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jueves, 28 de junio de 2018

Ruido rosa para mejorar la memoria

Los problemas de memoria no dejan de ser una consecuencia lógica del envejecimiento y que afecta a todos los órganos del cuerpo, incluido el cerebro.
Pero lejos de resignarse y simplemente aceptar que si ya no recuerda dónde puso las llaves es porque “son cosas de la edad”, son muchas las medidas que puede adoptar para que ese deterioro cognitivo propio del paso de los años sea más lento, o incluso pueda recuperar las facultades perdidas.

Y no, no me estoy refiriendo a los medicamentos creados para mejorar el rendimiento intelectual. De hecho, muchos de los fármacos que se prescriben para ello cuentan con efectos secundarios nada desdeñables, motivo por el que siempre es mejor optar por los remedios naturales.
Entre estas soluciones naturales destacan los complementos alimenticios ricos en ácido fólico y vitamina B12, que aumentan las capacidades cognitivas.
O por ejemplo los que contienen vinpocetina, extracto obtenido de la planta hierbadoncella y entre cuyas propiedades destaca un efecto vasodilatador que permite mejorar el flujo sanguíneo y la oxigenación de las neuronas, lo que contribuye a preservar la memoria y la capacidad de concentración.

Un ruido que ayuda a la memoria.

Sí, ha leído bien. El ruido rosa podría ayudar a mejorar la memoria, incluso en el caso de aquellas personas que ya sufren un pequeño deterioro cognitivo propio de la edad o a causa de enfermedades neurodegenerativas.
Pero, ¿qué es el ruido rosa?:
Ruido rosa es como se conoce a un tipo de sonido caracterizado por tener una menor amplitud para las altas frecuencias y cuya densidad espectral es inversamente proporcional a la frecuencia.
Es un sonido similar al que se escucha cuando se está sintonizando entre dos emisoras en una radio para buscar una emisora de FM. Este sonido se puede generar entre los 20 y los 20.000 hercios y se percibe como una especie de zumbido.
El ruido rosa es un sonido con valores aleatorios. Esto significa que sus valores están variando constantemente pero de manera imperceptible, a diferencia de lo que ocurre con los sonidos que siguen un patrón sonoro concreto, como es la voz, la música o el resto de sonidos que se producen de manera natural.
Se trata de un sonido artificial creado con un objetivo, que es el de realizar mediciones acústicas y calibrar el material sonoro.
Pero si usted no es músico o no tiene un estudio de grabación ni cuenta con ningún instrumento sonoro, probablemente se estará diciendo que esta información no le va a servir de nada… a no ser que quiera mejorar su memoria.
Y es que un grupo de investigadores de la Universidad Northwestern de Chicago (Estados Unidos) ha descubierto que si se estimula el cerebro durante la noche con ese ruido rosa del que le he hablado, puede mejorarse la memoria.
Pero antes de explicarle cómo es posible esto, conviene conocer un poco más sobre el funcionamiento del cerebro y el mecanismo que éste sigue para que podamos recordar.

Las distintas fases del sueño.

Mientras se duerme es cuando el cerebro guarda todo lo que ha aprendido a lo largo del día. En concreto lo hace durante la llamada fase del “sueño profundo”, o “sueño de onda lenta”, ya que en ella las ondas cerebrales se vuelven más lentas; ese es el motivo por el que cuesta más despertarse en esa fase (a diferencia de las primeras fases del sueño en las que las ondas cerebrales son más rápidas). Durante el sueño profundo las funciones corporales se reducen al mínimo y el sueño resulta más reparador para el cerebro, ya que es cuando está consolidando su memoria.
El problema es que a medida que se envejece la fase del sueño profundo va disminuyendo progresivamente y dura mucho menos, lo que hace que también haya una pérdida de memoria.
Precisamente pensando en este proceso el equipo de investigadores especializados en trastornos del sueño planteó la teoría de que, si se conseguía mantener durante más tiempo la etapa del sueño profundo, la pérdida de memoria sería menor.
Y eso fue justo lo que hicieron usando el ruido rosa.

Un peculiar experimento.

