A menudo, a poco que pongamos atención a lo que la gente nos dice bien presencialmente o a través de diversos medios (redes sociales, teléfono, correo electrónico,…) descubrimos
infinidad de quejas:
Unos se quejan del gobierno, otros de la oposición, algunos se quejan de la Iglesia, de la parroquia,… otros de los anticlericales,… unos se quejan de sus trabajos, otros de la ausencia de oportunidades para hallar un empleo remunerado,…
¡Todos éstos tienen mil razones para estar descontentos y, por lo tanto, para estar pataleando todos los días del año!. ¿Qué le vamos a hacer?.