Páginas

miércoles, 23 de agosto de 2017

12 preguntas sobre el cuidado de los hijos

Por Juan Carlos Domínguez Arcila.

En los primeros años de vida de los niños, cada día trae consigo muchas preguntas para los padres. Sobre todo porque nunca los tiempos de desarrollo de un niño son iguales a los de sus hermanos ni de sus pares.

1. ¿Por qué se habla de “los terribles dos años”?.
En esta etapa suele haber expresiones frecuentes de grosería. En este punto empiezan a dejar de ser el centro de atención y la guardería les exige otro tipo de comportamientos que no están dispuestos a aceptar de manera fácil, como ser obedientes, ordenados y compartir con otros niños.
 Como todavía no tienen un lenguaje que les permita expresar sus sentimientos, pueden acudir a pataletas o gestos como escupir, dar puntapiés o empujar. En estos casos son muy importantes los parámetros de control y los límites que pongan los padres. La psiquiatra infantil Diana Botero Franco anota que es un comportamiento completamente normal y que sólo si hay autoagresión o agresión hacia otras personas de manera persistente amerita que el niño sea evaluado por un profesional.

2. De un momento a otro aparece la inapetencia, ¿qué hacer?.
Durante el primer año un niño puede aumentar hasta siete kilos, mientras que durante el segundo año solamente dos. Así mismo varía la talla, pueden llegar a crecer hasta 25 cm en el primer año y sólo 10 cm en el segundo. Esta conducta se encuentra relacionada con sus intereses y la comida pasa a un segundo plano, porque ahora está descubriendo su entorno. En vista de la situación, se debe cuidar que la calidad y la cantidad de alimento que consuma sea óptima para sus necesidades. Es la época perfecta para añadir nuevos alimentos, sabores y texturas.

3. ¿Qué hacer con un niño que se pasa a la cama de los padres por la noche?.
Eso es normal. Casi todos los niños quieren estar en la cama de sus padres y se les permite hasta cierta edad. Lo importante es que la cama de los padres no sea el lugar para ver televisión o jugar con él, por lo menos hasta que entienda las reglas. Por supuesto, cada vez que aparezca en la madrugada en la habitación de los padres, deberán acompañarlo a la suya, explicándole el por qué y poniendo límites pero sin extenderse demasiado en explicaciones: cuanto más breve y claro mejor.

4. ¿Qué hacer con un niño que dice malas palabras?.
A partir de los tres años palabras como “tonto”, “bobo”, suelen estar a flor de labios de los pequeños. Ni la risa ni la extrema censura son adecuadas reacciones de los adultos, porque pueden creer que con esas palabras logran un objetivo (llamar la atención o herir). Lo indicado es pasarlas por alto, pero se debe investigar muy bien dónde aprendieron esas expresiones o si están sufriendo mal trato por parte del cuidador.

5. ¿Cómo hacer para que el cambio de pañal no sea una batalla?.
Lo que puede ser una eterna disputa entre un padre que quiere que su hijo se quede quieto y un bebé muy activo, es la oportunidad de un momento único en el día que se repite en cada cambio de pañal. Tener todos los elementos a la mano, no dejar solo ni un minuto al bebé y usar una distracción como un juguete que emita luz para que él juegue, son buenas estrategias. El juguete aparece sólo en los cambios de pañal y así seguramente la novedad durará un buen tiempo.

6. ¿Cómo controlar a niños que muerden a los demás?.
Un mordisco ocasional puede ser algo pasajero y sin importancia. Es probable que algunos niños pequeños, que todavía no disponen de un lenguaje suficiente, utilicen su cuerpo para expresarse. Como padres, responder al primer intento con claridad y con amabilidad, puede evitar una segunda vez. Si su hijo repite un mordisco, puede ser por dos cosas: que la respuesta que recibió de los padres no fue lo suficientemente clara para él, o que la razón por la que muerde no se ha resuelto. Más que centrarse en el hecho de morder en sí, vale la pena ver las causas por las que el niño o la niña necesita morder. Puede deberse a un sentimiento de frustración, soledad, celos, impotencia o una necesidad de más afecto y autonomía. Gritar, amenazar o castigar al niño no va a ayudar, ya que son respuestas que no se dirigen a la causa real, el niño se sentirá peor y morderá más. Morder a un niño “para que aprenda lo que se siente” le creará confusión y le hará daño.

7. ¿Cómo educar niños buenos lectores?.
El ejemplo sigue siendo el mejor maestro. Si la lectura forma parte de la vida cotidiana de los padres y al niño se lo acerca a ella desde el juego, los colores, la diversión y no la imposición, ese gusto vendrá por añadidura en la mayoría de los casos.

