Si un grupo de personas hiciéramos una
lista de todos los valores que conocemos y los pusiéramos "por orden de
importancia"... ésta sería enorme y también nos encontraríamos con otras
cuestiones:
- Con toda seguridad el orden en esos valores sería distinto según quien haga esa lista (ello tiene que ver con nuestras experiencias y vivencias que cada cual hemos tenido en relación con esos valores y las circunstancias en que se ha desarrollado nuestra experiencia).
- Podría suceder también que en alguna lista se hallen "valores" que, para el resto, sean "contravalores" (es decir: comprobaríamos que el defender una decisión, una conducta, una motivación,... tiene que ver sobre todo con nuestra forma individual de percibir ese valor)... y se descartan otras perspectivas o bien no se valoran de igual manera que hacen los demás.
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En el capítulo anterior titulado "¿Qué es educar en valores?" mencionábamos esto ya y además se puede deducir fácilmente de su lectura que "todo aquello que ayude a la persona a generar en sí misma satisfacción duradera, realización personal, buena relación interpersonal en cualquier ámbito, orientación y sentido de su vida,... en suma: felicidad,... todo ello puede ser considerado como "valor".