LA INJUSTICIA ES UN VIRUS QUE ESTA EXTERMINANDO A LOS EMPOBRECIDOS DEL MUNDO, INCREMENTADA POR EL COVID-19.
Un informe dice que unas 12.000 personas mueren al día de hambre a consecuencia del Covid-19.
LA PANDEMIA DEL VIRUS Y LA POBREZA.
La expresión “Juventud divino tesoro” la encontramos en el libro de poemas ‘Cantos de vida y esperanza’, del poeta nicaragüense Rubén Darío, publicado en 1905, que empieza así:
“Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer”.
POBREZA INSOPORTABLE, POBRES DE LOS POBRES.
Las consecuencias más graves y dolorosas de la pandemia son sin duda las humanas por morir por su causa y además tener que hacerlo de forma tan inhumana y dolorosa, en soledad, en ausencia de personas cercanas o familiares, por mucho que se haya esforzado el personal sanitario en llenar ese vacío, que sin duda hizo todo lo que pudo.
La pandemia nos ha convertido a todos en víctimas y verdugos: cada ciudadano o vecino con que me encuentro puede ser mi víctima si lo contagio o mi verdugo si me contagia, y además sin saberlo. Este virus es una plaga: ¿La teníamos merecida?. Es posible, porque las injusticias, desigualdades, abusos, violencias, despilfarros, adulteraciones, que hemos cometido contra los seres humanos y contra la naturaleza son enormes.