La pregunta parece tener una fácil y rápida respuesta, basta echar un vistazo a una parte de nuestra realidad (por citar algunos elementos):
- Grandes y graves desigualdades sociales (fruto de la insolidaridad, avaricia, abuso de poder de unos en detrimento de otros, usura,...).
- Violencias de todo tipo y en todos los ámbitos (violencia física, verbal, psíquica,... en el ámbito familiar, escolar, urbano,... en el plano personal, socioambiental, estructural-institucional,...).
- Discriminación, racismo, xenofobia (por razones de sexo, color de la piel, distintas creencias, diferencias ideológicas, culturales, de procedencia,...).
- Cosificación y mercantilismo del propio ser humano (la persona es utilizada como simple instrumento de "mercado" sin importar sus sentimientos, necesidades vitales, dignidad humana,...).
- Destrucción de ecosistemas y constante degradación del medio natural (como consecuencia de la depredación salvaje de los recursos naturales sin apenas control y primando siempre el bien económico de unos pocos por encima del bien colectivo y del respeto a la naturaleza).
- Prevalencia de la economía especulativa sobre la productiva (tendente a enriquecer más todavía a los que ya eran ricos y empobreciendo a la inmensa mayoría de la población hasta sumirla en la miseria y desesperación, menospreciando constantemente su trabajo y dignidad humana).
- Insatisfacción personal, ansiedad, ausencia de paz interior,... que nos hacen vivir sin VIVIR, soportar la vida en vez de disfrutarla.
- ...
Teniendo en cuenta lo que hemos publicado hasta ahora se deducen ya unas motivaciones muy claras:
- Nuestros hijos necesitan orientar sus vidas; los valores son un marco privilegiado para hallar esa orientación.
- Necesitan también formar su carácter, su forma de ser y vivir; la moral y la ética que aparecen en todos los valores ayudan a orientarse y afrontar la vida con claridad y con criterios.
- Precisan "acomodar" el mundo para poder vivir en él como personas: con voluntad propia, libertad y consciencia de significado en cuanto realizan.
- Realizarse como personas "en relación": aprendiendo a convivir, tener relaciones sociales y con el medio natural verdaderamente realizantes y armónicas con todo su derredor.
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- Todos necesitamos recuperar y rehabilitar nuestro mundo (casa de todos), reencontrarnos con lo que nos es esencial y con el reconocimiento de nosotros mismos.
No basta, pues, con hacer un listado de valores a lo grande; tampoco es suficiente con dominar estrategias, formas de comunicar, tener muchos medios,... pues aunque todo ello sea importante... lo esencial es que "tengamos muy claro PARA QUÉ educamos en valores y CÓMO lo vamos a llevar a cabo, contando con nosotros mismos y nuestra realidad, nuestras posibilidades reales y utilizar el día a día, el desarrollo de cada momento, cada actividad,... para interactuar con nuestros hijos de manera que esa misma vida sea ya una manera de educar en valores" (no sólo por nuestro ejemplo -habrá muchas veces en que en vez de testimonio... daremos antitestimonio- sino sobre todo por la actitud que mantenemos en la dirección que estamos llevando o queremos llevar).
Estamos llamados, como padres y madres y primeros EDUCADORES de nuestros hijos e hijas, a procurar la manera de que los valores constructivos se asienten fuertemente en ellos y formen parte de su propia identidad, su manera de enfocar cada situación, de afrontar un conflicto y resolverlo,... de manera que llegado el momento ellos mismos puedan ser capaces de vivirlos con naturalidad en cualquier ambiente, en sus relaciones con sus iguales y también cuando ellos sean padres educadores de sus hijos.
Un par de cuestiones que también nos conviene valorar:
- ¿Es la "educación en valores" algo exclusivo de los padres y madres?, ¿somos los únicos que realizamos esa labor?.
- ¿Cómo andamos de "diálogo y coordinación con las comunidades educativas de los centros docentes"?.
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