Para confirmar su teoría reunieron a 13 personas de entre 60 y 84 años, seleccionados en el centro de Neurología Cognitiva y el Centro Clínico de la Enfermedad de Alzheimer de la Universidad de Northwestern. Todos los participantes fueron sometidos previamente a una evaluación neuropsicológica y neurológica.
Para llevar a cabo el experimento los voluntarios debieron pasar dos noches en el Laboratorio del Sueño, que es donde se realizan todas las pruebas relacionadas con el descanso o los trastornos del sueño. Las dos noches que durmieron allí no fueron consecutivas, sino que estuvieron separadas por una semana, y en cada una contaron con ocho horas de descanso.
Durante ese tiempo se les realizó una polisomnografía, que es la técnica empleada para monitorizar el sueño a través del registro de la actividad electroencefalográfica y muscular, así como los movimientos oculares y las variables cardiorrespiratorias.
En una de las sesiones nocturnas los voluntarios fueron sometidos a la estimulación acústica del ruido rosa, mientras que en la otra tan sólo hubo un “simulacro de estimulación” en el que no se emitió ese sonido.
Para asegurar la imparcialidad de los resultados, los voluntarios no sabían en qué sesión recibirían el ruido rosa y en cuál no, y además se seleccionó de manera totalmente aleatoria qué participantes recibirían la estimulación en la primera sesión y cuáles lo harían en la segunda.
Por último, la estimulación sonora tuvo lugar a través de auriculares diseñados específicamente para dormir, ajustando la intensidad al nivel que cada paciente consideraba apto para que no llegara a perturbar su sueño (en torno a los 30-50 dB).

Unos resultados sorprendentes.

Para confirmar los efectos beneficiosos del ruido rosa sobre la memoria, los participantes debieron realizar varias pruebas de aprendizaje y memorización tanto 90 minutos antes de acostarse como 60 minutos después de haberse despertado.
Tras comparar las dos sesiones comprobaron que los resultados de las pruebas que habían sido realizadas tras la estimulación del cerebro al ruido rosa eran tres veces mejores, en comparación con los de las pruebas realizadas sin la estimulación.
Al finalizar el experimento los investigadores concluyeron que la estimulación acústica mientras se duerme supone una buena terapia para favorecer el sueño profundo y ayudar a consolidar la memoria en las personas mayores. E incluso se muestran optimistas y creen que también resultaría efectivo en los casos de personas que sufren un deterioro cognitivo leve debido a enfermedades neurodegenerativas.
Sin embargo, advierten que los resultados deben tomarse con precaución, ya que la muestra de voluntarios era muy pequeña (sólo 13 personas) y aún no han podido comprobarse los efectos del ruido rosa sobre la memoria a largo plazo.

“¿Cómo puedo generar ruido rosa?”.

Tal vez esta sea la pregunta que se está haciendo ahora, en el caso de que quiera comprobar por usted mismo los efectos del ruido rosa en la estimulación del cerebro.
Si ese es su caso, debe saber que no es necesario que ponga una radio en su mesilla de noche y con el dial puesto entre dos emisoras de FM (además de que esta opción no es posible si cuenta con una radio digital que sintoniza automáticamente las emisoras).
En su lugar puede descargarse directamente el ruido rosa, accediendo a las numerosas páginas web que ofrecen listados de todo tipo de sonidos: de la naturaleza, con canciones de éxito y sí, también con los tipos de ruido que el hombre ha creado de manera artificial.

Felices sueños y… ¡a su salud!.
Luis Miguel Oliveiras
Si desea información sobre complementos nutricionales y otros remedios naturales que le ayudarán a conservar y mejorar su memoria, puede hacerlo a través de estos enlaces:
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Fuentes empleadas por el autor:
  • Janine G Walker, Philip J Batterham, Andrew J Mackinnon, Anthony F Jorm, Ian Hickie, Michael Fenech, Marjan Kljakovic, Dimity Crisp y Helen Christensen, “Oral folic acid and vitamin B-12 supplementation to prevent cognitive decline in community-dwelling older adults with depressive symptoms-the Beyond Ageing Project: a randomized controlled trial”. The American Journal of Clinical Nutrition, 14 de diciembre de 2011.
  • Jeon, K. -I.; Xu, X.; Aizawa, T.; Lim, J. H.; Jono, H.; Kwon, D. -S.; Abe, J. -I.; Berk, B. C.; Li, J. -D.; Yan, C. (2010). “Vinpocetine inhibits NF- B-dependent inflammation via an IKK-dependent but PDE-independent mechanism”. Proceedings of the National Academy of Sciences 107 (21): 9795–9800. doi:10.1073/pnas.0914414107. PMC 2906898. PMID 20448200.
  • Medina, A. E. (2010). “Vinpocetine as a potent antiinflammatory agent”. Proceedings of the National Academy of Sciences 107 (22): 9921–9922. doi:10.1073/pnas.1005138107. PMC 2890434. PMID 20495091
  • Torres KJ, Göttle P, Kremer D, Rivera JF, Aguirre-Cruz L, Corona T, Hartung HP, Küry P. “Vinpocetine inhibits oligodendroglial precursor cell differentiation”. Cell Physiol Biochem. 2012;30(3):711-22.
  • Nelly A. Papalambros1, Giovanni Santostasi1, Roneil G. Malkani1, Rosemary Braun2,3, Sandra Weintraub4, Ken A. Paller5 and Phyllis C. Zee1. “Acoustic Enhancement of Sleep Slow Oscillations and Concomitant Memory Improvement in Older Adults”. Frontiers in Neuroscience. 2017.

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