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sábado, 26 de noviembre de 2016

Para construir una familia sana

No existen fórmulas secretas ni reglas generales para que padres e hijos tengan buena relación, pero está claro que algunas familias han encontrado formas de organización que les permiten desarrollarse y enfrentar problemas con éxito. ¡Conózcalas!. Es normal que al escuchar comentarios de alguna amistad sobre la convivencia en su hogar, o bien, al conocer directamente cómo es la relación en otras familias, nos preguntemos "qué tal van las cosas en nuestro propio grupo, cuáles son sus virtudes y defectos, si hay confianza y afecto y, en términos generales, si sentimos que nuestra experiencia es divertida y agradable".
Cuando la respuesta a estas interrogantes es negativa o nos obliga a aceptar dudoso “más o menos”, puede ser señal de que existe algún conflicto y de que los miembros de nuestra familia no son del todo felices o no han aprendido formas de amar y de valorarse unos a otros.
Para solucionar esta situación podemos tomar como guía los siguientes pasos, y comenzar así a cimentar las bases para lograr relaciones más saludables y enriquecedoras.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Evitemos la toxicidad

A veces en lugar de comunicar salud... comunicamos toxicidad. Deseamos establecer pilares en la educación de los niños que sean seguros pero nos sucede también que lejos de fomentar una madurez personal y una seguridad con la cual poder abrirse posteriormente al mundo, no hacen más que anclar pesadas cadenas vetando por completo la independencia física y emocional de esa persona.
Los padres y madres tenemos un peso muy intenso en la educación de los niños.

martes, 8 de noviembre de 2016

Comprender y acompañar la adolescencia

(El artículo que exponemos a continuación está tomado de: http://psicodiagnosis.es/areageneral/ciclo-evolutivo/orientaciones-para-padres-de-adolescentes/index.php y es una sugerencia de un lector que nos lo envió para ser publicado aunque en su mensaje no figuraba dicha fuente.
Sugerimos a nuestros lectores que siempre que quieran hacernos llegar cualquier artículo que deseen ver publicado en este espacio "no olviden nunca citar la fuente de donde lo tomaron"; es el mínimo de respeto y reconocimiento que se les debe a los autores de dichos trabajos).

Resulta frecuente que nos cueste comprender qué sucede en ese período a partir de los 12 o 13 años cuando de repente nuestro hijo o hija pierde interés por estar con nosotros, ya no nos comenta de forma tan fluida sus propias vivencias cotidianas y parece mostrar un cierto desapego hacia los valores que le hemos ido enseñando.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Todos fuimos adolescentes

Tener un hijo o una hija adolescente en casa puede llegar a resultar un auténtico reto, un ponerse a prueba la paciencia y los nervios, es poner a trabajar la capacidad de educar, la coherencia, entre otras muchas cosas.

No deseo a nadie verse en el trance de tener que lidiar con un, o una, adolescente y no contar con recursos personales suficientes para salir exitoso de dicha confrontación, discusión o, por decirlo suavemente, intercambio de pareceres.
Muchos conservan rasgos y comportamientos inmaduros e infantiles incluso. Ni nosotros somos ellos ni ellos nosotros, por mucho que se quieran medir adolescentes y adultos entre sí.