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miércoles, 15 de febrero de 2012

¿Cómo arreglamos esto?

"Sí,  sí,  todo esto está  muy bien, pero... ¿qué hacemos los padres y madres cuando en casa se crea un altercado entre nuestros hijos o... entre nosotros mismos con nuestros hijos?. ¿No podríamos aterrizar un poco más?".
Bien, con esa intención emprendimos este ciclo de temas sobre la RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS; a donde queremos llegar es a aportar pistas para un mejor abordaje de los mil y un conflictos que se producen un día sí y puede que otro también. Cada cual sabe (eso sí, no podemos pretender dar recetas porque ni las tenemos ni tampoco creemos que sean verdaderamente útiles cuando cada uno de nosotros somos un mundo).
LA MEDIACIÓN.
Ya habremos podido notar en los anteriores artículos sobre este tema que hay una figura que suele intervenir no pocas veces cuando surge un conflicto de intereses entre varias personas: es ese alguien que por la razón que sea:
  1. está interesada en que las partes en conflicto lo solucionen y lo antes posible;
  2. no quiere ponerse de parte de ninguno porque lo que pretende no es aplastar a uno de ellos sino que ambos resuelvan su problema;
  3. suele aportar elementos de juicio a una y otra parte que en principio no mencionan o no quieren tener en cuenta (pero esta persona los saca porque cree que ayudarán a comprender mejor la situación);
  4. a veces, incluso, porque le duele el malestar que sufren las partes afectadas,... aún con la mejor de las intenciones hace cosas que no debiera y en no pocas ocasiones sale "escaldao" y rechazado por todos a causa de esos errores;
  5. ...
Esta persona es "el mediador" y esa figura podemos ser nosotros, los padres y madres, cuando vemos enfrentados a dos de nuestros hijos o a otros familiares. O puede ser cualquiera de nuestros hijos en la necesidad de ponerse de árbitro o "consejero" entre otros hermanos que se están peleando.
La intervención de un buen mediador puede ser determinante para que dos personas en litigio puedan emprender un proceso de solución que beneficie a ambas partes, no sólo en el caso concreto de un determinado conflicto sino también de cara al futuro: aporta perspectivas que será de utilidad tener en cuenta en otras situaciones conflictivas.

¿QUÉ ACTITUDES DEBE CUIDAR UN BUEN MEDIADOR?:
Cuando nos unen lazos afectivos con alguno más que con otro... es muy difícil llegar a realizar bien ese papel porque "o bien tenderemos a favorecer a la parte por quien sentimos más" "o bien... será al revés: con la esperanza de que luego ya habrá tiempo de explicarnos ante la persona predilecta para nosotros".
Cuando nos mueve la ansiedad, las prisas de que eso se arregle cuanto antes poniendo la atención mucho más en el problema que en las personas... tampoco podremos cumplir con el cometido de ser buenos mediadores, porque entonces entra en juego un tercer paquete de intereses que en realidad poco o nada tiene que ver con el conflicto que se ha exteriorizado.
Para ser un buen mediador no vale ir de cualquier manera, hay que cuidar ciertas reglas:
  1. No estar implicado en el conflicto o no formar parte de él.
  2. Mantener una total neutralidad respecto de las partes afectadas.
  3. Aceptar las manifestaciones de ese conflicto tal y como se nos ha presentado: son las formas en que las personas se han expresado; en vez de juzgarlas... observarlas y analizarlas... porque nos dan mucha información (ya habrá tiempo después de reflexionar conjuntamente sobre ellas y educar en los modos de expresar un conflicto).
  4. Estar muy atentos a las necesidades inmediatas de cada una de las partes para poder atreverse a afrontar el conflicto "en condiciones" (si hay mucha alteración en una persona, o en las dos,... lo primero es lograr reestablecer la serenidad, relajarse un poco para dar lugar al razonamiento personal sobre lo sucedido; "en caliente" es muy difícil llegar a nada consistente).
  5. Respetar el proceso de cada uno de los sujetos y los compromisos que vayan asumiendo pero llevar un claro seguimiento y atención sobre esos compromisos asumidos libremente.
  6. Evitar imponer soluciones desde fuera, en todo lo posible; a lo sumo sugerir, proponer, llevar a la reflexión a las partes de manera que ellas mismas vayan deduciendo el camino a seguir.
  7. ...
¿CÓMO REPLANTEAR UN PROBLEMA? (Tarea del mediador):
Los siguiente procedimientos pueden ayudar a que las partes implicadas en un conflicto vean el problema desde otras perspectivas.
  • Subrayar los elementos en común de ambas visiones.
  • Presentar el problema sin generalizaciones ni personalismos, en términos concretos y manejables, con un tono algo optimista, que subraye su resolubilidad.
  • Buscar un procedimiento que permita que se pongan en el lugar del otro (ejemplo: pedir que A explique cómo ve B el problema; A explica su problema y B repite con sus propias palabras la explicación, etc.).
  • Enfocar el problema según las diversas soluciones posibles (“si el problema fuera X podríamos hacer…”). Eso obliga a poner el énfasis en el futuro, no en el pasado. No habría que omitir posibles soluciones no pensadas (sobre todo cuando las partes parecen obcecarse en una o dos soluciones posibles.
  • A la búsqueda de soluciones. La tarea de mediación depende en buena medida de que se puedan generar alternativas innovadoras, nuevas soluciones que sean aceptadas por las partes. Para ello se puede recurrir a:
    • establecer un ambiente que permita explorar lo desconocido sin desconfianza,
    • separar la solución sugerida de la evaluación de la misma,
    • hacer que piensen también en las soluciones que convienen a la otra parte,
    • fomentar un enfoque positivo del problema (“lo que les gustaría lograr” es más importante que “lo que no quieren en modo alguno”),
    • optar por una de las dos estrategias básicas para buscar soluciones:
    1. ESTAR DE ACUERDO, EN PRINCIPIO. Lograr un acuerdo sobre un principio de base y luego pasar a discutir los detalles en concreto. (A veces el acuerdo base puede ser sobre el procedimiento a seguir más que sobre el problema).
    2. EL FRACCIONAMIENTO. Consiste en dividir en partes el problema e ir buscándole soluciones para cada una de ellas con el objeto de lograr un acuerdo global por suma de acuerdos menores.
Todo lo anterior no garantiza el éxito, pero permite mediar, es decir, intentar que un tercero facilite un proceso de resolución de un litigio o conflicto.

BIBLIOGRAFÍA:
La segunda parte de este artículo es propiedad de la Editorial SM, cuyo enlace-web es el siguiente:
PARA AMPLIAR, REFORZAR O PROFUNDIZAR:

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