posibilidad de llevar a cabo los cambios que ellos vean necesarios".

Condiciones INTERNAS (disposiciones personales):
  1. Las GANAS o deseos reales de estudiar bien.
  2. La claridad en los OBJETIVOS o fines que los hijos pretendan alcanzar con su estudio.
  3. Sus FACULTADES MENTALES: capacidad de atención, reflexión, memoria, imaginación e iniciativa personal.
  4. La SOLIDEZ de los conocimientos que ya posee.
  5. El nivel de SATISFACCIÓN o insatisfacción con el  trabajo realizado.
  6. Las SIMPATÍAS y antipatías hacia el estudio o trabajo académico.
  7. Las HABILIDADES para relacionar lo académico con la vida real o experiencia cotidiana.
Algunas de estas disposiciones personales o condiciones internas pueden ser estables pero no todas lo son; pueden también las que en teoría tendrían que ser estables dejar de serlo y hasta mostrarse ausentes. Esto nos lleva a concluir en que "necesitan alimentarse continuamente para que resulten siempre provechosas".

Conclusiones.
  1. A nuestros hijos les conviene examinarse con frecuencia sobre sus DISPOSICIONES y CIRCUNSTANCIAS con las que trabajan, ya que "siempre que logren mejorar cada uno de estos factores asegurarán un buen rendimiento".
  2. Importa mucho que estudien con conocimiento de lo que tienen entre manos, sepan el para qué y el cómo hacer, siendo prácticos, de manera que finalmente se sientan satisfechos de su trabajo (estudiar es un gran trabajo, muy importante).
  3. A los padres y madres nos compete acompañarles en este proceso animándoles a llevar a cabo una revisión constante de estas condiciones de estudio para que puedan ver sus errores, corregirlos y mejorar en aquello que ya está yendo bien.
  4. También es nuestro papel el facilitarles aquellos medios que necesitarán para poder desarrollar su labor de manera adecuada pero nunca supliendo su responsabilidad y compromiso personal.
PARA AMPLIAR, CONTRASTAR O PROFUNDIZAR:

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