Valentín
(nombre imaginario de nuestro protagonista) tiene 55 años y un estado de salud
excelente. Pero, si buscase, podría hallar en su cuerpo signos de al menos una
docena de enfermedades.
Para
empezar, se pone nervioso al volante y también cuando algún cliente se pone un
poco pesado. Si un médico acudiese junto a él en esos momentos y con un aparato
le midiese la presión arterial, el diagnóstico sería claro: hipertensión.
Pero,
además:
Valentín
mide 1,83 m y pesa 84 kg. Su índice de masa corporal (IMC) es de 25,1. Un IMC
“normal” varía de 20 a 24,9. Diagnóstico:
sobrepeso.
Cuando
come ciertos alimentos, siente una quemadura intensa bajo el pecho, por encima
del estómago. Esto le ocurre especialmente después de tomar zumo de naranja
concentrado o sidra. Diagnóstico:
reflujo gastroesofágico.