
Era un decálogo de actuaciones de las que quedaban por describir cuatro más:
¿Por qué establecer límites horarios?.
En primer lugar, la existencia de los horarios tiene que ver con la necesidad de establecer normas y límites. Estos están dirigidos, como se exponía en el punto anterior, a garantizar la seguridad, el autocontrol y el manejo de una vida saludable del menor. Y, en última instancia, bien gestionados contribuirán a mejorar la eficacia educativa de la disciplina en su proceso de socialización.