8. ¿Cuándo debe comenzar el control de esfínteres?.
El control de esfínteres no se aprende, se adquiere cuando el niño está maduro para ello. Caminar, hablar, comer, son funciones que se adquieren cuando los niños están lo suficientemente maduros. Aunque la estimulación puede influir en algunos niños, lo cierto es que todos intentarán caminar alrededor del año, comer alrededor de los seis meses, y controlar esfínteres entre los dos años y medio, y los tres años. Al fijar como “normal” la edad de dos años para el control de esfínteres, los padres han vuelto un problema algo que no lo es.

9. ¿Es más difícil el control de esfínteres durante la noche?.
Aunque un niño controle esfínteres durante el día, pueden pasar aún muchos meses más hasta poder hacerlo por la noche. Usualmente se dice que luego de varias noches con el pañal seco, el bebé está listo para dormir sin él. Antes de quitarle el pañal, el niño debe estar de acuerdo y saber exactamente qué está ocurriendo, qué se espera de él. Como todo proceso, el control de esfínteres no es algo lineal, sino que habrá muchos avances y retrocesos. Esto forma parte de lo esperable, y lo más importante es que los niños sepan que los padres los acompañan en este proceso. Muchos niños pueden continuar presentando “accidentes” sin que se considere un trastorno, sólo luego de los 4 ó 5 años se puede hablar de enuresis (orinarse en la ropa durante el día o en la cama durante la noche) o encopresis (hacerse popó en la ropa).

10. ¿Cómo motivarlo para que deje el tetero?.
En términos generales los niños dejan el biberón cuando cumplen un año, en ese momento ya son capaces de entender que están empezando una nueva etapa, dígale a su hijo que ya creció y que puede alimentarse como sus padresTrátelo como si fuera un adulto, no le hable en diminutivos ni a media lengua, este tipo de actitudes, así sean cariñosas crean inseguridad en los niños y retraso en el desarrollo. Dele motivación positiva y felicítelo cuando tome bebidas en vaso en lugar del biberón.

11. ¿Es normal que un niño de tres años sólo quiera jugar consigo mismo?.
Alrededor de los tres años empieza el juego social con los de su edad, aunque todavía con individualismo. Se presenta mucho el llamado “juego paralelo” en el que varios niños juegan el mismo juego, pero de manera independiente. Se debe buscar evaluación profesional si el niño nunca interactúa con sus pares o adultos, si evita el contacto visual o cualquier tipo de acercamiento.

12. ¿Cuándo empiezo a enseñarle modales en la mesa?.
Es un proceso paulatino que no merece peleas ni malos tratos. Lo primero es que aprenda a dominar los cubiertos y luego a ayudar un poco con el orden en la mesa (no tirar alimentos al piso a propósito). Comer de acuerdo con las normas de nuestro medio social es un aprendizaje que forma parte de la socialización y que es tan importante como aprender fórmulas de saludo y despedida. El ejemplo de los padres es el mejor principio.
Fuente: Diana Botero Franco, psiquiatra infantil.

¿Qué hacer ante una pataleta?.
  1. No le grites ni lo regañes. Tal vez logre inmediatamente el efecto deseado, pero la escena se repetirá y esto puede empeorar la agresividad del niño.
  2. Identifica el sentimiento del niño. Qué tipo de frustración, rabia, tristeza o cansancio tiene.
  3. Es clave hacer advertencias. Si la pataleta es en un lugar público, lo indicado consiste en llevarlo a un lugar más privado y decirle: “Si sigues comportándote así, nos vamos para la casa”. Si continúan el llanto y los gritos, cumplir con ello.
  4. Motiva al niño. Estimula su buen comportamiento, no todo debe ser prohibiciones.
El dato:
Se estima que de cada 10 consultas de los padres, 5 ó 6 son por necesidad de orientación ante las pataletas de su hijo. Una respuesta oportuna y adecuada de los padres puede cambiar la situación.
¿Tienes alguna otra pregunta con respecto a los comportamientos de tu hijo?.

PARA AMPLIAR:
PARA LA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO EN FAMILIA:
  • ¿Qué preguntas nos hacemos nosotros acerca del cuidado de nuestros hijos y de su educación/formación?.
  • ¿Cuáles de éstas vemos resueltas en los espacios en los que las hemos buscado?. ¿Qué otras vemos que no hallamos o al menos no de la manera que necesitaríamos?.
  • ¿Qué medios podemos aprovechar para resolver todas nuestras dudas al respecto?, ¿cuáles de ellos nos parecen más importantes o eficientes y por qué?.
  • ¿Qué importancia tiene que nos hagamos preguntas sobre nuestros hijos y todo lo relacionado con ellos?. ¿Para qué hacernos preguntas sobre ellos?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario