Desde que nacen nuestros hijos, desde el momento de su concepción habría que decir, mantenemos una atención constante sobre ellos y nos ocupamos de que todas sus necesidades estén debidamente cubiertas, que nada de lo esencial les falte: alimentación adecuada, cuidados de su salud y atención médica a la mínima irregularidad detectada; le procuramos los medios necesarios para estimular todas sus potencialidades, promovemos su adecuada interacción con el medio, le animamos a disfrutar de todos aquellos espacios naturales y sociales en los que nos movamos;... tenemos muy claro que todo ello redundará en su adecuado desarrollo personal.
A medida que va creciendo va tomando también contacto con otros aprendizajes: unos son académicos, otros tienen que ver con las habilidades sociales para una mejor convivencia con otras personas, también con sus iguales, etc...